Las elecciones locales de 2024
Es a partir de esos estudios y de la experiencia comparada que los organismos internacionales han generado recomendaciones
En los últimos años, los estudios sobre elecciones han abierto novedosas líneas de investigación alrededor del papel de los organismos electorales. La logística para que millones de personas puedan acudir a las urnas supone una planeación muy bien cuidada.
Cada votación tiene impactos en la representación política y la legitimidad de los gobiernos. De ahí que la administración de elecciones no admite errores o imprevistos. Los riesgos se deben calcular anticipadamente.
Es a partir de esos estudios y de la experiencia comparada que los organismos internacionales han generado recomendaciones.
Por ejemplo, la guía de buenas prácticas en materia electoral de la OEA, sugiere que estas autoridades cuenten con independencia en su capacidad de decisión y acción. Los árbitros no deben estar sometidos en su desempeño a ninguna influencia gubernamental o política. También enfatiza la necesidad de contar con personal especializado y con presupuesto propio para la ejecución de sus actividades.
Otras recomendaciones internacionales tienen que ver con la necesidad de asociar los presupuestos a los programas de trabajo institucionales. Esto es así porque, en materia electoral, los recursos que se invierten deben corresponder con el ciclo electoral. En años de comicios, se despliegan tareas que no ocurren en otros momentos, por lo que debe haber fondos suficientes para llevarlas a cabo.
En el caso de México hay otro grado de complejidad. El proceso de transición dotó a los procesos comiciales de estrictas medidas de seguridad y muchos espacios de control y vigilancia. La integridad de las elecciones y el ejercicio pleno de los derechos políticos, se han constituido sobre la base de procedimientos ciudadanos, colegiados y vigilados en todo momento por los contendientes. Ello trajo consigo un aumento en las necesidades de recursos. No son costos. Velar por la integridad electoral es una inversión de gran valía para la sociedad.
Los datos, sin embargo, a veces apuntan hacia otra dirección. En 2023, por ejemplo, de los 32 institutos electorales locales del país, sólo 7 no vieron mermados sus requerimientos presupuestales. El dato es preocupante, si se considera que las prerrogativas que se entregan a los partidos van al alza, al tiempo que los recursos para la organización comicial decrecen. Las instituciones deben hacerse más eficientes, pero el cambio debe ejecutarse gradualmente y con responsabilidad.
Valen la pena esas consideraciones, de cara a las elecciones 2024, donde habrá predominancia de lo local. El 2 de junio, 97 millones de mexicanas y mexicanos no sólo votarán la nueva presidencia. También renovarán más de 19 mil cargos en las 32 entidades. Por primera vez en la historia, el proceso federal concurrirá con elecciones locales en todos los estados del país. Esto debe motivarnos a centrar nuestra atención al ámbito subnacional y a estar pendientes de la labor realizada por los institutos electorales locales. La democracia nacional debe mucha de su fortaleza a estas instituciones.
POR AMALIA PULIDO
PRESIDENTA DEL INSTITUTO ELECTORAL DEL ESTADO DE MÉXICO
@PULIDO_AMALIA
Medir la violencia de género: avances y oportunidades
La Encuesta sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares del INEGI de 2021 muestra que 7 de cada 10 mexicanas han sufrido algún tipo de violencia
Cada 25 de noviembre el mundo conmemora el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. Esta fecha nos recuerda la urgencia por erradicar esta cruda expresión de la desigualdad de género. Si bien el llamado global ha logrado abrir canales, aún hay áreas de oportunidad para visibilizar el problema. Una de las que más llama mi atención tiene que ver con el manejo de datos empíricos. Aunque contamos con importantes herramientas, debemos perfeccionarlas y ampliar su uso.
Las cifras no son números aislados. Representan vidas, experiencias y la necesidad imperante de tomar acciones. Por eso hay que ponerles atención. La Organización de las Naciones Unidas indica que una de cada tres mujeres ha experimentado violencia física o sexual en algún momento de su vida. Cada año 45 mil mujeres son asesinadas por sus parejas o familiares. Este último dato representa más de la mitad de los homicidios mundiales contra mujeres. Es decir, para muchas mujeres sus hogares y familias no representan puntos de resguardo y tranquilidad, sino focos de riesgos.
El problema alcanza a todas las naciones del mundo, pero hay países donde la problemática se agudiza mucho más. En México, por ejemplo, datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública muestran que más de 600 mujeres han sido asesinadas por razones de género de enero a septiembre del 2023. Estas cifras revelan a la violencia contra las mujeres, como un problema sistémico, enraizado en las estructuras sociales. De ahí la importancia de contar con buenas herramientas de medición.
