Comunicación
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Viernes, 05 Julio 2024 08:00

Westminster: votos y escaños

En primer término, porque pone de relieve la importancia que los sistemas electorales tienen para los resultados

 

Ayer se celebraron elecciones en Reino Unido, una de las más esperadas en el año. Como anticipaban las encuestas, el Partido Laborista obtuvo una enorme cantidad de escaños en la Cámara Baja de su Parlamento (410), suficientes para formar gobierno sin la necesidad de generar alianzas adicionales. Más allá de la importancia que para la geopolítica internacional tienen los comicios de la sexta economía del planeta, los resultados de la elección son interesantes por tres razones.

 

En primer término, porque pone de relieve la importancia que los sistemas electorales tienen para los resultados. La Cámara de los Comunes se compone de 650 escaños, cada uno de los cuales corresponde a una determinada circunscripción. Los partidos postulan una candidatura en cada una de esas demarcaciones. Obtiene la victoria aquel que obtenga la mayoría de los sufragios, independientemente del nivel de votación. Emulando a las carreras de caballos, la literatura especializada ha descrito a este sistema como que gana quien pase primero la meta, first-past-the-post.

 

En su forma más pura este sistema suele generar problemas de desproporcionalidad. Es decir, en muchos casos los partidos obtienen un porcentaje de asientos en el Parlamento distinto de la proporción de votos alcanzada. Los resultados oficiales de las próximas horas permitirán conocer la distancia entre una y ora cifra.

 

La historia es rica en ejemplos. En 2019, por citar alguno, a los conservadores les bastó con el 41% de los votos para obtener el 58% de los escaños. En 2015 ocurrió el ejemplo inverso, con el 13% de la votación al partido independentista le alcanzó apenas para un escaño (0.15%). Se han presentado varias reformas para corregir el problema de desproporcionalidad, pero ninguna ha prosperado porque en la experiencia británica el sesgo siempre ha beneficiado a los partidos mayoritarios.

 

Un segundo aspecto a analizar es el viraje político que dio Reino Unido en su 58ª elección desde que se estableció el voto universal. El resultado pone fin a catorce años de gobiernos emanados del Partido Conservador. De confirmarse los resultados, será la peor derrota para los tories en 200 años.

En el centro de la explicación está, por supuesto, la enorme inestabilidad política que generaron los escándalos políticos (Johnson) y las crisis financieras (Truss) provocadas por primeros ministros/as emanados de sus filas.

 

Pero la hipótesis más extendida señala que el cambio tan estrepitoso en las preferencias políticas obedece a un incremento significativo en el costo de la vivienda, palpable a partir de la guerra entre Rusia y Ucrania. Además, los servicios públicos de salud están siendo insuficientes para atender la demanda, de manera que muchas personas británicas quedan sin atenderse en las salas de emergencia. 

 

En la victoria Laborista cuenta también la historia personal de Keir Starmer. A diferencia de otros políticos profesionales que han liderado su movimiento, el próximo Primer Ministro es un jurista consagrado en otras áreas, principalmente en la defensa de los derechos humanos. Llegó al Parlamento apenas en 2015, por lo que su slogan de campaña “cambio” resultó coherente en la voz de un personaje percibido como externo. Cabe recordar que Jeremy Corbin – ícono del laborismo – obtuvo en la pasada elección poco menos de la mitad de asientos en el Congreso que los alcanzados este año.

 

En tercer término, la victoria de Starmer debe ser entendida en su contexto de cambio. En apenas un ciclo parlamentario el Laborismo pasó de una humillante derrota a mejores números que los alcanzados por Tony Blair en su mejor momento. El candidato no recurrió a extremos ideológicos o propuestas populistas. Fue la necesidad de cambio la que encontró cabida en la propuesta esperanzadora del candidato Laborista y, a la postre, le di la victoria. Quizás es esa misma sed de cambio la que explica el inusitado resultado que hace unos días alcanzó Marine Le Pen a 200 millas de distancia, sin importar que una y otra victoria sean de signos políticos diametralmente opuestos.

 

En política ninguna derrota es permanente. Siempre es posible remontar.

 

POR AMALIA PULIDO

PRESIDENTA DEL INSTITUTO ELECTORAL DEL ESTADO DE MÉXICO

@PULIDO_AMALIA

Viernes, 21 Junio 2024 08:00

Vida y muerte de los partidos políticos

En 2023 la encuesta sobre percepciones políticas más utilizada en la región – Latinobarómetro

 

En 2023 la encuesta sobre percepciones políticas más utilizada en la región – Latinobarómetro – preguntó si los partidos políticos son indispensables para la democracia. 44% de las y los latinoamericanos encuestados contestaron que sí, el nivel más bajo desde 1997. Para tratar de explicar ese declive en la percepción sobre los partidos, por vez primera en la historia se preguntó si los partidos funcionan bien: 77% de las personas cree que no.

