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Se sabe que en todo régimen democrático las elecciones juegan un papel fundamental pues a través de ellas se lleva a cabo la sucesión del poder de una manera pacífica y ordenada.

 

En este sentido la historia de nuestra democracia nos muestra como a partir de lo ocurrido en las elecciones federales de 1988 cuando la Comisión Federal Electoral que detentaba el control total de las elecciones, reporto una falla mientras se realizaba el cómputo de votos, hecho conocido como “la caída del sistema, se da un cambio importante en las reglas del juego en materia electoral ante la exigencia de actores políticos y ciudadanía.

 

A partir de este evento calificado por muchos académicos e historiadores como opaco se realizaron reformas a la Constitución en abril de 1990 entre las cuales se dio vida a una institución imparcial que diera certeza, transparencia y legalidad a las elecciones federales: el IFE hoy INE y con él también la creación del SIRE (Sistema de Información de los Resultados Electorales Preliminares) que opero por primera vez en 1991, antecedente de lo que hoy conocemos como PREP (Programa de Resultados Electorales Preliminares).

El PREP es un mecanismo de información electoral a través del cual se dan a conocer los resultados preliminares y no definitivos de una elección.

 
 

Su implementación y operación de acuerdo con la normatividad electoral[1] es atribución de cada Organismo Público Local en nuestra entidad del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) en coordinación con el INE.

 

A través del PREP la autoridad electoral, los partidos políticos, candidatos, candidatas, coaliciones, candidaturas comunes, medios de comunicación y la ciudadanía conocemos los resultados de las votaciones una vez que las casillas han cerrado y nuestros vecinos y vecinas que fungen como funcionarias de mesas directivas de casilla han contabilizado los votos y los han puesto en el acta de escrutinio y cómputo, insumo directo del PREP.

 

Esta herramienta informática tiene objetivos muy claros: garantizar la seguridad, transparencia, confiabilidad, credibilidad e integridad de la información que se acopia, digitaliza y captura para ser publicada de forma posterior y contar con resultados preliminares el mismo día de la jornada electoral.

 

En su implementación participan un gran número de personas, el área interna del IEEM, un comité de 5 expertos asesores, los capacitadores asistentes electorales, la autoridad electoral a través de la Comisión encargada de dar seguimiento a los trabajos del PREP, los consejos distritales y municipales de la entidad, el Consejo General en su conjunto con el acompañamiento de los partidos políticos quienes vigilan paso a paso de este.

 
El PREP nos brinda resultados de manera anticipada y confiable, expresa las preferencias electorales de la ciudadanía que acudió a ejercer su derecho constitucional de elegir y decidir quien, y quienes la representaran en el Congreso Local, en las Presidencias Municipales y Ayuntamientos; por eso es tan importante blindarlo, dar seguimiento puntual y acompañar cada etapa de este, así de relevante es el PREP.

 

[1] Reglamento de Elecciones

 

Las mujeres en el Estado de México representamos poco mas del 50% de la población. Con esta cifra la pregunta obligada es ¿en ese mismo porcentaje las mujeres participamos en las instituciones, partidos políticos y espacios de toma de decisión tanto públicos como privados? Si, no, porqué.

 

De ser la respuesta NO, resulta importante explicar algunas de las barreras a las que se enfrentan cotidianamente mujeres que están dispuestas a participar e involucrarse en la vida política de su colonia, municipio o entidad y que topan con pared a la hora de querer hacerlo.

 

En este avance paulatino de nosotras de materializar el ejercicio de los derechos humanos de los cuales forman parte los derechos políticos existen los denominados techos que son barreras que afectan nuestra participación como mujeres en la esfera pública.

 

Así el techo de cemento se refiere a las dificultades autoimpuestas por mujeres que al hacer un balance entre lo que representa incursionar en la vida política y los altos costos personales en relación a las exigencias de su familia deciden no hacerlo y optan por quedarse en casa al considerar una gran dificultad conciliar su vida privada con la laboral.

 
 
Cuando al fin deciden participar por ejemplo en algún partido político, las mujeres se enfrentan a la complejidad de recaudar los fondos necesarios para poder planear e implementar una campaña, en muchas ocasiones cuando por fin logran una candidatura se les condiciona a ser ellas quienes cuenten con los recursos o los generen lo que implica un techo financiero que imposibilita su participación.

 

Y otro mas es el techo de cristal que se da en aquellos casos en los que a las mujeres se les impide llegar a cargos de dirección o de alta jerarquía por ejemplo de un partido político, de una institución o de una empresa; este techo es producto de prácticas veladas y muy sutiles que se viven en el día a día en la sociedad, en las propias instituciones, es un estereotipo en el que se ve solo a los hombres como directivos.

 

Estos techos están relacionados con una cultura machista que se resiste a que las mujeres ocupen espacios que consideraron por décadas exclusivos de ellos.