La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares del INEGI es una de las más valiosas. Además de ser la principal fuente de información del tema, este instrumento ha hecho de México una referencia internacional por los estándares éticos y metodológicos aplicados en su levantamiento. También nos ha permitido dimensionar adecuadamente el problema. Las cifras del 2021 muestran que 7 de cada 10 mexicanas han sufrido algún tipo de violencia en la vida. La representatividad a nivel estatal deja ver que, para el caso mexiquense, son 8 de cada 10 mujeres. La entidad más poblada del país es también la de mayor prevalencia.
La recopilación de datos a partir de una perspectiva de género es esencial para comprender la magnitud de esta crisis. Lo es en todos los ámbitos de la vida pública, incluyendo por supuesto todo lo que atañe al libre ejercicio de los derechos político – electorales. Hombres y mujeres deben poder participar en condiciones de igualdad, libres de cualquier forma de violencia. Se necesitan datos para garantizar mejor las prerrogativas ciudadanas.
En el IEEM estamos no sólo comprometidos con erradicar la violencia política contra las mujeres, sino también a producir información útil para comprender todas las dimensiones del problema. La evidencia es fundamental para que las mujeres puedan ejercer sus derechos libres de miedo, violencia e inequidad.
Participación ciudadana y referéndums: el caso estadounidense
Todavía hay mucho que decir de los procesos electorales estadounidenses a nivel subnacional
El pasado 7 de noviembre hubo elecciones en algunos estados de la unión americana. Kentucky, Virginia, Mississippi y Pensilvania, votaron gubernaturas, alcaldías, legislaturas. El resultado más significativo fue el de los referéndums en Ohio: la ciudadanía votó por el sí a la despenalización del aborto y el uso recreativo del cannabis. Aunque el federalismo electoral estadounidense es, de lejos, el esquema institucional más estudiado del planeta, aún hay mucho que decir de sus elecciones a nivel subnacional. Me permitiré compartir mis impresiones sobre estas consultas realizadas hace un par de días.
En primer lugar, hay que decir que la democracia directa no formó parte nuclear en el diseño constitucional original estadounidense. Para los federalistas, la forma ideal de democracia era la representativa, con mecanismos de contrapesos entre poderes. El colegio electoral es, de hecho, muestra del espíritu de democracia indirecta que aún persiste en el sistema electoral estadounidense. En 2016, a pesar de tener 3 millones de votos más que Trump, Clinton no fue electa como presidenta de Estados Unidos.
Aún con ello, lo cierto es que a nivel local los mecanismos de participación directa no son poco comunes en la historia norteamericana. Luego de la declaratoria de independencia, algunos estados adoptaron sus nuevas cartas magnas mediante estas vías. En Massachusetts, por ejemplo, los votantes adoptaron una nueva constitución en 1780, después de rechazar una propuesta inicial mediante referéndum. Lo mismo pasó en New Hampshire cuando adoptaron su constitución en 1783. En realidad, la tradición de aprobar enmiendas constitucionales a través del plebiscito es un aprendizaje que surgió desde lo local.
Dicho esto, no son pocas las ventajas que suponen los ejercicios directos de participación. Convocar a las urnas únicamente para renovar cargos puede disminuir el involucramiento en el proceso democrático. Al permitir que se participe directamente mediante referendos, iniciativas populares u otros mecanismos, se fomenta la participación activa en una gama más amplia de temáticas. El destino del gasto público, medidas reproductivas y hasta tratados internacionales, han sido sometidos al escrutinio público en otras naciones.
Argentina 2023: el voto estratégico
Los resultados de la primera vuelta del domingo en ese país ofrecen una perspectiva para problematizar en torno a la idea de interacción estratégica
Decía Duverger que los sistemas electorales impactan la configuración política de los países a través de dos efectos. El primero, con la distorsión que las fórmulas hacen cuando convierten votos en escaños. El segundo tiene que ver con la psicología de los actores políticos y la ciudadanía. Desarrollos teóricos posteriores han enriquecido esta segunda idea, demostrando actuaciones estratégicas emanadas a partir de la expectativa del resultado de una elección.
Los resultados de la primera vuelta del domingo pasado en Argentina ofrecen una perspectiva interesante para problematizar en torno a esta idea de interacción estratégica. Quizás los resultados de esta ronda no son tan sorpresivos como apunta la prensa latinoamericana.
A primera vista, el hecho de que el actual Ministro de Economía – Sergio Massa – haya resultado triunfador resulta contra intuitivo. La economía argentina muestra rasgos de estancamiento, al tiempo que la inflación es superior al 148% anual. Además, en las elecciones primarias el ultraderechista Milei obtuvo una enorme cantidad de votos. Todas las encuestas sugerían que el estridente candidato de La Libertad Avanza confirmaría la victoria en las urnas.