 

Los datos anteriores nos obligan a una reflexión profunda sobre la evolución reciente que han tenido los partidos políticos en América Latina y su contribución a la vida política.

 

Me encuentro entre quienes consideran que los sistemas de partidos son necesarios para la subsistencia de la democracia. El derecho de asociación está consagrado en nuestra Ley Suprema, así como en numerosos tratados internacionales e interamericanos. Éste es la base de la formación de los partidos políticos y asociaciones políticas.

 

Los institutos políticos persiguen objetivos indispensables, como convertirse en la vía de acceso de la ciudadanía al poder. Además, logran convertir las demandas sociales en propuestas concretas de política pública y, cuando obtienen el voto popular, proponen los cuadros que conforman gobiernos. Su contribución también es necesaria para fortalecer las capacidades cívicas de la ciudadanía.

 

El constitucionalismo mexicano va más allá, al reconocer a los partidos como entidades de interés público. Esta categoría vino aparejada, hasta hace pocos años, del monopolio para la postulación de candidaturas. Además, reciben financiamiento público y acceden gratuitamente a tiempos en radio y televisión, entre otras prerrogativas que tienen el propósito de promover su subsistencia.

 

Pero si los institutos políticos han de recibir dinero público y pueden proponer candidaturas sin que éstas tengan que demostrar su representatividad, justo es que la normativa les imponga también obligaciones. La Ley General en la materia enumera varias, incluyendo la necesidad de preservar un padrón mínimo de militantes, conducirse bajo el marco de la ley, aplicar el principio de paridad en la postulación de candidaturas y entregar informes periódicos sobre el origen y destino de sus recursos.

 

Dada la centralidad de los partidos y la importancia de sus derechos y obligaciones, es natural que el entramado constitucional y legal de nuestro país mantenga normas estrictas para la creación y extinción de partidos.

 

Será en el próximo mes de enero que las organizaciones que quieran constituirse como partidos nacionales manifiesten al INE su interés. Presentarán para ello su Declaración de Principios y Estatuto, entre otros documentos. Después tendrán que probar su membresía, ya sea en 20 asambleas estatales o 200 distritales.

 

Requisitos similares deben cumplir quienes aspiren a constituirse en partidos subnacionales. Éstos deben solicitarlo ante el instituto electoral de sus entidades al año siguiente de la elección de gubernatura.

 

La extinción de partidos es más delicada. Sólo pueden perder el derecho a competir aquellas organizaciones a las que se les acredite alguna de las causales especificadas en la Ley. De hecho, al estar involucrado el derecho de asociación, en diversas ejecutorias los tribunales han aplicado el principio pro persona, que lleva a interpretar las normas de la manera que mejor proteja los derechos fundamentales de las personas.

 

La democracia mexicana se verá fortalecida en la medida en que se cuente con un sistema de partidos robusto y competitivo. Son deseables, por tanto, todas las políticas que lleven al fortalecimiento de estos institutos políticos.

 

POR AMALIA PULIDO

PRESIDENTA DEL INSTITUTO ELECTORAL DEL ESTADO DE MÉXICO

@PULIDO_AMALIA

Viernes, 07 Junio 2024 09:00

Cómputos y recuentos

Un número elevado de reaperturas no significa necesariamente que haya inconsistencias

 

Dice un viejo proverbio ruso que las telas se deben medir siete veces, ya que sólo se pueden cortar una vez. En efecto, cuando las cosas son importantes es necesario hacer todas las pruebas de validez que sean necesarias antes de que los eventos cobren definitividad.

 

Lo mismo pasa con los votos. Antes de que se expidan las constancias de mayoría, es preciso asegurar que las cuentas están bien hechas y reflejen nítidamente la voluntad del electorado. Por eso a nadie debe sorprender que en los últimos días se hayan escuchado anuncios en el sentido de que las autoridades electorales recontarían votos depositados en las urnas. Este mecanismo es una de las mejores salvaguardas de la integridad de los resultados finales y brinda mayor legitimidad a los gobernantes electos.