 

Veamos algunos ejemplos: en 2012 había 1 mujer postulada por cada 9 hombres en candidaturas a presidencias municipales.

 
 

En 2014 el principio de paridad ya estaba reconocido en la constitución federal no así en nuestra constitución local por lo que no se aplico y el resultado de ello fue que en 2015 en el ámbito municipal solo 24.21% fueron candidatas mujeres contra un 75.79% hombres.

 

Para 2018 se reconoce en la legislación local la paridad tanto vertical como horizontal por lo que 49.48% fueron candidatas mujeres y 50.52% hombres. Los cambios¡

 

A pesar de los avances estos techos siguen presentes acompañados en muchos casos de violencia la que tenemos que erradicar.

 

El llamado a todas las mujeres sigue siendo NO acepten un NO a sus postulaciones, NO acepten un NO a sus demandas y exigencias.

 

No sin mujeres.

Lunes, 01 Febrero 2021 09:00

Protocolos urgentes y necesarios

Son múltiples los desafíos que se presentan ante la pandemia SARS- COVID-19. Se ha normalizado la frase de los retos no son menores reflejada en diferentes ámbitos de nuestra vida privada y pública.

 

Esta por demás decir que los estilos de vida que solíamos tener se han desmantelado que la economía, la religión, la cultura se han visto terriblemente trastocadas por la crisis sanitaria y que la política no ha sido la excepción y con ella los procesos electorales.

 

El gran reto que representa el garantizar dos derechos humanos como lo son el derecho a la salud y el ejercicio de los derechos político-electorales implica generar las mejores y optimas condiciones para que las elecciones se lleven a cabo bajo los mas altos estándares de sanidad, seguridad y respeto al voto libre y secreto.

 

¿Cómo se hace esto posible? ¿Lo llevamos a cabo? Las experiencias de países en todo el mundo que decidieron llevar a cabo elecciones en lugar de postergarlas nos dicen que es vital contar con un Plan de Contingencia que acompañe la planeación integral del proceso electoral.

 

Este Plan de contingencia debe contener un conjunto de procedimientos y de instrucciones que permitan desarrollar todas y cada una de las actividades del proceso electoral en un contexto distinto al que normalmente prevalecía.

 

Para ello la generación de Protocolos que detallen la secuencia de pasos a seguir se hace fundamental.

 

Las actividades de preparación de la jornada electoral como son el registro de candidaturas, las campañas electorales, el registro de representantes, lo relativo a la documentación y material electoral en donde se lleva a cabo el conteo, sellado y agrupamiento de boletas electorales hasta llegar a la jornada electoral implica que miles de personas confluyan e interactúen en diversos espacios.

 

Por ello es tan importante y urgente que cada institución cuente con Protocolos que establezcan de forma detallada instrucciones y precauciones que se deben seguir. Vale la pena tener reuniones con expertos en materia de salud para contar con el mayor número de medidas que eviten contagios y prevengan posibles brotes.

 

Un buen ejemplo es el Instituto Electoral de Coahuila que cuenta con diversos protocolos de seguridad sanitaria en registro de candidaturas, campañas electorales, distribución de paquetes, PREP y simulacros, entrega de paquetes electorales posterior a la jornada electoral y cómputos distritales.

 

La colaboración interinstitucional para cuidar y proteger a los y las mexiquenses es importante; sin embargo la autonomía de las instituciones faculta y exige crear Protocolos y Lineamientos propios que garanticen la salud y a la par que se cumpla el contrato social entre la ciudadanía y el gobierno en sus diferentes niveles para el Estado de México: Ayuntamientos y Congreso Local.

Lunes, 25 Enero 2021 09:09

Mujeres indígenas: deuda histórica

 

En un Estado que se considera democrático, garantizar los derechos humanos de grupos que han sido discriminados por siglos es una obligación más aún cuando uno de esos grupos son mujeres y son indígenas.

 

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Discriminación 2017, la población indígena se encuentra entre los grupos más discriminados del país, 65% de la población considera que a las personas indígenas se les respeta poco o nada sus derechos.

 

La discriminación esta relacionada con la desigualdad. El tema cobra mayor relevancia si hablamos de mujeres que enfrentan una triple discriminación por ser mujeres, indígenas y la mayoría de ellas en situación de extrema pobreza.

 

Mujeres mazahuas, Otomís, Nahuas, Matlatzincas y Tlahuicas forman parte de la diversidad cultural y carácter pluriétnico del Estado de México, viven en su mayoría en los municipios de Toluca, Atlacomulco, Temascalcingo, Metepec, San Felipe del Progreso, Temoaya, San José del Rincón e Ixtlahuaca, y con presencia en prácticamente los 125 municipios.

