Comunicación
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Lunes, 22 Febrero 2021 09:00

El estigma de ser mujer y ser indígena

 

Carolina, Marilyn, Rocío, Jessica, Maribel, Clara y María del Carmen, siete mujeres dignas representantes de los pueblos náhuatl, mazahua, otomí y matlatnazinca, algunas de ellas con estudios de licenciatura y maestría todas lideresas en sus comunidades.

 

7 Mujeres que expresaron de forma clara y contundente cómo es que han vivido en carne propia en el pasado y aún en el presente los estereotipos de ser mujeres indígenas, los roles que las mujeres tienen asignados al interior de sus comunidades así como los obstáculos que enfrentan para participar en la vida política de nuestra entidad.

 

La ciudadanía tiene derecho a participar en la vida pública, sin embargo; esto se hace más difícil cuando eres mujer, pero además tienes alguna discapacidad, alguna preferencia sexual diversa o peor aún si eres mujer indígena.

 

En la mesa de diálogo con mujeres indígenas organizada por el Instituto Electoral del Estado de México el pasado miércoles 17 de febrero https://www.youtube.com/watch?v=QR6yA-I31Cc fuimos testigos de las condiciones que existen para la participación política de las mujeres indígenas, de las barreras y obstáculos que sortean en su legítimo derecho a participar y de la responsabilidad y compromiso de instituciones, partidos políticos y sociedad.

 
Carolina quien es Consejera de la Comisión de Derechos Humanos expone que a las mujeres como ella se les niega la posibilidad de ocupar cargos importantes en la política, ella misma ha sentido el rechazo y el estigma que personas a través de instituciones generan a quienes forman parte de la comunidad indígena, “nuestra ropa, nuestra lengua, nuestra presencia, genera discriminación.”

 

Por su parte Marilyn quien tiene una licenciatura coincide al compartir que ese racismo como ella le llama lamentablemente ocurre al interior de sus propias comunidades en donde los hombres las minimizan y ven con nulas capacidades para participar en espacios de toma de decisiones lo que también ocurre al exterior.

 

De manera contundente Clara quien termino la preparatoria con ayuda de sus hijos enfatiza que las mujeres indígenas tienen aspiraciones y quieren trascender para hacer mejoras importantes en la sociedad. Ella es un claro ejemplo de ello en Los Reyes la Paz en donde ha realizado un arduo trabajo comunitario, sabe que es vital que mujeres como ella y sus compañeras formen parte de espacios importantes de toma de decisión y no dejara de luchar por ello.

 

Rocío quien es licenciada en Contaduría y la sexta hija de siete, nos cuenta como es que su padre en algún momento le pidió que se olvidara de su lengua de sus raíces por el maltrato y rechazo de la sociedad; afortunadamente ella se negó y orgullosamente habla y protege el otomí su lengua materna.

 

Por su parte María del Carmen quien es una cocinera tradicional alza la voz para exigir respeto para que se les deje de considerar sólo en tiempos electorales, “somos nosotras expresa: las que les llevamos a un triunfo, que no nos utilicen más como gestoras o movilizadoras del voto”, nosotras queremos ocupar esos espacios”. Concluye con fuerza: “Sí voy a llegar a una regiduría, algún día sí voy a llegar”.

 

Este diálogo nos permite ver cuánto nos falta aún por avanzar, ellas exigen ser vistas con otra mirada por la sociedad, los partidos políticos, las instituciones y las autoridades electorales.

 

Nos corresponde en nuestro ámbito de competencia abonar y construir ahí estan las acciones afirmativas, hagamos lo que nos corresponde a cada quien, la democracia es inclusión y los pueblos indígenas son parte fundamental.

 

Consejera Electoral IEEM, Presidenta de la Comisión de Igualdad de Género y No Discriminación. Mtra. en Derecho y académica de la UNAM

 

Se sabe que en todo régimen democrático las elecciones juegan un papel fundamental pues a través de ellas se lleva a cabo la sucesión del poder de una manera pacífica y ordenada.

 

En este sentido la historia de nuestra democracia nos muestra como a partir de lo ocurrido en las elecciones federales de 1988 cuando la Comisión Federal Electoral que detentaba el control total de las elecciones, reporto una falla mientras se realizaba el cómputo de votos, hecho conocido como “la caída del sistema, se da un cambio importante en las reglas del juego en materia electoral ante la exigencia de actores políticos y ciudadanía.

 

A partir de este evento calificado por muchos académicos e historiadores como opaco se realizaron reformas a la Constitución en abril de 1990 entre las cuales se dio vida a una institución imparcial que diera certeza, transparencia y legalidad a las elecciones federales: el IFE hoy INE y con él también la creación del SIRE (Sistema de Información de los Resultados Electorales Preliminares) que opero por primera vez en 1991, antecedente de lo que hoy conocemos como PREP (Programa de Resultados Electorales Preliminares).

El PREP es un mecanismo de información electoral a través del cual se dan a conocer los resultados preliminares y no definitivos de una elección.

