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La participación ciudadana en el pasado Proceso Electoral 2024, en donde se eligieron cargos para la Presidencia de la República, Senadurías, Diputaciones federales y locales, Alcaldías de la CDMX, y presidencias Municipales de algunas entidades federativas, representó el 61.04% de las personas inscritas en la Lista Nominal de Electores, estadística informada por el INE. [1]

 

En el 2022, se llevó a cabo la consulta de Revocación de Mandato del Presidente de la República electo para el periodo constitucional 2018-2024, teniendo una participación ciudadana del 17.77% [2], y aún menor participación ciudadana se tuvo en la Consulta popular 2021, para someter a votación el proceso de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por exdirigentes presidenciales. [3]

 

Por lo anteriormente expuesto en cifras, se puede apreciar que la participación ciudadana ha sido distinta entre un proceso electoral para elegir candidatos a algún cargo y entre las consultas a la ciudadanía para legitimar las opiniones populares, realmente los números de participación de los tres eventos son muy distintos.

 

Hoy en día vivimos una época de cambios constantes, la vida es, en palabras del sociólogo Zygmun Bauman, una “modernidad fructífera y verdadera, la cual parece que dejamos escapar como agua entre las manos, ocurre que somos parte de una disolución del sentido de pertenencia social del ser humano para dar paso a una marcada individualidad”. [4]

 

La participación ciudadana, implica como ciudadanos involucrarnos en la toma de decisiones públicas, para provocar un entorno social armónico y buscar una mejora en la sociedad. Un sector de la población suele ser indiferente a temas que nos interesan como sociedad, sin darse cuenta que en la construcción de un mejor lugar para vivir es responsabilidad de todas y todos.

 

Lograr que la ciudadanía se concientice e interactúe en el próximo Proceso Electoral Judicial es una labor informativa y a la vez operativa, la participación ciudadana es fundamental en las funciones del Proceso Electoral, así como en ejercer el derecho al voto.

 

Entendemos que es muy diversa la realidad de cada persona, con distintas prioridades en la vida, pero la falta de interés o motivación para participar en los Procesos Electorales reflejan el desencanto que las personas tienen en las y los aspirantes a algún cargo público dejando a un lado la conciencia cívica.

 

Podemos entender la conciencia cívica como la interacción que se desarrolla dentro de la comunidad a la que se pertenece, conocer los temas públicos y el respeto a las normas de conducta que son parte del compromiso social. Saber de nuestros derechos y deberes, participar en comunidad vecinal, el respeto a las leyes, y aportar ideas y soluciones con el fin de construir un mejor escenario en el entorno de nuestra vida diaria.

 

Detengámonos un momento a analizar sobre el fortalecimiento de la Democracia en los procesos electorales de los últimos siete años… han sido procesos muy importantes y determinantes en la vida del país y de toda la población, desde el cambio de régimen político e ideológico, una mujer en la Presidencia de la República y la muy próxima elección de cargos al Poder Judicial que es histórica por ser la primera en su tipo.

 

En esta elección está la oportunidad de generar un cambio en el Poder Judicial del Estado de México, en el que se elegirán 91 cargos. El Proceso Electoral Judicial Extraordinario 2025 del Estado de México depende en gran medida de la participación de todas y todos, la apatía se combate con información, además se cuenta una vez más con las herramientas para tener un voto informado, la participación ciudadana y conciencia cívica nos definen como personas íntegras, seamos parte de estas elecciones este 1° de junio.

 

 

[1] https://centralelectoral.ine.mx/2024/06/09/informa-ine-que-se-computaron-60-millones-115-mil-184-votos-en-la-eleccion-presidencial

[2] https://computosrm2022.ine.mx/votos-distrito/grafica

[3] https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-58052661

[4] HERNANDEZ MORENO, Jazmín. La modernidad líquida. Polít. cult. [online]. 2016, n.45 [citado 2025-05-08], pp.279-282. Disponible en: <http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0188-77422016000100279&lng=es&nrm=iso>. ISSN 0188-7742.

 

Como es bien sabido, el pasado 6 de enero de 2025 se publicó en la Gaceta del Gobierno del Estado de México el Decreto 63, por el que se reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones de la Constitución Local, en materia de reforma al Poder Judicial del Estado de México, cuyo transitorio Tercero, estableció que en el 2025 se elegirán los integrantes del Tribunal de Disciplina Judicial, así como la mitad de los cargos de Magistradas y Magistrados del Tribunal Superior de Justicia y los cargos vacantes y retiros programados de Juezas y Jueces del Poder Judicial.[1]

 

Por tal motivo, el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) inició, como parte de sus funciones, la promoción del primer Proceso Electoral Judicial Extraordinario del Estado de México que se celebrará el 1 de junio de 2025.

