Comunicación
Social

Jueves, 27 Junio 2019 15:42

Subsidiariedad. Ciudadanía y gobierno

Se han presentado diversas controversias y posicionamientos sobre entregas de apoyos económicos a ciertos sectores de la población; entregas que se realizan sin reglas de operación y de manera discrecional. Asimismo, se ha presentado la desaparición de instituciones, programas de desarrollo, capacitación y/o promoción económica como el Instituto Nacional del Emprendedor (INADEM), PROSPERA, Consejo de Promoción Turística, Pueblos Mágicos y Estancias Infantiles entre otras.

 

El combate a la corrupción ha sido la supuesta explicación con el que se ha sustentado la procedencia de entrega directa de apoyos y de la desaparición de programas, sin embargo, el no contar con reglas claras y padrones confiables, claramente desencadena corrupción y opacidad.

 

Una de las actividades del Estado es promover el desarrollo económico, pero primordialmente debe atender necesidades individuales de la población, buscar la justicia social, el reparto equitativo de la riqueza y sobre todo preservar la dignidad de la persona humana. “La ley del precio exige encontrar equivalentes entre las cosas, pero al ser humano no se le puede encontrar equivalente alguno porque tiene dignidad, no precio” (E. Kant).

 

El Estado debe contar entre sus objetivos apoyar en el desarrollo de grupos sociales, pero atendiendo el principio de subsidiariedad.

 

El PAN postula que la subsidiariedad es el sistema de ayudas escalonadas, para que no haga la entidad superior lo que puede hacer la inferior, define este principio como “la solidaridad entre desiguales; el que sabe, tiene o puede más, debe ser subsidiario y justamente complementario del que sabe, tiene o puede menos, en distintos niveles de la vida humana” (Efraín González Morfín).

 

Esto es, el gobierno debe actuar en auxilio complementario con entes políticos o sociales de menor rango y capacidad, pero sólo de manera temporal, identificando claramente los objetivos de esa ayuda, sin substituir al ente inferior en su actuar, con reglas claras y padrones confiables conformados de entes públicos o sociales y/o individuales plenamente identificados.

 

No sólo se trata de entrega de apoyos, sino de incentivar el desarrollo de los beneficiarios, ya sea con capacitación, asesoría y/o financiamiento; con lo que se tendría como objetivo que se adquieran las herramientas y condiciones necesarias, el apoyo sólo sea de manera transitoria y en cuanto se ponga en práctica la capacidad del sujeto, en ese momento se abandonará la acción subsidiaria.

 

Lo anterior se ejemplifica con el proverbio: “Regala un pescado a un hombre y le darás alimento para un día, enséñale a pescar y lo alimentarás para el resto de su vida”.  A lo que podría añadirse que, aunado a adquirir conocimientos, hay que hacer lo necesario para que se provea de herramientas materiales.

 

Tal y como postula el PAN, la subsidiariedad es, en resumen, el principio de complementariedad.

 

Por lo anterior, es de afirmarse que la frase sostenida por el panismo, ejemplificadora de la subsidiariedad en cuanto gobierno y ciudadanía, sigue totalmente vigente y debe ser considerada en toda acción de gobierno: “Tanta sociedad como sea posible y tanto gobierno como sea necesario.”

 

 

Dr. en Derecho Gabriel García Martínez

Representante Suplente del Partido Acción Nacional ante el Consejo General del Instituto Electoral del Estado de México

 

 

 En las sesiones llevadas a cabo el día quince de abril, los representantes del PAN ante los diversos órganos desconcentrados distritales y municipales del IEEM, realizaron un pronunciamiento de respaldo al Instituto Nacional Electoral.

 

Parte de ese pronunciamiento, se basa en una colaboración realizada por esta representación en noviembre de 2019, denominada “El árbitro electoral”, https://www.ieem.org.mx/ecoop/colaboraciones/content.php?idc=157&rfp=noviembre%202019 desde ese entonces, ya se detectaba la conducta autoritaria de diversos actores políticos afines al Presidente de la República y del presidente mismo.

En ese sentido, el pronunciamiento se realizó en los siguientes términos:

 

“El Instituto Nacional Electoral ha mostrado ser un órgano confiable y pieza fundamental en la vida democrática de México. Han sido el pilar en las transiciones democráticas que se han presentado a nivel federal, local y municipal.

