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En México, cerca de 5 millones de personas se autoidentifican con una orientación sexual e identidad de género LGBTI+. El Estado de México es la entidad federativa que cuenta con el mayor número de personas que se autoidentifican LGBTI+, aproximadamente 489,594.[1]

 

A pesar de ello, no se encuentran representadas en el ámbito legislativo y jurisdiccional. La entidad es una de las 6 en todo el país que no ha reconocido el matrimonio igualitario y que no tiene ninguna acción afirmativa que les permita acceder a cargos de elección popular sin discriminación.

 

A diferencia de lo que ocurre a nivel federal, en donde el INE implementó una acción afirmativa para personas de la diversidad sexual y 21 institutos electorales del país también lo hicieron, el IEEM no generó ninguna; por lo que tendremos que construir una ruta para trabajar colegiadamente en este tema y contar pronto con una propuesta que nos permita generar esa acción afirmativa.

 

El machismo[2] como parte de la cultura patriarcal es en gran medida lo que genera esta resistencia que, lamentablemente, no es exclusiva de hombres, sino también de algunas mujeres que, en conjunto, impiden la materialización de los derechos humanos entre los que se encuentran los político-electorales de la comunidad de la diversidad sexual.

 

Esta es una realidad en la que debemos comprender que la diversidad sexual y de género se refiere a todas las posibilidades que tienen las personas para expresar y vivir su sexualidad, sus preferencias u orientaciones e identidades sexuales y de género. Los Estados deben reconocer legalmente la identidad de género de las personas.

 

Que las personas no binarias son aquellas que no se sienten identificadas con ninguno de los términos de la dualidad tradicional entre lo femenino y lo masculino de la sociedad. Su identidad autoasignada no se percibe totalmente femenina o masculina[3], y que también, deben tener garantizado el respeto a sus derechos en todas las dimensiones.


Aguascalientes ha marcado un precedente, al haber designado por primera vez a un Magistrade no binario en el Tribunal Electoral, quien lo logró a través de un Juicio para la Protección de los Derechos Político Electorales.

 

En nuestra entidad estos vacíos que prevalecen en las instituciones del Estado deben cambiar y ajustarse a la realidad. Los grupos históricamente discriminados comenzarán a cobrar relevancia en los próximos meses, pues han exigido durante décadas ser escuchados. Es justo y obligatorio que sus derechos efectivamente se materialicen: son parte de nuestra sociedad, son parte de la ciudadanía.


[1] Encuesta Nacional sobre Diversidad Sexual y de Género (ENDISEG) 2021

[2] Glosario para la igualdad. Instiituto Nacional de la Mujeres

[3] Guía para la acción pública contra la homofobia. México, Conapred, 2012, p. 15.

 

Lunes, 03 Octubre 2022 09:00

La libertad de expresión

La libertad de expresión, lo deben tener muy claro quienes atentan contra ella, es un derecho fundamental reconocido en la Declaración Americana sobre los Derechos y Deberes del Hombre, la Convención Americana sobre Derechos Humanos, la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto de los Derechos Civiles y Políticos, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y la del Estado de México en su artículo 5º.

 

Es la piedra angular de la democracia, pues para conformar una sociedad libre y democrática es necesario que esta esté suficientemente informada.

 

La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha expresado que la consolidación y desarrollo de la democracia depende de la existencia de libertad de expresión, la cual es inherente a todos los seres humanos sin excepción, no se puede suprimir y es indivisible e interdependiente de todos los derechos humanos, esto significa que su progreso facilita el avance de los demás, lo mismo que su privación afecta negativamente al resto de los derechos.

 

¿Se puede limitar la libertad de expresión?

 

No, no se puede. Limitarla o censurarla es un signo negativo y contrario a la democracia.

 

Los Estados están obligados a respetarla y protegerla tomando medidas proactivas y positivas para su pleno ejercicio. La excepción a este derecho sólo se da cuando exista un peligro real e inminente que amenace la seguridad nacional y debe estar previsto en la ley.

 

Es un derecho de todas las personas. No es exclusivo de un grupo, se ha confundido que es solo para periodistas por ser quienes juegan un rol crucial en la sociedad y que lamentablemente en muchos casos han sido asesinados por expresar sus ideas; sin embargo, el derecho es universal.

 

El peligro de la censura por parte del Estado

 

Es claro que la libertad de expresión es necesaria en todo proceso democrático. El Estado de México está a tres meses de iniciar el que será un proceso de renovación de la Gubernatura [antesala del proceso federal 2024].