 

En el Estado de México se elegirán un total de 91 cargos Judiciales integrados por una presidenta o un presidente del Tribunal Superior de Justicia, cinco Magistraturas del Tribunal de Disciplina Judicial, treinta Magistraturas y 55 Juezas y Jueces.

 

Sin duda, el mayor reto en este Proceso Electoral Judicial Extraordinario 2025 del Estado de México, es transmitir a la ciudadanía información clara que genere el interés para ejercer el voto, convencer de la importancia que tiene la Cultura Cívica en nuestro país, y que ayude a tomar la mejor decisión, es lo justo.

 

En México la Democracia nos permite elegir a nuestros representantes, y la Difusión Electoral tiene la tarea primordial para llegar a todo el electorado, es por esto que el IEEM implementa acciones para lograr mantener informados a los diferentes sectores de la población con distintos canales de comunicación.

 

Para este Proceso Electoral Judicial Extraordinario, tiene como objetivo dar a conocer datos que refieran la metodología a seguir en el proceso, que la ciudadanía conozca desde cómo son las boletas electorales hasta que conozcan a cada uno de los aspirantes a los cargos judiciales y así contribuir en conjunto a darle continuidad a nuestra Democracia.

 

Por lo anterior, ha creado en su página institucional, diversos espacios y apartados con datos que hasta el momento han surgido, herramientas como el Micro sitio Conóceles, donde las personas candidatas a los diferentes cargos Judiciales cargarán sus trayectorias y sus propuestas, lo que dará más información para ejercer un voto informado. Posteriormente, en fechas de campaña se realizarán Debates con la finalidad de conocer y escuchar a las personas candidatas.

 

Los tiempos y el nuevo orden en la política en nuestro país apelan a un mayor compromiso con nosotros mismos, ejerzamos nuestro derecho al voto y a la participación activa en las decisiones que nos beneficien como sociedad. Elijamos a las personas que nos den certeza con base en el conocimiento de sus propuestas y busquemos información que coadyuve en nuestra decisión al momento de estar frente a las boletas electorales.

 

El éxito de la difusión electoral por parte del IEEM se verá reflejada el día de las votaciones, cuando todas y todos acudamos hacer valer nuestro derecho a elegir a nuestros representantes del Poder Judicial del Estado de México, por un mejor país y una mejor sociedad, ¡vota este 1 de junio, es justo!

 

[1]. https://www.ieem.org.mx/

 

México es una nación representativa y democrática, constituida por una sociedad como primer elemento, un Estado que organiza políticamente su territorio delimitado, un Gobierno, un conjunto de Órganos funcionando para un mismo fin y finalmente una Administración Pública como el brazo ejecutor para las diversas acciones buscando un desempeño gubernamental eficiente.

 

Es dentro de esta Administración Pública donde operan y se desarrollan los Órganos Autónomos, Instituciones propias para la ejecución de actividades en coadyuvancia con las funciones y responsabilidades del Gobierno en busca de cumplir con las necesidades de la ciudadanía.

 

Nuestra sociedad enfrenta hoy en día diversas problemáticas que impactan su entorno y bienestar personal, la ciudadanía sólo requiere de lo necesario para desarrollarse dentro de cada uno de sus ámbitos; es en este caso que hablamos de la misión de nuestro Estado a garantizar una Buena Administración Pública y que dicha función ya está siendo incluida como un Derecho más para la población.

 

El Derecho a una Buena Administración Pública asegura que las actuaciones de las instituciones públicas gubernamentales cumplan con las expectativas en los servicios para una mejor vida en nuestras comunidades.

 

“La buena administración pública deberá centrarse en la persona, conforme a los principios de generalidad, uniformidad, derecho a la información, transparencia, regularidad, continuidad, calidad, rendición de cuentas, participación ciudadana y uso de tecnologías de la información y la comunicación”.[1]

 

Con la inclusión del Derecho a una Buena Administración en la Carta de Los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, que por medio de su “Artículo 41 (año 2000) señala que toda persona tiene derecho a que sus asuntos sean tratados de manera imparcial y equitativamente en un tiempo razonable”.[2]

 

La importancia del Derecho a la Buena Administración Pública nos obliga como ciudadanos a exigir un eficiente trabajo por parte de nuestras autoridades, la garantía de este derecho fortalece la confianza en las instituciones públicas, confirmando que el poder debe ser ejercido en beneficio de la sociedad.

 

Aunque en la actualidad este Derecho no se encuentra reconocido en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en la Ciudad de México es ya una realidad, por medio de la Ciudad Democrática en su artículo 7 Constitucional inciso A, Del Buen Gobierno y la Buena Administración, se habla del Derecho a la Buena Administración Pública, siendo pioneros en incluir este derecho.

