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Este domingo, por primera vez en la historia democrática de nuestro país, la ciudadanía fue convocada para ejercer su derecho al voto en una consulta popular federal. De la revisión de la participación ciudadana se pudiera desprender que no es alentador el ejercicio realizado, pues ésta no logró siquiera el diez por ciento, cuando se requería que, para que el resultado fuera vinculante, al menos el cuarenta por ciento de la ciudadanía registrada en la lista nominal de electores participara, lo que deja muchas interrogantes.

Ante este escenario, y el que se tuvo durante la organización de la consulta, vale la pena revisar, al menos, tres temas. En primer lugar, analizar tanto el requisito del mínimo de participación para que los resultados sean vinculantes, así como la fecha de la consulta. Esto, porque en una democracia donde nos hemos acostumbrado a que la participación en las elecciones sea de cerca del cincuenta por ciento de la ciudadanía registrada en la lista nominal, requerir que un par de meses después salga la ciudadanía a votar nuevamente en porcentajes similares parece excesivo.

En segundo lugar, se propone revisar la obligatoriedad de dotar de recursos suficientes al Instituto Nacional Electoral, autoridad encargada de organizar las consultas, para poder gestionar todo lo relativo a éstas. Como se acaba de mencionar, el que las consultas deban ser realizadas en fechas distintas a las elecciones obliga a esta autoridad a tener que erogar más recursos de los previstos, lo que, como se presenció en la consulta convocada, provocó que se instalaran menos casillas.

Finalmente, se propone revisar los límites a las materias que pueden consultarse, toda vez que la Constitución establece que no puede ser objeto de consulta lo atinente a la restricción de los derechos humanos; los principios consagrados en el artículo 40 (forma de gobierno); la materia electoral; los ingresos y gastos del Estado; la seguridad nacional; y la organización, funcionamiento y disciplina de la Fuerza Armada Permanente.

En efecto, cuando diversas fuerzas políticas pretendieron someter a consulta temas como el salario mínimo, hidrocarburos y diputaciones plurinominales, la Suprema Corte de Justicia de la Nación declaró la inconstitucionalidad de las preguntas por los temas que tocaban. Incluso, al revisar el tema de la consulta llevada a cabo el pasado domingo, la Corte modificó en su totalidad los términos la pregunta propuesta por el Ejecutivo federal. Esto nos permite advertir que es indispensable revisar cuidadosamente qué es lo que sí se puede preguntar a la ciudadanía.

Lo propuesto tiene el objetivo de que, ya que hemos utilizado este mecanismo de participación ciudadana (y visto las deficiencias presentadas), la consulta popular logre su fin de ser un instrumento útil y eficaz que involucre directamente a la ciudadanía en los asuntos de trascendencia nacional y regional.

Hace unas semanas en el estado de México celebramos elecciones para renovar los ayuntamientos, así como las cámaras local y federal de diputados. De los resultados obtenidos, debe destacarse que más del cincuenta por ciento de la ciudadanía inscrita en la lista nominal de electores ejerció su derecho al voto y participó en los comicios. Esto es relevante debido a que, pese a la situación sanitaria que vivimos, la participación ciudadana no disminuyó como algunas voces pronosticaban que ocurriría.

Al respecto, debe reconocerse que durante la jornada electoral las personas funcionarias de casilla y la ciudadanía en general mantuvieron todas las medidas sanitarias solicitadas. Sin lugar a dudas, esto último fue una muestra de madurez y responsabilidad, pues ello permitió cuidar la salud de todos.

Es importante tomar en cuenta que, si bien ya se ha celebrado la jornada electoral, el proceso comicial no ha culminado. Actualmente nos encontramos en una etapa en la cual los partidos políticos o quienes ostentaron alguna candidatura, en caso de haber estado inconformes con los resultados, acudieron ante las autoridades jurisdiccionales para solicitar su revisión. Por supuesto, las determinaciones de los tribunales electorales pueden influir en la conformación final de los ayuntamientos y los congresos.

Al tenor anterior, es importante tener presente que ahora le corresponde, en primera instancia, al Tribunal Electoral del Estado de México (TEEM) pronunciarse acerca de los recursos que se promovieron y, de ser el caso, corresponderá al Instituto Electoral del Estado de México (IEEM), ser uno de los encargados de cumplir con sus determinaciones.

Como se observa, en este momento la estafeta del proceso electoral no la ostentan ni el IEEM, como autoridad administrativa, ni la ciudadanía, respecto al ejercicio de su derecho a votar. Sin embargo, todos seguimos involucrados de manera indirecta, y será conforme a lo determinado por las autoridades jurisdiccionales que incluso deberemos involucrarnos nuevamente de manera directa (como en el caso de la realización de elecciones extraordinarias).