 

Es muy peligroso y alarmante que en estos tiempos se ataque y limite el derecho de libertad de expresión por cualquier medio, se obstaculice el libre debate de ideas y opiniones, sobre todo si este tipo de conductas vienen de quienes detentan el poder del propio Estado.

 

La información es poder y la ciudadanía exige y tiene derecho a tener información de todo lo que impacta en la vida democrática de un estado altamente politizado en donde se organiza ya el proceso electoral.

 

Violan la libertad de expresión, la censura, la interferencia o presión directa o indirecta sobre cualquier expresión, opinión o información difundida a través de cualquier medio de comunicación oral, escrito, artístico, visual o electrónico.

 

Habrá que poner suma atención para que estas actitudes represoras se condenen y dejen de suceder. Ya suficiente sombra gris se carga históricamente.

Martes, 27 Septiembre 2022 09:00

Democracia y Derechos Humanos

Una joven mujer cruzando la calle con el cabello suelto y un velo rosa en las manos, nos deja ver y sentir un halo de esperanza y de fuerza.

 

La muerte de Mahsa Amini la joven iraní de 22 años que fue brutalmente asesinada por la policía de la moral en su país, obliga que los ojos y conciencias de todo el mundo estemos volcadas en manifestar nuestra sororidad, solidaridad y rechazo total a conductas que son contrarias a la condición humana y que nos hacen reflexionar sobre la necesidad de seguir replanteando la forma en la que los regímenes políticos se viven en el mundo entero.

 

Así como el totalitarismo y la autocracia deben ser erradicados por completo con los fanatismos religiosos y la doble moral que manejan, también está la necesidad de reflexionar sobre la democracia, que pese a ser contraria a los antes descritos pasa hoy en día por momentos de quiebre en varios de los ideales y fines propios de ella.

 

La limitación al poder con reglas claras para lograr igualdad, justicia, un estado de derecho que respete y garantice los derechos humanos y la libertad en sus diferentes vertientes, son valores y principios que han pasado por momentos duros en los que el incorrecto ejercicio del poder ha aniquilado a millones de seres humanos, coartando y vulnerando su dignidad.

 

Qué decir de las mujeres que como género hemos estado por siglos sin ser parte de las decisiones públicas y de poder, mujeres que han luchado y han puesto su vida de por medio para manifestar no solo la violencia sino la omisión total de derechos y libertades que laceran la dignidad y calidad de personas y ciudadanas.

 

Las mujeres de Irán son un ejemplo de lo que nuestro género ya no está dispuesto a tolerar.

 

La democracia es lo mejor que tenemos hasta el momento. Karl Popper decía que como forma de gobierno, nos permite sacudirnos de los malos gobiernos sin tener que disparar un tiro o castigar sin matar; sin embargo, actualmente vemos que de acuerdo con el índice de Democracia de The Economist se refleja que menos de la mitad de la población del planeta, cerca del 45%, vive en algún tipo de democracia y que cerca de un 37% de la población mundial está gobernada por un régimen autoritario.

 

Aunado a ello, el estado de la democracia a nivel global de acuerdo con los datos de 2021, arroja que la media se encuentra en 5.21 de una escala de 0 a 10.

 

Estos datos nos obligan a pensar y evaluar la forma en la que se materializan los derechos humanos en los estados de derecho que son parte del régimen democrático.

 

Entender que los derechos humanos como dice Ernesto Garzón Valdés[1] son derechos básicos que resultan necesarios para la realización de cualquier plan de vida, es decir, indispensables para que cualquier persona pueda actuar como un agente moral autónomo. Avancemos sin retroceder.

 

[1] Ernesto Garzó Valdés, Derecho. Ética y política, Madrid, CEC.

A pesar de lo que todos los días vemos en calles, avenidas, mobiliario urbano y espectaculares, legalmente el proceso electoral para renovar la gubernatura en nuestra entidad inicia la primera semana de enero de 2023.

 

Y hay quienes SÍ pueden realizar preparativos para organizar lo que ya muchos analistas, académicos y la propia clase política ha denominado como la que será “la madre de todas las batallas” en una entidad catalogada como “la joya de la corona”. El Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) sí puede actuar desde ahora, al ser el encargado de velar por la organización de procesos que den certeza, legalidad, imparcialidad, transparencia, objetividad y paridad, ésta última con pasos muy pequeñitos hasta el momento.

 

Para la elección de 2023 un tema relevante es la conformación de las juntas y consejos distritales que son la columna vertebral de la parte operativa de la elección. Estos órganos son desconcentrados pues están jerárquicamente por debajo del Consejo General y su responsabilidad consiste en aplicar las diversas resoluciones que el mismo Consejo determine.