 

En el nivel federal y en el de las entidades federativas el procedimiento es bastante similar. Al finalizar la jornada de votación
las y los funcionarios de casilla cuentan los sufragios depositados en la urna. Si bien lo hacen frente a las representaciones partidistas, quienes hacen la clasificación (escrutinio) y el conteo (cómputo) son ciudadanos escogidos al azar. Esa misma noche
las actas son capturadas y digitalizadas para poder ser consultadas por la ciudadanía. Sus resultados son muy ágiles, pero no son verificados, por lo que no se les puede dar validez oficial. A pesar de ello, el Programa de Resultados Preliminares suele ofrecer datos bastante confiables. En el caso del Estado de México, por ejemplo, los datos al momento arrojan que el 99% de las candidaturas que ganaron en los cómputos definitivos lo hicieron en el PREP.

 

Los que sí son oficiales son los cómputos distritales y municipales que a nivel federal y en casi todas las entidades federativas inician el miércoles siguiente a la elección. Y es justo aquí donde están los mejores controles de la autenticidad de los resultados. Al establecer un catálogo cierto de causales de recuento, se evita que éstos sean producto de la negociación política y la intimidación. Los paquetes se abren cuando cumplan los requisitos.

 

Un número elevado de reaperturas no significa necesariamente que haya inconsistencias en el proceso. Se puede tratar de errores aritméticos, pero también a problemas comunes como que la copia sea ilegible. En el Estado de México, por ejemplo, se recontó el 17% de las casillas, lo que lejos de incomodarnos nos permite garantizar que se tuvo un doble control para asegurar que su voluntad es fielmente traducida a los resultados finales.

 

Como todos los actos electorales, los cómputos distritales y municipales son susceptibles de ser impugnados. Si, a pesar de la doble revisión, alguno de los actores políticos siente que su derecho ha sido violado, puede recurrir a los tribunales. Como en el proverbio ruso, los resultados electorales en México son confiables porque se les mide tantas veces como sea necesario para garantizar que reflejan debidamente el voto popular.

 

POR AMALIA PULIDO
PRESIDENTA DEL INSTITUTO ELECTORAL DEL ESTADO DE MÉXICO
@PULIDO_AMALIA

Viernes, 24 Mayo 2024 08:00

Contar hasta cien millones

El cómputo de votos es fundamental para la legitimidad de una elección

 

El cómputo de votos es fundamental para la legitimidad de una elección. No sólo debe ser preciso. Al tratarse de expresiones de la voluntad popular, las actividades que conducen a la sumatoria final de los sufragios obtenidos por cada fuerza política deben darse en apego a principios constitucionales.

 

El reto no es menor, si se considera que el listado nominal federal asciende a 98 millones. Entidades grandes como el Estado de México tienen más de trece millones de votantes registrados.

 

¿Cómo lograr que 1.2 millones de personas funcionarias de casilla agreguen las preferencias que una nación entera expresa en las urnas? La ley electoral mexicana deposita esa responsabilidad en personas que no son cuadros partidistas ni representantes del gobierno.

 
Al cierre de la votación del próximo 2 se abrirá la urna. Se cotejará que el número de papeletas depositadas corresponda con las personas que efectivamente votaron. Los votos se clasificarán según la opción que haya marcado cada elector/a. Cuando se cumplan determinados supuestos, se procederá a la nulidad.
 

Una vez efectuado el escrutinio, se contabilizará el número de votos que corresponde a cada opción política y los datos se asentarán en el acta. Este ejercicio lo realizarán personas seleccionadas al azar y capacitadas para ello. El conteo se hará en presencia de representantes partidistas y observadores en cada una de las 170 mil casillas que se instalarán en el territorio.

El proceso está bien pensado. Hace evidente cualquier error aritmético, de manera que las y los funcionarios de casilla lo detecten y revisen sus cuentas antes de asentar los resultados. De hecho, se les provee de un cuadernillo para hacer las matemáticas en un primer borrador.

 

Una vez que se termina el cómputo de casilla los paquetes son trasladados a cada uno de los 300 distritos federales, o bien el número que corresponda en el ámbito local de cada entidad. Ahí inicia otro proceso que también tiene por objeto transparentar la suma de los resultados obtenidos en las casillas.

 

En efecto, la misma noche de la elección y a la llegada de los paquetes, se leerán en voz alta y en presencia de las representaciones partidistas, los resultados de cada casilla. Esto permitirá que, antes de que inicien los cómputos, se pueda perfilar la cantidad de paquetes que serán objeto de recuento.

 

A diferencia de otros países que trituran o incineran los votos obtenidos en la casilla, en México se guardan para un posible recuento. El miércoles posterior a la elección se sumarán – una a una – las actas de las casillas. Si tuvieren errores aritméticos insubsanables; más votos nulos que la diferencia entre primero y segundo lugares, o bien todos los votos fueran para una misma candidatura, los sufragios se contarán nuevamente. No debe quedar duda alguna sobre la voluntad expresada por los votantes en las urnas.