 
 

Su implementación y operación de acuerdo con la normatividad electoral[1] es atribución de cada Organismo Público Local en nuestra entidad del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) en coordinación con el INE.

 

A través del PREP la autoridad electoral, los partidos políticos, candidatos, candidatas, coaliciones, candidaturas comunes, medios de comunicación y la ciudadanía conocemos los resultados de las votaciones una vez que las casillas han cerrado y nuestros vecinos y vecinas que fungen como funcionarias de mesas directivas de casilla han contabilizado los votos y los han puesto en el acta de escrutinio y cómputo, insumo directo del PREP.

 

Esta herramienta informática tiene objetivos muy claros: garantizar la seguridad, transparencia, confiabilidad, credibilidad e integridad de la información que se acopia, digitaliza y captura para ser publicada de forma posterior y contar con resultados preliminares el mismo día de la jornada electoral.

 

En su implementación participan un gran número de personas, el área interna del IEEM, un comité de 5 expertos asesores, los capacitadores asistentes electorales, la autoridad electoral a través de la Comisión encargada de dar seguimiento a los trabajos del PREP, los consejos distritales y municipales de la entidad, el Consejo General en su conjunto con el acompañamiento de los partidos políticos quienes vigilan paso a paso de este.

 
El PREP nos brinda resultados de manera anticipada y confiable, expresa las preferencias electorales de la ciudadanía que acudió a ejercer su derecho constitucional de elegir y decidir quien, y quienes la representaran en el Congreso Local, en las Presidencias Municipales y Ayuntamientos; por eso es tan importante blindarlo, dar seguimiento puntual y acompañar cada etapa de este, así de relevante es el PREP.

 

[1] Reglamento de Elecciones

 

Las mujeres en el Estado de México representamos poco mas del 50% de la población. Con esta cifra la pregunta obligada es ¿en ese mismo porcentaje las mujeres participamos en las instituciones, partidos políticos y espacios de toma de decisión tanto públicos como privados? Si, no, porqué.

 

De ser la respuesta NO, resulta importante explicar algunas de las barreras a las que se enfrentan cotidianamente mujeres que están dispuestas a participar e involucrarse en la vida política de su colonia, municipio o entidad y que topan con pared a la hora de querer hacerlo.

 

En este avance paulatino de nosotras de materializar el ejercicio de los derechos humanos de los cuales forman parte los derechos políticos existen los denominados techos que son barreras que afectan nuestra participación como mujeres en la esfera pública.

 

Así el techo de cemento se refiere a las dificultades autoimpuestas por mujeres que al hacer un balance entre lo que representa incursionar en la vida política y los altos costos personales en relación a las exigencias de su familia deciden no hacerlo y optan por quedarse en casa al considerar una gran dificultad conciliar su vida privada con la laboral.

 
 
Cuando al fin deciden participar por ejemplo en algún partido político, las mujeres se enfrentan a la complejidad de recaudar los fondos necesarios para poder planear e implementar una campaña, en muchas ocasiones cuando por fin logran una candidatura se les condiciona a ser ellas quienes cuenten con los recursos o los generen lo que implica un techo financiero que imposibilita su participación.

 

Y otro mas es el techo de cristal que se da en aquellos casos en los que a las mujeres se les impide llegar a cargos de dirección o de alta jerarquía por ejemplo de un partido político, de una institución o de una empresa; este techo es producto de prácticas veladas y muy sutiles que se viven en el día a día en la sociedad, en las propias instituciones, es un estereotipo en el que se ve solo a los hombres como directivos.

 

Estos techos están relacionados con una cultura machista que se resiste a que las mujeres ocupen espacios que consideraron por décadas exclusivos de ellos.

 

Veamos algunos ejemplos: en 2012 había 1 mujer postulada por cada 9 hombres en candidaturas a presidencias municipales.

 
 

En 2014 el principio de paridad ya estaba reconocido en la constitución federal no así en nuestra constitución local por lo que no se aplico y el resultado de ello fue que en 2015 en el ámbito municipal solo 24.21% fueron candidatas mujeres contra un 75.79% hombres.

 

Para 2018 se reconoce en la legislación local la paridad tanto vertical como horizontal por lo que 49.48% fueron candidatas mujeres y 50.52% hombres. Los cambios¡

 

A pesar de los avances estos techos siguen presentes acompañados en muchos casos de violencia la que tenemos que erradicar.

 

El llamado a todas las mujeres sigue siendo NO acepten un NO a sus postulaciones, NO acepten un NO a sus demandas y exigencias.

 

No sin mujeres.

Lunes, 01 Febrero 2021 09:00

Protocolos urgentes y necesarios

Son múltiples los desafíos que se presentan ante la pandemia SARS- COVID-19. Se ha normalizado la frase de los retos no son menores reflejada en diferentes ámbitos de nuestra vida privada y pública.

 

Esta por demás decir que los estilos de vida que solíamos tener se han desmantelado que la economía, la religión, la cultura se han visto terriblemente trastocadas por la crisis sanitaria y que la política no ha sido la excepción y con ella los procesos electorales.

