En América Latina está muy ligado al presidencialismo y cómo no estarlo si el máximo cargo que es la presidencia de la república se vota de manera unipersonal en la mayoría de los países y no deriva de una decisión del parlamento como en el principio de proporcionalidad.
“El presidente es el órgano constitucional más fuerte y quien domina a menudo la práctica política”(Dieter Nohlen, profesor titular emérito en la Universidad de Heidelberg, Alemania); sin embargo, hay que poner especial cuidado pues se considera que puede existir un serio riesgo de usar esta mayoría y tener dictaduras plebiscitarias encubiertas a través de mecanismos de participación ciudadana.
El principio de proporcionalidad está ligado a las democracias consociativas, su fin es que todos los partidos estén representados en el órgano a ser elegido en una relación lo más aproximada posible al número de votos recibidos.
Aunado a ello debe entenderse como una regla de decisión en la que se dan diferentes acuerdos entre los actores políticos y la conformación de las coaliciones que han sido conformadas.
La elección de uno u otro principio está ligado a la cultura política de las sociedades, a su contexto social e institucional. En México tenemos un sistema mixto, la presidencia de la república se elige bajo el principio mayoritario, pero en la conformación del Congreso de la Unión y las legislaturas estatales aplican ambos.
La asignación de los escaños donde se aplica el principio de representación proporcional siempre han tenido su grado de complejidad y tensión política, más ahora en donde también se debe analizar la paridad y la inclusión de los grupos históricamente discriminados.
No debemos olvidar que se trata de cuestiones de poder, en donde hay intereses y cálculos políticos y todos los partidos buscan beneficiarse del sistema electoral.
Hay una regla y es que los grandes partidos políticos preferirán una representación menos proporcional a diferencia de los pequeños que sí están por la mayor proporcionalidad.
Lo cierto es que ninguno de estos 2 principios son políticamente neutrales y éste será un momento oportuno para también revisar, analizar y en su caso determinar si la fórmula y principio de proporcionalidad debe seguir vigente o tener algunos cambios.