 

Dentro de la Administración Pública en México, los Órganos Autónomos son entes que contribuyen a tareas concretas, y por la importancia de ser contrapesos en nuestra forma de gobierno democrático, dan certeza y coadyuvan a la organización en conjunto con el Gobierno de México.

 

“Desde la década de 1990, la estructura del Estado mexicano comenzó a experimentar la creación de órganos autónomos con rango constitucional. Con excepción de la Universidad Nacional Autónoma de México cuya autonomía constitucional data de 1980, desde 1993 en adelante, en que se otorga autonomía al Banco de México se produjo un vertiginoso incremento de órganos constitucionales autónomos. Así, se incorporan a la Constitución el Instituto Federal Electoral en 1996 (hoy Instituto Nacional Electoral, INE) y la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) en 1999. Órganos pioneros, que constituyen lo que podemos denominar la “primera generación” de órganos constitucionales autónomos en México”.[3]

 

En el orden local, el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM), en el ejercicio de la Buena Administración Pública también cumple con principios propios para un eficiente desarrollo de sus funciones: Certeza, Imparcialidad, Independencia, Legalidad, Máxima Publicidad, Objetividad y Paridad de Género, principios que detonan las facultades dentro de su estructura para organizar con eficacia las elecciones en la entidad y así contribuir al desarrollo de la vida democrática de la ciudadanía.

 

El IEEM desarrolla sus actividades, entre otras, con el propósito de organizar los procesos electorales y generar un mayor interés de la ciudadanía en la Cultura Cívica Electoral, concientizar que contamos con derechos, y que debemos ser parte de ellos, en el IEEM se actúa de manera eficiente y respetuosa de los derechos de la ciudadanía, influyendo con información clara y oportuna para concluir con la organización de las votaciones y elegir a nuestros representantes federales y locales. El Derecho a la Buena Administración Pública nos da la confianza en las funciones de los Órganos Autónomos, garantizando que desde el poder se gestionen sólo beneficios para la población.

 

 

[1] Roldán Xopa J. (2020) Transparencia y Derecho a la Buena Administración   Chrome extension://efaidnbmnnnibpcajpcglclefindmkaj/https://www.infocdmx.org.mx/documentospdf/2021/Vinculacion/Transparencia_Derecho_Buena_Administracion_Digital.

 

[2] La Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea (2007) Artículo 41 “Derecho a una buena administración”. https://fra.europa.eu/es/eu-charter/article/41-derecho-una-buena-administracion#:~:text=Este%20derecho%20incluye%20en%20particular,de%20la%20confidencialidad%20y%20del

[3] Fabián Ruíz, José. (2017). Los órganos constitucionales autónomos en México: una visión integradora. Cuestiones constitucionales, 37, 85-120.

 https://doi.org/10.22201/iij.24484881e.2017.37.11454

El derecho al voto es uno de los principios fundamentales en una democracia ya que garantiza la participación política de los ciudadanos en la elección de sus representantes y en la toma de decisiones que, serán sin duda, parte de su vida diaria; sin embargo, en México, como en muchos otros países, las Personas Privadas de su Libertad (PPL) enfrentan restricciones significativas a este derecho.

 

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su artículo 35, habla sobre el derecho de los ciudadanos a votar en las elecciones populares, pero este derecho puede ser restringido para las personas privadas de su libertad bajo ciertas circunstancias como lo señala en su artículo 38 que “establece que los derechos o prerrogativas del ciudadano se suspenden, entre otros casos, por estar sujeto a un proceso criminal por delito que merezca pena corporal, a partir de la emisión del auto de formal prisión”[1].

 

Por lo anteriormente mencionado, en 2019, el Pleno de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) determinó por mayoría de votos que “las personas que se encuentran en prisión y no han sido sentenciadas tienen derecho a votar ya que se encuentran amparadas por el principio de presunción de inocencia”[2]; por lo que instruyó al Instituto Nacional Electoral (INE) implementar un programa piloto en 2021 para permitir que las personas en esta situación pudieran votar en las elecciones federales del 2024.

 

Se pueden mencionar varios argumentos a favor de garantizar este derecho, entre los cuales se incluye el respeto a los derechos humanos y a la inclusión democrática, así como la promoción de la rehabilitación y reinserción social de las personas encarceladas.

 

El Voto de las PPL que no han sido sentenciadas en el Proceso Electoral 2024, fue de dos mil doscientas tres mujeres y veinte cuatro mil trescientos sesenta y seis mil hombres, siendo un total de veintiséis mil quinientas sesenta y nueve personas en 214 centros penitenciarios del país.[3]

 

Se llevó a cabo a través del voto anticipado que emitieron las personas al interior de los centros penitenciarios, contaron con un protocolo de seguridad e infraestructura necesarias para la instalación de Mesas Receptoras del Voto y fue a través del INE que el Instituto y los Organismos Públicos Locales,

 

incorporaron los resultados a los sistemas electorales, conforme a cada tipo de elección.