 

En el año 2000, el entonces Instituto Federal Electoral tuvo un trascendente papel para que se llevara a cabo un cambio de régimen, la ciudadanía, ejerciendo el derecho a votar, determinó poner fin a una etapa de alrededor de setenta años del Partido Revolucionario Institucional en el poder, dando paso al Partido Acción Nacional.

 

Para el 2006, la mayoría de los mexicanos que ejercieron el voto, decidieron que, de nueva cuenta, el candidato postulado por el Partido Acción Nacional, fuera el que ocupara la máxima magistratura del país.

 

Las elecciones celebradas en ese año fueron las más competidas en la historia del país, con menos del uno por ciento de diferencia se decidió la elección. A pesar de las inconformidades del candidato que quedó en un cercanísimo segundo lugar, el entonces Instituto Federal Electoral tuvo los elementos necesarios para que legítimamente se determinara el resultado final y saliera avante a cualquier descalificación.

 

En el año 2012, el candidato postulado por el Partido Revolucionario Institucional fue elegido por la mayoría de votantes para ocupar el cargo de Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, a pesar de inconformidades, nuevamente el Instituto Federal Electoral realizó su labor de manera adecuada y generó certeza en los resultados finales.

 

Para 2018, el mismo candidato que descalificó los resultados de 2006 y 2012, que cuestiona al ahora Instituto Nacional Electoral, en esa ocasión postulado por MORENA, obtuvo la mayoría de sufragios emitidos, evidentemente en esta ocasión no hubo inconformidades y los candidatos del PRI-VERDE-NA y del PAN-PRD-MC, se abstuvieron de hacer reclamos o descalificar al árbitro electoral.

 

Se puede concluir que, en estos cuatro procesos de renovación del Titular del Poder Ejecutivo Federal, la autoridad electoral federal ha correspondido a la confianza de los mexicanos, incluso se ha ganado el reconocimiento internacional al grado que se ha apoyado en elecciones celebradas en otros países.

 

El Instituto Nacional Electoral, es un órgano de prestigio, que ha logrado afrontar serias dificultades, normativamente se le ha fortalecido y se encuentra en constante evolución, a la fecha se puede considerar que ha logrado una estabilidad institucional que sin duda abona al fortalecimiento democrático de México.

 

Es destacarse que, para la construcción de ese instituto, se presentó la voluntad política de diversos actores, que tuvieron que dar eco a los reclamos ciudadanos de contar con elecciones confiables. La labor electoral al día de hoy se realiza buscando el cumplimiento de los principios de Certeza, Legalidad, Independencia, Imparcialidad, Objetividad y Máxima Publicidad.

 

Desafortunadamente ahora, como nunca antes, el partido político en el poder, aprovechando ilegítimamente su fuerza política, desde el Ejecutivo y el Legislativo, realizan acciones de franco ataque y descalificación a ese instituto.

 

Y no sólo los ataques son en el plano institucional, personajes políticos sumamente controvertidos públicamente, han hecho apología de la violencia y directamente han amenazado en su vida e integridad a los servidores públicos electorales.

 

Amenazas que después retiran, reflejando la ligereza de actuación, inseguridad de acción y pleno desconocimiento de la ley y el respeto a la persona humana, y aún así pretenden gobernar una entidad.

 

Que respeten la ley, y si se les está privando de un derecho es porque no saben cumplir mínimamente el marco jurídico de actuación que deben respetar y ahora en un franco berrinche atacan a una institución respetada y admirada por los mexicanos.

 

Ya se ha visto como el régimen ha coptado diversos órganos autónomos, los cuales eventualmente fungen como contrapesos para evitar la centralización del poder y de las decisiones de gobierno y administración.

 

Gran responsabilidad tenemos los mexicanos en las elecciones que se llevarán a cabo en el año 2021, es quizá una última oportunidad para poner freno al abuso y centralización del poder, de reforzar los equilibrios y vivir en plena democracia. Tenemos la obligación de reforzar el último dique que evitará que se desborde el autoritarismo y el gobierno de ocurrencias.

 

Ya se ha dicho y demostrado, el Partido Acción Nacional es y será una fuerza de respaldo al Instituto Nacional Electoral.