 

Las mujeres indígenas se ocupan de las labores de cuidado y crianza pero también trabajan duro en las actividades agrícolas, artesanales y comerciales que les permite tener recursos para subsistir.

 

Participan activamente en las mayordomías, sociedades de padres de familia y faenas o tequio como le llaman al trabajo obligatorio comunitario sin remuneración, sin embargo, están ausentes en los espacios de decisión, esos lugares siguen ocupados por hombres resultado de relaciones de poder inequitativas en donde permea el autoritarismo y los condicionamientos socio-culturales no han cambiado.

 

La población indígena equivale al 17% de la población de la entidad mexiquense, más del 51% son mujeres. Muchas han sido participes en luchas para reivindicar los derechos colectivos de sus comunidades, el costo ha sido muy alto, minimizado y en algunos casos nulificado.

 

Las instituciones y las autoridades no pueden ser ajenas a este tema, el artículo 1º constitucional obliga que se garantice la participación efectiva de las poblaciones indígenas en los espacios de toma de decisión, sus derechos humanos y su derecho a la libre determinación.

 

En la actualidad las reformas de paridad en todo y la eliminación, erradicación de la violencia política contra las mujeres en razón de género debe poner en el centro de discusión a las mujeres indígenas y su inclusión en los espacios públicos.

 

Su visión, su mirada, lo que viven y enfrentan día a día al ser parte de los espacios donde se toman decisiones trascendentes hará que se generen políticas publicas diferentes tal y como sucede ya en el ámbito federal.

 

Se requiere la implementación de medias afirmativas para corregir la histórica condición de desigualdad.

 

Necesitamos alcanzar y materializar una igualdad sustantiva verdadera. Una vez que ocupen esos espacios toca ver que los ejerzan libres y sin violencia.

En 9 meses de pandemia por la COVID-19, nuestros estilos de vida han dado un giro de 360º. Si la economía, la cultura, la religión no han escapado a los efectos de la pandemia tampoco la política y por ende los procesos electorales; razon suficiente para hablar del voto electrónico como una necesidad de pronta aplicación en nuestra entidad.

 

Este no es un tema nuevo, como dato histórico desde 1918 en la “Ley Carranza” se estipulo la posibilidad de realizar la votación por medio de maquinas automáticas.

El voto electrónico es aquel que se ejecuta a través de un dispositivo electrónico y que se realiza de forma automática a través de una urna electrónica o en una computadora.

 

Puede ser supervisado físicamente por la autoridad electoral, partidos políticos, candidaturas independientes, observadores electorales y ciudadanía que acuda a la casilla a sufragar a través de una urna electrónica o puede ser vía remota.

 

En ambos casos se debe garantizar que el voto electrónico sea universal, secreto, directo, personal, libre e intransferible.

 

En México desde 2003 la hoy CDMX ejecuto una prueba piloto mediante el uso de urnas electrónicas, en 2009 usaron la urna electrónica de forma vinculante y para 2012 implementaron el voto por internet para que la ciudadanía residente en el extranjero emitiera su voto por la jefatura de gobierno.

 

Otras entidades como Coahuila desde 2003 y Jalisco en 2006 han puesto en práctica el voto electrónico, no solo lo han ejecutado sino que han diseñado su propia urna electrónica.

 

Hay quienes dirán que la urna electrónica no evita que la ciudadania tenga que acudir a su casilla a votar lo cual es cierto, sin embargo el tiempo que permanece en la misma para ejercer su derecho se reduce considerablemente algo muy relevante en estos momentos en los que debemos evitar concentraciones de personas.

 

El contacto de los y las funcionarias de mesas directivas de casilla que entregan la boleta a la ciudadanía una vez que fue identificada en la lista nominal también se reduce.

 

No solo eso, la boleta electrónica como parte de la urna electrónica puede significar un ahorro importante en el costo que genera la impresión de la documentación electoral como lo es la boleta de papel que usamos para votar que en el Anteproyecto de Presupuesto de egresos del IEEM para este proceso electoral asciende a casi 93 millones de pesos entre boletas de Diputaciones Locales y Ayuntamientos sin contar otro tipo de materiales que se requieren para su uso.

 

La urna electrónica no requiere de mamparas, permite que el escrutinio y cómputo de los votos sea más ágil al ser la misma máquina la que imprime las actas de resultados, los cuales pueden ser verificados con los testigos de votación que contiene la misma urna una vez que la ciudadanía emitió su voto.

 

Las autoridades electorales en esta crisis sanitaria estamos obligadas a proteger dos derechos fundamentales de la ciudadania: el derecho a sufragar para la renovación de los cargos públicos y el de la salud que implica garantizar las mejores condiciones para evitar contagios.

 

La urna electrónica es una opción para hacer eficiente el proceso electoral, vale la pena analizar su implementación, tal vez vamos tarde para este proceso pero 2023 no es tan lejano.

 

 

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