El pronóstico no se cumplió. Massa sacó más de 6 puntos de ventaja. Remontadas como estas tienen múltiples explicaciones. Una tiene que ver con los cambios en la participación después de las primarias. La asistencia a las urnas creció 9% entre las PASO y la jornada electoral. Números recientes apuntan a que esos nuevos electores se inclinaron por el peronismo.
Los datos también indican que, en las grandes provincias como Buenos Aires, Córdoba o Santa Fe, el voto por Massa creció después de las primarias. El de la extrema derecha, por el contrario, se mantuvo constante. A ello hay que sumarle que el tercer lugar, Juntos por el Cambio, perdió 5% de sus preferentes.
Lo anterior es un aspecto central para el diseño de sistemas electorales. Las personas son receptivas del tipo de reglas con que eligen a sus gobernantes. Las primarias y sondeos de opinión en Argentina sirvieron para definir un voto estratégico. Quienes votaron el pasado domingo no sólo pensaban en el eventual resultado de la primera vuelta, sino en los posibles careos derivados del balotaje.
Ahora bien, este modelo también toca el comportamiento de los competidores. Juntos por el Cambio, opción ubicada al centro de los punteros, recientemente confirmó su apoyo a Milei. Ese respaldo hará que su mensaje se dirija al centro del espectro político, donde se ubican los votantes de Bullrich. El dato es sorprendente, si se considera que la excandidata ya alguna vez demandó penalmente al ultraderechista.
Las fichas siguen en juego para definir la presidencia de la cuarta nación más grande de América Latina. El balotaje requerirá, nuevamente, que las y los votantes argentinos reflexionen entorno a las propuestas políticas de los dos punteros. Hay reglas electorales que motivan más el involucramiento ciudadano. Vale la pena seguirlas estudiando.
POR: AMALIA PULIDO
Presidenta del Instituto Electoral del Estado de México
@pulido_amalia
A 70 años del voto femenino
La profesora de la Universidad de Harvard fue la tercera en recibir la distinción, derivado de sus estudios sobre el mercado laboral
Recientemente, Claudia Goldin fue galardonada con el premio Nobel de Economía. Es poco común que este premio se otorgue a una especialista en historia económica. Menos frecuente, que se entregue a una mujer. La profesora de la Universidad de Harvard fue la tercera en recibir la distinción, derivado de sus estudios sobre el mercado laboral, especialmente en Estados Unidos.
Los trabajos de Goldin han sido centrales para desmitificar una idea: la de que el crecimiento económico es suficiente para que ambos sexos participen por igual en el mercado de trabajo. El estudio de periodos largos de tiempo le permitieron identificar una relación directa entre ambas variables, pero también que, en periodos como el de la industrialización estadounidense, la proporción de mujeres empleadas decrecía, a la par que la economía mejoraba.
A Goldin, sin embargo, un punto en la historia le trajo más interés: el arribo de la píldora anticonceptiva. Ésta trajo a las mujeres la posibilidad de prolongar unos años más su profesionalización y tener mayor control sobre el tamaño de familia que tendrían. Esto, a su vez, representó un salto importante en su participación en el mercado laboral. A cinco décadas de distancia, es desesperanzador ver que el ingreso de mujeres al mercado laboral no fue suficiente para cerrar brechas salariales.
En el ámbito de la política, las últimas décadas también trajeron consigo expectativas incumplidas. Las sufragistas que consiguieron el voto de las mujeres en México, hace 70 años, difícilmente habrían imaginado que la participación paritaria en la toma de decisiones tomaría décadas.
Efectivamente, el próximo 17 de octubre estaremos conmemorando aquella reforma constitucional que en 1953 reconoció el derecho de las mujeres mexicanas a votar y ser votadas en cargos federales.
La política, sin embargo, no cambió de forma significativa después de la promulgación de dicha reforma. Para que la toma de decisiones en el país se transformara, fue necesaria la introducción gradual de cuotas en la legislación electoral. Fue hasta 2019 que se amplió la presencia de las mujeres en prácticamente todos los órganos públicos. Los tres poderes se han fortalecido con sus nuevas integraciones paritarias.
No obstante, estos avances han estado acompañados de retrocesos y obstáculos. Un ejemplo es que, apenas se hizo obligatorio el registro paritario de candidaturas, surgieron intentos para burlar la medida. Los bloques de competitividad fueron el mecanismo para detener esas intentonas. Ahora, el número de candidaturas por género debe ser igualitario en todos los niveles de competitividad de las organizaciones partidistas.
La economía y la política están estrechamente vinculadas. Estudios como los de Claudia Goldin dan cuenta de que, en la actualidad, el género de las personas sigue siendo un atributo discriminador significativo. Abren, sin embargo, rutas y metodologías de investigación útiles para aplicar en otros contextos sociales.
POR: AMALIA PULIDO
Presidenta del Instituto Electoral del Estado de México
@pulido_amalia
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