 

Efraín González Luna señaló: “Quienes están cómodamente instalados en las estructuras creadas por ellos para beneficio de los menos, no se preocuparán por cambiarlas.” Y obviamente las que les perjudiquen, buscarán destruirlas hasta la última piedra y sobre esos escombros pretenderán construir una historia de terror demagógica. Parte última que nos permitimos adicionar.

 

 

Cordialmente

 

Dr. en Derecho Gabriel García Martínez

Representante Suplente del Partido Acción Nacional ante el Consejo General del Instituto Electoral del Estado de México.

 

Viernes, 09 Abril 2021 20:52

La esperanza de México

“Dar a la Patria esperanza presente”, es el lema de Acción Juvenil del Partido Acción Nacional, frase que contiene un alto sentido de responsabilidad con nuestra nación, la obligación de generar expectativas reales hoy, no considerar a la esperanza como algo que será a futuro.

 

Ese lema del sector juvenil del PAN nos ha cobijado durante más de treinta años a todas las generaciones de panistas que iniciamos nuestra actividad desde antes de los veintiséis años; a pesar de ya rebasar la edad para ser considerado juvenil, seguimos mostrándonos orgullosos de nuestro origen.

 

La esperanza es un valor que en el PAN tenemos presente, ahora bien, el diccionario de la lengua española la define como:

 

  1. Estado de ánimo que surge cuando se presenta como alcanzable lo que se desea.
  2. Valor medio de una variable aleatoria o de una distribución de probabilidad.
  3. En el cristianismo, virtud teologal por la que se espera que Dios otorgue los bienes que ha prometido.

 

Del punto número 1, podemos entenderlo como estado de ánimo personal, pero basado en experiencias previas, valoraciones y proyecciones, que es lo que queremos y cómo lograrlo.

 

Del punto número 2, lo entendemos como un dato eminentemente estadístico o científico, con variables establecidas, el qué tan posible es lograrlo o en que promedio se alcanzará.

 

Del punto 3, se relaciona más con cuestiones teológicas, producto de la divinidad y que no está al alcance de los mortales su consecución.

 

La esperanza de México, la de los mexicanos que buscan salir adelante día a día, se basa eminentemente en el trabajo diario, en crear las condiciones para mejorar nuestro nivel de vida y dejar un mejor país para la presente y futuras generaciones.

 

Ahora bien, bajo un esquema de subsidiariedad (tanto sociedad como sea posible y tanto gobierno como sea necesario), esas condiciones de mejora del nivel de vida, deben ser promovidas por el poder público, por ser obligación constitucional, la razón de ser y motivo de que el ejercicio de la soberanía esté a su cargo.

 

Bajo esa idea, es como en gran parte se toma la decisión del voto, a qué ciudadano le vamos a encomendar la tarea de mejorar nuestro nivel de vida, en quién depositaremos nuestra esperanza conjunta de un mejor país.

 

En 2018, la esperanza fue otorgarle apoyo absolutamente mayoritario al que ya desde entonces enarbolaba que era la “Esperanza de México”, claro sin saber si era como coadyuvante para obtener un deseado país más justo y con mejores condiciones para todos o la esperanza ofrecida era bajo un concepto mesiánico y divino, en el que un ente superior resuelve todo.

 

Casi tres años después, esa esperanza de gobierno subsidiario ha desaparecido, la sociedad se ha visto abandonada, en temas de salud, seguridad, desarrollo económico, empleo, medio ambiente. Claro quizás porque no era esa la esperanza ofertada por la autodenominada 4T.

 

La que aparentemente ofertaron era la esperanza que consideraban divina, el gran proveedor que con la sola voluntad y designios de un super hombre, se resolvería todo: La corrupción, la pobreza, el hambre, la violencia, la injusticia y otros rubros.

 

Pues esa esperanza, tampoco se ha concretado, la solución divina no ha llegado, pero sí las actitudes del poder público que rayan en lo dictatorial, mesiánico y con tintes imperiales.

 

Como anécdota más evidente de esa presidencia imperial, es el mudarse a vivir al mismísimo Palacio Nacional, tal como en su momento lo hicieron los virreyes de la Corona Española durante diversos siglos. De verdad suena tan absurdo como si un gobernador o un presidente municipal se fuera a vivir al palacio de gobierno o municipal, respectivamente.

