Hace unas semanas en el estado de México celebramos elecciones para renovar los ayuntamientos, así como las cámaras local y federal de diputados. De los resultados obtenidos, debe destacarse que más del cincuenta por ciento de la ciudadanía inscrita en la lista nominal de electores ejerció su derecho al voto y participó en los comicios. Esto es relevante debido a que, pese a la situación sanitaria que vivimos, la participación ciudadana no disminuyó como algunas voces pronosticaban que ocurriría.
Al respecto, debe reconocerse que durante la jornada electoral las personas funcionarias de casilla y la ciudadanía en general mantuvieron todas las medidas sanitarias solicitadas. Sin lugar a dudas, esto último fue una muestra de madurez y responsabilidad, pues ello permitió cuidar la salud de todos.
Es importante tomar en cuenta que, si bien ya se ha celebrado la jornada electoral, el proceso comicial no ha culminado. Actualmente nos encontramos en una etapa en la cual los partidos políticos o quienes ostentaron alguna candidatura, en caso de haber estado inconformes con los resultados, acudieron ante las autoridades jurisdiccionales para solicitar su revisión. Por supuesto, las determinaciones de los tribunales electorales pueden influir en la conformación final de los ayuntamientos y los congresos.
Al tenor anterior, es importante tener presente que ahora le corresponde, en primera instancia, al Tribunal Electoral del Estado de México (TEEM) pronunciarse acerca de los recursos que se promovieron y, de ser el caso, corresponderá al Instituto Electoral del Estado de México (IEEM), ser uno de los encargados de cumplir con sus determinaciones.
Como se observa, en este momento la estafeta del proceso electoral no la ostentan ni el IEEM, como autoridad administrativa, ni la ciudadanía, respecto al ejercicio de su derecho a votar. Sin embargo, todos seguimos involucrados de manera indirecta, y será conforme a lo determinado por las autoridades jurisdiccionales que incluso deberemos involucrarnos nuevamente de manera directa (como en el caso de la realización de elecciones extraordinarias).
En ese contexto, invito a la ciudadanía a que sigamos atentos y participativos en la vida política tanto de su respectivo municipio, como de nuestro estado y nuestro país. Una vez que se culmine con la etapa de impugnaciones y, en su momento, el proceso electoral también concluya, se iniciará un periodo en el que debemos vigilar y participar del trabajo de quienes gobiernan y legislan, por lo que habrá otros derechos y obligaciones que ejercer.
En definitiva, la democracia no es sólo el ejercicio de nuestros derechos político-electorales de votar y ser votado, ni se termina al haberlos ejercido durante la jornada electoral. La democracia es una tarea diaria que nos corresponde a todos, por lo que debemos involucrarnos en cada una de las etapas y momentos que esta forma de gobierno nos exige como ciudadanos.
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