En ese contexto, invito a la ciudadanía a que sigamos atentos y participativos en la vida política tanto de su respectivo municipio, como de nuestro estado y nuestro país. Una vez que se culmine con la etapa de impugnaciones y, en su momento, el proceso electoral también concluya, se iniciará un periodo en el que debemos vigilar y participar del trabajo de quienes gobiernan y legislan, por lo que habrá otros derechos y obligaciones que ejercer.

En definitiva, la democracia no es sólo el ejercicio de nuestros derechos político-electorales de votar y ser votado, ni se termina al haberlos ejercido durante la jornada electoral. La democracia es una tarea diaria que nos corresponde a todos, por lo que debemos involucrarnos en cada una de las etapas y momentos que esta forma de gobierno nos exige como ciudadanos.

Este domingo seis de junio la ciudadanía mexicana ha sido convocada para ejercer su derecho al voto y así renovar a la Cámara de Diputados. A su vez, en distintas entidades del país habrá elecciones locales, tal como ocurre en nuestro estado de México, donde se renovarán los ayuntamientos y el Congreso local.

Por lo anterior, de cara a la jornada electoral, es importante que la ciudadanía considere los siguientes aspectos. A partir de hoy y hasta el cinco de junio se fijarán, en los lugares en que se instalarán las casillas, las listas electorales de los ciudadanos que podrán votar en cada sección, así como las listas de las personas postuladas como candidatos por las diferentes fuerzas políticas.

En el mismo sentido, en diversos medios de comunicación se publicará el llamado “encarte”, que es la lista de casillas identificadas por el número de sección a la que pertenecen, el tipo de casilla, el domicilio donde se ubicarán y los nombres de las personas que actuarán como funcionarios de casilla.

Todo lo anterior es de suma importancia porque, en caso de que alguna persona no encuentre su nombre en la sección que le corresponde, deberá acudir ante la autoridad competente, pues de lo contrario no podrá ejercer su derecho al voto.

Además, debe destacarse que tendremos la llamada “veda electoral” (la cual inicia el próximo jueves y culmina el domingo de la elección), cuyo propósito es que la ciudadanía tenga un periodo en el cual pueda reflexionar su voto y, por lo tanto, durante esos días no puede haber ningún tipo de campañas o actos electorales.

Lejos de entrar en una discusión acerca de la pertinencia o no del mencionado periodo de veda electoral, invito a la ciudadanía a que realmente lo utilicemos para contrastar los proyectos y planes de Gobierno que han difundido los partidos políticos, a efecto de emitir un voto informado y razonado.

También, es importante que la ciudadanía recuerde que su voto siempre cuenta, por lo que incluso cuando en su distrito o ayuntamiento no resulte electa la fórmula o planilla por la que se votó, el sufragio emitido contará al momento de asignar las regidurías o diputaciones por el principio de representación proporcional.

Desde luego, no debe olvidarse que ante la crisis sanitaria que vive el mundo, se pide que acudamos a las casillas respetando en todo momento las medidas sanitarias que las autoridades han señalado puntualmente, con el objetivo de evitar contagios.

Finalmente, recordando que la democracia es tarea de la sociedad en su conjunto, y que el derecho al voto es posiblemente la herramienta más grande que tenemos para incidir en la vida política, se invita a la ciudadanía a que este domingo acuda a las urnas para ejercerlo.

Tengan por seguro que desde el Instituto Electoral del Estado de México hemos trabajado, y lo seguiremos haciendo, para que la ciudadanía cuente con una jornada electoral que respete los principios democráticos y el marco jurídico que nos rige.

¡Tú haces la mejor elección!

Cada vez estamos más cerca de la jornada electoral, que no olvidemos se realizará el próximo seis de junio, lo cual significa ya que se han llevado a cabo una serie de etapas dentro de las cuales se considera que las campañas electorales (las cuales dieron inicio el pasado treinta de abril y concluirán hasta el dos de junio) son la etapa crucial del proceso electoral.

Lo anterior, porque es durante los treinta y cuatro días que durarán dichas campañas que quienes aspiran a un cargo de elección popular se acercarán a la ciudadanía para exponer sus propuestas. En tal sentido, es durante este periodo que la ciudadanía debe observar y contrastar las ofertas políticas que se le presenten para seleccionar cuál es la que cumple o se acerca de mejor manera a sus necesidades, intereses y expectativas de continuidad o cambio.