 

Su naturaleza radica en la conformación que deben tener, por eso deben buscarse perfiles ciudadanos que abonen en la legitimidad de cualquier proceso democrático. Si la ciudadanía participa, y es quien de viva voz forma parte de ellos, es claro que la confianza aumenta; de no ser así, se corre el riesgo de lo contrario.

 

El pasado 12 de septiembre el órgano de máxima dirección del IEEM analizó y discutió el Reglamento de los Órganos Desconcentrados, que es la normatividad que regula la forma en la que se lleva a cabo el proceso de reclutamiento, evaluación, selección y hasta las sustituciones y remociones, acuerdo que se aprobó por mayoría y no por unanimidad.

 

Mi voto fue en contra por 2 cuestiones de fondo. La primera porque en el mismo no se garantizaba materialmente la paridad, mi propuesta fue modificar la palabra “procurará” por “dar prioridad”, ésta última forma parte de la perspectiva de género, propuesta que no prosperó. Sostengo que no basta que se mencione la paridad en el documento, sino que la misma se materialice.

 

La segunda es que la ciudadanía ha expresado que siempre son las mismas personas las que ocupan esos espacios, lo que según los propios acuerdos del Consejo General es cierto, pues más de 55% de esos espacios en los últimos 3 procesos electorales han sido ocupados por las mismas personas en dos o hasta 3 y más procesos, motivo por el cual la propuesta fue maximizar derechos y ejercitar alguna acción que permitiera de forma concreta que, quienes nunca han sido parte de estos órganos, pudieran serlo.

 

Una vez más se pierde una valiosa oportunidad de acercar al IEEM a la ciudadanía de cara a una elección inédita e incluso histórica. Hay que seguir abonando porque este sea un tema central.

Lunes, 05 Septiembre 2022 15:00

Realidad de las mujeres indígenas

Hoy es Día Internacional de la Mujer Indígena. Es una fecha en la que tendrían que ser significativos los avances que hay sobre el respeto a los derechos humanos de las mujeres indígenas, sin embargo, persiste una deuda histórica por muchas de las instituciones del Estado que no han logrado materializar los derechos de millones de mujeres.

 

Las mujeres indígenas de acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020, representan 51.4% del total de la población indígena en el país, que es de 7,364,645 personas.

 

El Estado de México es una de las entidades que concentra un gran número de ellas y en donde los déficits en materia de educación, salud, justicia y acceso a espacios de poder es permanente.

En el territorio mexiquense están las mujeres mazahuas en Almoloya de Juárez, Atlacomulco, Donato Guerra, San Felipe del Progreso, San José del Rincón, Temascalcingo, Valle de Bravo, Villa de Allende y Villa Victoria; otomíes en Acambay, Aculco, Amanalco, Chapa de Mota, Jiquipilco Timilpan, Toluca; nahuas, matlazincas y tlahuicas en Amecameca, Temascaltepec y Ocuilan, la mayoría bajo marginación política, social y económica, hay que decirlo.

 
Las mujeres indígenas de hoy exigen cambios en las políticas públicas y dejar de ser vistas solo como un medio para “hacer creer” a la ciudadanía que sus demandas han sido satisfechas. El asistencialismo para fotografía no funciona.

 

Los altos índices de marginación dan cuenta clara de grandes problemas que enfrentan ellas y sus familias: nutrición insuficiente, servicios educativos deficientes, escasas oportunidades de un empleo productivo en actividades agrícolas y diferentes a ellas, falta de traductores y defensores de oficio en materia de impartición de justicia, en suma: pobreza e interseccionalidad.

 

Son portadoras de un gran legado cultural como su lengua materna que mantienen viva a pesar de la fuerte discriminación. Son mujeres fuertes que además forman parte del proceso de feminización de sus comunidades al ser cuidadoras del hogar, participar en la cría de animales domésticos, pilar económico fundamental con la comercialización de sus productos y artesanías

 

Resulta primordial visibilizar sus circunstancias y la violencia sexual, económica, física y política que también sufren.

 

Los espacios de poder deben ser accesibles a ellas y aún no lo son. Hay avances a nivel federal, ejemplo de ello son las acciones afirmativas que han permitido que mujeres indígenas lleguen a espacios de toma de decisión para modificar su realidad y la de sus comunidades.

 

En el Estado de México falta mucho por hacer pues son rubros que están desatendidos por diferentes autoridades que carecen de sensibilidad política para poder cumplir con lo mandatado por la Constitución, ni que decir de las Convenciones y Tratados Internacionales.

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