 

El gran reto que representa el garantizar dos derechos humanos como lo son el derecho a la salud y el ejercicio de los derechos político-electorales implica generar las mejores y optimas condiciones para que las elecciones se lleven a cabo bajo los mas altos estándares de sanidad, seguridad y respeto al voto libre y secreto.

 

¿Cómo se hace esto posible? ¿Lo llevamos a cabo? Las experiencias de países en todo el mundo que decidieron llevar a cabo elecciones en lugar de postergarlas nos dicen que es vital contar con un Plan de Contingencia que acompañe la planeación integral del proceso electoral.

 

Este Plan de contingencia debe contener un conjunto de procedimientos y de instrucciones que permitan desarrollar todas y cada una de las actividades del proceso electoral en un contexto distinto al que normalmente prevalecía.

 

Para ello la generación de Protocolos que detallen la secuencia de pasos a seguir se hace fundamental.

 

Las actividades de preparación de la jornada electoral como son el registro de candidaturas, las campañas electorales, el registro de representantes, lo relativo a la documentación y material electoral en donde se lleva a cabo el conteo, sellado y agrupamiento de boletas electorales hasta llegar a la jornada electoral implica que miles de personas confluyan e interactúen en diversos espacios.

 

Por ello es tan importante y urgente que cada institución cuente con Protocolos que establezcan de forma detallada instrucciones y precauciones que se deben seguir. Vale la pena tener reuniones con expertos en materia de salud para contar con el mayor número de medidas que eviten contagios y prevengan posibles brotes.

 

Un buen ejemplo es el Instituto Electoral de Coahuila que cuenta con diversos protocolos de seguridad sanitaria en registro de candidaturas, campañas electorales, distribución de paquetes, PREP y simulacros, entrega de paquetes electorales posterior a la jornada electoral y cómputos distritales.

 

La colaboración interinstitucional para cuidar y proteger a los y las mexiquenses es importante; sin embargo la autonomía de las instituciones faculta y exige crear Protocolos y Lineamientos propios que garanticen la salud y a la par que se cumpla el contrato social entre la ciudadanía y el gobierno en sus diferentes niveles para el Estado de México: Ayuntamientos y Congreso Local.

Lunes, 25 Enero 2021 09:09

Mujeres indígenas: deuda histórica

 

En un Estado que se considera democrático, garantizar los derechos humanos de grupos que han sido discriminados por siglos es una obligación más aún cuando uno de esos grupos son mujeres y son indígenas.

 

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Discriminación 2017, la población indígena se encuentra entre los grupos más discriminados del país, 65% de la población considera que a las personas indígenas se les respeta poco o nada sus derechos.

 

La discriminación esta relacionada con la desigualdad. El tema cobra mayor relevancia si hablamos de mujeres que enfrentan una triple discriminación por ser mujeres, indígenas y la mayoría de ellas en situación de extrema pobreza.

 

Mujeres mazahuas, Otomís, Nahuas, Matlatzincas y Tlahuicas forman parte de la diversidad cultural y carácter pluriétnico del Estado de México, viven en su mayoría en los municipios de Toluca, Atlacomulco, Temascalcingo, Metepec, San Felipe del Progreso, Temoaya, San José del Rincón e Ixtlahuaca, y con presencia en prácticamente los 125 municipios.

 

Las mujeres indígenas se ocupan de las labores de cuidado y crianza pero también trabajan duro en las actividades agrícolas, artesanales y comerciales que les permite tener recursos para subsistir.

 

Participan activamente en las mayordomías, sociedades de padres de familia y faenas o tequio como le llaman al trabajo obligatorio comunitario sin remuneración, sin embargo, están ausentes en los espacios de decisión, esos lugares siguen ocupados por hombres resultado de relaciones de poder inequitativas en donde permea el autoritarismo y los condicionamientos socio-culturales no han cambiado.

 

La población indígena equivale al 17% de la población de la entidad mexiquense, más del 51% son mujeres. Muchas han sido participes en luchas para reivindicar los derechos colectivos de sus comunidades, el costo ha sido muy alto, minimizado y en algunos casos nulificado.

 

Las instituciones y las autoridades no pueden ser ajenas a este tema, el artículo 1º constitucional obliga que se garantice la participación efectiva de las poblaciones indígenas en los espacios de toma de decisión, sus derechos humanos y su derecho a la libre determinación.

 

En la actualidad las reformas de paridad en todo y la eliminación, erradicación de la violencia política contra las mujeres en razón de género debe poner en el centro de discusión a las mujeres indígenas y su inclusión en los espacios públicos.

 

Su visión, su mirada, lo que viven y enfrentan día a día al ser parte de los espacios donde se toman decisiones trascendentes hará que se generen políticas publicas diferentes tal y como sucede ya en el ámbito federal.

 

Se requiere la implementación de medias afirmativas para corregir la histórica condición de desigualdad.

 

Necesitamos alcanzar y materializar una igualdad sustantiva verdadera. Una vez que ocupen esos espacios toca ver que los ejerzan libres y sin violencia.

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