Al respecto, vale la pena recordar que estamos en presencia de un proceso electoral concurrente, lo cual quiere decir que habrá campañas para renovar el Congreso local y los ayuntamientos de nuestro estado, así como el Congreso federal, por lo que durante esta etapa tanto la ciudadanía como las fuerzas políticas tendrán un trabajo intenso y complejo.

No pasa inadvertido que debido a la situación sanitaria que se atraviesa, se debe prestar atención al hecho de que en esta ocasión quienes ostentan una candidatura deberán de tener especial cuidado en las formas que utilizarán para acercarse a la ciudadanía y evitar poner en riesgo su propia salud y la de los demás.

Por otro lado, durante este periodo, una de las actividades que destacan en relación con las campañas electorales es la realización de debates, por lo que deberemos estar muy pendientes de cuándo y cómo se llevarán a cabo. Esto deberá informarse con la debida antelación para que la ciudadanía pueda seguirlos y obtener conclusiones.

Asimismo, no debe perderse de vista que durante este periodo el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) y el Instituto Nacional Electoral (INE) tienen diversas y muy importantes responsabilidades, entre las que destaca el monitoreo de la propaganda electoral, a efecto de salvaguardar los principios democráticos y constitucionales que rigen la contienda electoral.

En este sentido, un aspecto muy relevante es que durante este periodo de campañas no puede difundirse propaganda gubernamental (exceptuando la relativa a los servicios educativos, de salud y la necesaria para la protección civil en casos de emergencia), lo cual también es vigilado por el IEEM y el INE en el ámbito de sus competencias. El objetivo de evitar tal propaganda es que ésta no influya en la decisión de la ciudadanía al momento de definir su voto.

Finalmente, invito a la ciudadanía mexiquense a que examine y reflexione las diversas propuestas que las fuerzas políticas contendientes le presentan, y a las candidatas y candidatos, respetar las reglas democráticas. La democracia es tarea de todas y todos.

La década de los noventa fue muy importante para la democracia mexicana ya que, tanto a nivel federal como local, y atendiendo las inquietudes y los llamados de la ciudadanía, se realizaron una serie de reformas en materia electoral con el objetivo de fortalecer el camino hacia la consolidación democrática.

En tal sentido, en nuestro estado de México, en febrero de 1995 se publicó una reforma constitucional en la cual, entre otros aspectos, se señaló que la organización, el desarrollo y la vigilancia de los procesos electorales se realizarían por un organismo público autónomo, el cual estaría dotado de personalidad jurídica y patrimonio propios.

Al respecto y como antecedente, es oportuno recordar que antes de la reforma mencionada las elecciones en nuestro estado eran organizadas por la Comisión Estatal Electoral, la cual estaba integrada por: dos funcionarios del poder ejecutivo estatal, un diputado local, un representante de cada partido político registrado y un secretario (cargo que era ocupado por un notario público de Toluca).

Ahora bien, con base en la reforma constitucional aludida, en marzo de 1996 se publicó el Código Electoral de nuestra entidad, ordenamiento que dispuso que el organismo autónomo al cual se refería la Constitución se denominaría Instituto Electoral del Estado de México (IEEM). Asimismo, se estableció que el órgano superior de dirección del Instituto sería un Consejo General, el cual estaría integrado por una presidencia, cuatro consejerías del Poder Legislativo y seis consejerías electorales, todas con voz y voto.

Conforme a lo señalado, se puede observar que el cambio que se dio, al pasar de una Comisión a un organismo autónomo, fue impulsar la imparcialidad de quienes organizaban y vigilaban los procesos electorales.

Así, atendiendo a lo dispuesto en la Constitución y el Código Electoral mexiquenses, en abril de 1996 se llevó a cabo la primera sesión del Consejo General del IEEM, por lo que es a lo largo de dicho mes que se conmemora al Instituto.

Sin lugar a duda, la labor del IEEM ha sido trascendente y muy compleja en la construcción de nuestra democracia, pues el camino no sólo ha sido largo, sino que ha representado, en cada proceso electoral, un desafío, pues se ha procurado responder tanto a las demandas de la ciudadanía, como a la constante modificación de los contextos políticos y sociales de nuestro estado.

En ese orden de ideas, exhorto a quienes servimos en el IEEM para que nuestro Instituto siga rememorando sus orígenes y no olvidemos que su creación se dio, en gran medida, por la exigencia de la sociedad que requería independencia e imparcialidad en la organización de las elecciones.

Por último, considero que la ocasión debe aprovecharse para revisar el desempeño del Instituto y, de esta manera, poder señalar críticamente los aspectos que se deben corregir y mejorar en aras de que siga contribuyendo a la consolidación democrática de nuestro estado de México.