 

Insisto, eso sólo es anécdota, quizás muy simple, son otros aspectos los que ponen en riesgo la democracia en nuestro país. Que el divino detentador del poder público no cuente con contrapesos, como una moderna corte imperial tiene a la mayoría de los diputados al servicio de sus caprichos. Ya lo ha dicho expresamente Andrés Manuel López Obrador, “se pide una obediencia ciega”.

 

Con un poder plenipotenciario determina quién es corrupto o quién no lo es, y si lo es, pues simplemente lo perdona, y si no basta el perdón, tiene a la Secretaría de la Función Pública para que avale “legalmente” ese perdón.

 

Y también realiza otros actos divinos: Rifar un avión sin avión; una campaña de vacunación incluido registro vía web, sin que existan vacunas; una inauguración de un aeropuerto sin pistas de aterrizaje; ostentarse como el presidente más feminista y apoyando la postulación de un político con denuncias de abuso contra mujeres; una victimización de que es el presidente más atacado de la historia y desde el púlpito presidencial arremeter sin pudor contra cualquier ciudadano, institución o agrupación; presumir que bajó el precio de la gasolina y luego hacer oídos sordos cuando se estabilizó el precio a la alza, igual con el gas; designar que primero los pobres y son los primeros que fueron inundados en Tabasco, se dictaminó un moderno diluvio contra los más pobres; determinar la desaparición o debilitamiento de diversas instituciones sociales y sustituirlas con mágicas fórmulas, tan mágicas que son inexistentes; presumir una fuerza moral y no de contagio por el COVID-19 y a pesar de infectarse y pensar que se entendería que ya reconocería su carácter terrenal, sigue con la misma idea de inmunidad celestial; desconocer a la madre naturaleza y construir una refinería y un tren en zonas que quedarán devastadas; cancelar la construcción de un aeropuerto y los recursos para estancias infantiles alegando sin base alguna la existencia de corrupción, lo que nunca ha comprobado ni “Él”, ni las instituciones fiscalizadoras o sancionadoras administrativas o penales.

 

Y así más actos no terrenales, designios mesiánicos que sólo agravan los problemas nacionales.

 

Hermanos mexicanos, la esperanza la debemos construir nosotros, el presente y el futuro es responsabilidad nuestra, no esperemos soluciones mágicas o divinas, hagamos lo nuestro.

 

Por lo pronto, en ejercicio de nuestra responsabilidad ciudadana, debemos acudir a sufragar, decidir quién es el que encabezará a esta gran nación y así de manera verdaderamente subsidiaria, con sociedad y el gobierno, lograremos en nuestro país la tan anhelada justicia, paz, desarrollo, seguridad y cordialidad. En un aspecto aristotélico, trabajemos para lograr la felicidad como el supremo bien y el fin último del hombre.

 

Construyamos pues, la esperanza presente.

 

"Pero basta ya de sombras. Es tiempo ya de salir como el gran florentino, a ver de nuevo las estrellas. Que este ambiente cárdeno y gris que nos envuelve y nos penetra, tenga como en los Grecos más trágicos, la encendida iluminación ascendencial de la esperanza. Salgamos a ver de nuevo las estrellas" Palabras de Manuel Gómez Morín, Fundador del Partido Acción Nacional.”

 

Dr. en Derecho Gabriel García Martínez

Representante Suplente del Partido Acción Nacional ante el Consejo General del Instituto Electoral del Estado de México.

 

 

 

Miércoles, 24 Febrero 2021 04:29

La pérdida de privilegios.

Estado, nación, país, son algunos de los conceptos con los que se define a una de las mayores organizaciones humanas, es un fenómeno social donde un grupo de personas se unen para buscar el bien común, para satisfacer sus necesidades y en una etapa avanzada, a través de la ley y su obligatoriedad, se establecen las reglas formales de convivencia y estructura de gobierno.

 

Elementalmente se han establecido algunos aspectos que generan cohesión: el idioma, la religión, los símbolos patrios, la gastronomía, las tradiciones, fechas cívicas, entre otras. Un mexicano identifica a otro mexicano y esa hermandad nos distingue en el extranjero.