 

El INE sugirió que para generar un mayor interés en las personas dentro de los centros penitenciarios se transmitieran los debates de las candidatas y el candidato a la presidencia de la república.

 

Garantizar el derecho al voto de las personas privadas de su libertad en México es fundamental para el fortalecimiento de la democracia y el respeto de los derechos humanos; al reconocer el derecho al voto de las PPL, México refuerza su compromiso con los valores democráticos y la dignidad humana.

 

En este primer proceso con la inclusión de las PPL que no han sido sentenciadas, el compromiso es mantener los logros y a futuro seguir innovando y seguir fortaleciendo el derecho al voto de las mexicanas y mexicanos.

 

[1] https://www.constitucionpolitica.mx/titulo-1-garantias-individuales/capitulo-4-derechos-obligaciones-ciudadanos-mexicanos/articulo-38-suspension-derechos-ciudadanos.

[2] https://www.te.gob.mx/front3/bulletins/detail/3564/0

[3] https://centralelectoral.ine.mx/2024/05/23/recibe-ine-26-mil-569-sufragios-de-personas-en-prision-preventiva-y-tres-mil-445-del-voto-anticipado/

Jueves, 17 Octubre 2024 06:00

EL VOTO HACIA LA MEJOR ELECCIÓN

Vivimos en un Estado con régimen Republicano, Federal, Representativo y Democrático, representado por un Gobierno que regula, administra y organiza el desarrollo integral de nuestra nación y una de sus principales funciones, es el derecho de la ciudadanía de elegir a sus representantes bajo el principio político de la Soberanía popular.

 

Dentro de nuestro marco normativo, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos por medio de su artículo 35, señala que la ciudadanía tiene la libertad de votar y ser votados en elecciones populares.

 

El día de las elecciones, de forma responsable acudimos a votar; en teoría, analizamos las opciones que tenemos antes de hacerlo, pero en la práctica, experimentamos ciertas emociones, que podría decirse, son determinantes a la hora de emitir nuestro voto.

 

A través de las campañas políticas, se promocionan y dan a conocer las candidatas y candidatos, así como sus ideas de cambio y mejora social con el objetivo de influir y persuadir al elector para un voto favorable, apelando a sensibilizar y tocar fibras que nos generen emociones de confianza, esperanza, empatía e incluso alegría por mencionar algunas.

 

De forma contraria, podemos reaccionar de manera no objetiva y las causas pueden ser desde la polarización de las ideas, hasta la personalidad de las candidatas o candidatos. Ante esto, las emociones desagradables podrían ser la incertidumbre, el enojo, el desagrado y la decepción, por citar las más representativas.

 

¿Cómo saber si nuestro voto es informado o sólo nos dejamos llevar por un impulso de emociones?

 

Se piensa que pueden confundirse una forma de la otra, podemos estar de acuerdo con las propuestas o acciones frente a las demandas ciudadanas y aun así elegir la opción que no propone los que esperamos o deseamos, sólo por que la persona nos genera desagrado o porque nos cae bien, y ahí es cuando se estaría haciendo un voto no razonado.

 

En la actualidad, en los Institutos Electorales Nacionales y Estatales, se cuenta con una herramienta llamada “Conóceles”, la cual permite consultar la trayectoria política y profesional de las candidatas y candidatos, así como sus propuestas de campaña, con la finalidad de que la población tenga a la mano información y le pueda servir para hacer la mejor elección.

 

Ante esto, se tendría el cuestionamiento si es mejor dejarse llevar por la emoción o hacerle caso a la razón, a lo que, “según estudios de literatura científica de los últimos años, aseguran que debemos dejarnos gobernar por la razón. Ni antes la política estaba dominada por la razón, ni ahora es todo emotividad”, puntualiza Cossarini. [1]

 

Y es así como el Instituto Electoral del Estado de México, dentro de su misión, propone contribuir al desarrollo de la vida democrática, cumpliendo con el propósito de dar difusión como la mencionada anteriormente y la Estrategia Nacional de Educación Cívica, con la finalidad de dar certeza para asegurar un voto libre e informado, apelando a la ciudadanía que, aunque nuestras emociones juegan un papel determinante en nuestras decisiones, siempre reflexionemos las propuestas para beneficio de las y los mexiquenses.

 

[1] Cossarini Paolo, National Geographic España, (23 julio 2023): https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/tus-emociones-afectan-hora-votar-esto-es-que-dice-ciencia_19906.

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