 

Aún más, si los resultados del distrito arrojaran una situación en que entre primero y segundo lugares haya una diferencia de 1%, la totalidad de las casillas tendrán que ser recontadas.

 

El cómputo distrital es central para la confianza en los resultados de una elección. Toda vez que en esos órganos desconcentrados los votos consignados tienen posibilidad de ser recontados, se erigen como un control ciudadano eficaz para garantizar la calidad de las cifras. Los resultados de las elecciones se conseguirán sumando actas de cómputo distrital o estatal originadas después de este ejercicio abierto, transparente y a prueba de errores.

 

En México los resultados de una elección son seguros y confiables. Podemos ir a votar con la confianza de que nuestra preferencia será reflejada con nitidez en el resultado final. El turno está ahora en las y los ciudadanos que tenemos la oportunidad de dar a nuestro país y a nuestro estado, la representación política que mejor refleje nuestras preferencias.

 

POR AMALIA PULIDO

Presidenta del Instituto Electoral del Estado de México

@pulido_amalia

 

Viernes, 10 Mayo 2024 08:00

Campañas electorales

Las campañas son momentos estelares del proceso electoral

 

Las campañas son momentos estelares del proceso electoral. Mientras transcurren, las personas candidatas recorren las plazas, mercados y calles para presentar sus propuestas. Por su parte, la ciudadanía expone los problemas públicos que detecta y exige soluciones por parte de quienes aspiran a un cargo de elección popular.

 

Todo eso genera un contexto de civilidad altamente provechoso para la democracia, pues obliga a las personas a pensar las problemáticas en común y las mejores vías para resolverlas. Como demostraron Tocqueville en el siglo XIX y Putnam en el XX, el tejido social se densifica cuando la gente se organiza para hacer tareas en común.

 

Lo cierto es que las campañas tienen una fuerte relación con el resultado de las elecciones. Por ello, las leyes electorales definen con precisión sus momentos de inicio y término, así como las conductas permitidas y prohibidas. Así, por ejemplo, la Constitución dicta que en los años de elección presidencial las campañas federales deben durar 90 días, pero la duración de las locales se define en los congresos de los estados.

 

Puede haber desfases. El caso más extremo es del Estado de México, cuyas campañas locales iniciaron el 26 de abril, es decir, casi dos meses después del inicio de la campaña federal.

 

Las campañas cristalizan derechos fundamentales. El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos las enmarca en las libertades de expresión, de asamblea, de asociación y de información. A pesar de ello, el Comité facultado para interpretar el Pacto reconoce que debe haber restricciones sobre las campañas, incluido el uso de recursos públicos, el tipo de materiales que se pueden distribuir y, por supuesto, el financiamiento.

 

Las buenas prácticas internacionales sugieren que, como en México, las campañas sean financiadas con recursos públicos y privados, a efecto de garantizar que todas las propuestas estén al alcance de las personas que ejercerán su derecho al voto.

 

La modernidad ha impactado positivamente en el desarrollo de las campañas. Por un lado, con la proliferación de debates que permiten a la ciudadanía no sólo conocer las propuestas, sino inclusive ver cómo se contraponen. Algunas entidades como el Estado de México, ponen a disposición de las candidaturas municipales la organización de debates, lo cual amplifica el acceso a la información disponible para que la ciudadanía forme una opinión informada.

 

Por otro lado, se han puesto en marcha plataformas que permiten a las personas consultar los perfiles de las candidaturas desde sus computadoras o dispositivos electrónicos. “Conóceles” logra ese objetivo adecuadamente porque vincula a los partidos y candidaturas a subir su información, de manera que alcanza niveles altos de captación de datos.

 

A pesar de estos beneficios, hay un desafío particular que también arribó con la modernidad. En casi todos los países se ha detectado la difusión deliberada de desinformación justo en medio de las campañas electorales. A través de las redes sociales, han circulado mensajes que buscan confundir al electorado, sesgar sus percepciones o, en el peor de los casos, alejarlo de las urnas.

 

Las recomendaciones internacionales sugieren que los institutos electorales sean una fuente constante de información real que permita a la ciudadanía discernir la realidad cuando reciba información errónea en sus redes. Es recomendable que la ciudadanía verifique la información que consume antes de compartirla con sus familiares y amistades.

 

A veinte días de que finalicen las campañas, vale la pena reflexionar sobre su contribución a la democracia mexicana. Es la presentación pública de propuestas políticas la que da contenido a las elecciones y nutre sustancialmente las decisiones que habrá de tomar el electorado.

 

POR AMALIA PULIDO

Presidenta del Instituto Electoral del Estado de México

@pulido_amalia

 

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