 

Sin embargo, es por demás comprensible que entre los mexicanos existan diferencias ideológicas, culturales y política. En más de doscientos años de vida independiente se ha mantenido la cohesión nacional y salvo algunos breves episodios históricos, la nación mexicana sigue unida y prácticamente desde hace más de ciento cincuenta años, no se han presentado de manera permanente rompimiento del pacto federal por parte de las entidades federativas.

 

Los gobernantes aparte de las obligaciones que se establecen por ley, también tienen obligaciones cívicas y sociales, deben buscar la unión de los habitantes que gobiernan. Evidentemente la más relevante responsabilidad de unión, es la del Presidente de la República.

 

O al menos eso debería ser, se han presentado fenómenos en diversos países, donde el titular del ejecutivo se ha convertido en un efecto de polarización de la sociedad, el de mayor impacto por la importancia que tiene a nivel global, sin duda es Estados Unidos de América y su expresidente Donald Trump. Bajo la bandera del populismo de derecha, logró enfrentar a la sociedad norteamericana al grado que conservó una gran base de votantes a pesar de los horrores de su gestión.

En el caso de México, contamos con un presidente que es calificado como populista, que ha polarizado a los mexicanos, ha ocasionado enfrentamientos ideológicos por sostener que es el dueño de la verdad a pesar de la dura realidad, considera que es el único que puede decir lo que es moralmente aceptable, perdona desde el púlpito presidencial a colaboradores con evidentes casos de corrupción, concentra el poder político y económico, ahoga a las entidades federativas y más a los municipios.

 

Va en contra de la ciencia, ya sea la medicina, la física, la química o demás disciplinas como la economía, la política, el derecho y su andamiaje jurídico, la ética, la sociología, las matemáticas, la estadística, la lógica, la contabilidad, la ecología, la moral y demás conocimiento humano. Sólo “Él” como un moderno mesías tiene la verdad gracias a sus otros datos.

 

En caso de debate de sus decisiones, pues esgrime simples argumentos: “son politiquerías”, “periodismo ramplón”, “los conservadores”, “los neoliberales” y un largo etcétera. Y la frase más usual, algo así como “están en contra porque no quieren perder sus privilegios”.

 

Efectivamente, por las decisiones plenipotenciarias del Presidente de la República se ha ocasionado que se pierdan lo que ahora serían privilegios, a pesar de que son derechos inherentes al ser humano, derechos fundamentales, derechos humanos y sus garantías.

 

Ahora se pierde el privilegio a la salud:

 

Por el desmoronamiento del sistema de salud, el Seguro Popular logró grandes avances en atención a los más desprotegidos, independientemente de las instituciones públicas de salud como el IMSS y el ISSSTE, que durante décadas han sido el anclaje en la atención de los mexicanos. Ahora existe desabasto de medicinas y equipo médico, se puso o se intentó poner en funcionamiento el INSABI, instituto que no ha cumplido con su papel ante los mexicanos y no se diga la terrible atención preventiva, correctiva y de vacunación en el caso de la pandemia por el COVID-19.

 

Ahora se pierde el privilegio al empleo:

 

El contar con un trabajo honesto, es sin duda una de las cosas que más se pueden apreciar y que mayor dignidad le da al ser humano, el tener la forma de llevar alimentos al hogar es de lo más apreciado. Pues estamos ante niveles alarmantes de desempleo, si bien es cierto por la pandemia se acentúo dicha situación, también lo es que desde 2019 ya se estaban presentando fenómenos de contracción económica que afectó la generación de empleo. Ni antes de la pandemia hubo acciones de promoción o al menos mantenimiento de los empleos formales, ni en la pandemia hubo acciones del gobierno federal para evitar el quiebre de miles de empresas, al “quédate en casa” se sumó “quédate sin empleo”.

 

Ahora se pierde el privilegio a la seguridad:

 

Es de todos conocidos los datos estadísticos del número de muertes violentas derivadas de la lucha contra el narcotráfico, la estrategia de combate al narcotráfico con apoyo de las fuerzas armadas es criticada o reconocida en diversos ámbitos. No puede negarse que se lograron avances en materia de seguridad, pues a la par de las acciones militares, se invirtió en estructurar una policía civil nacional: la policía federal preventiva, esto a efecto de reducir la presencia de militares en materia de seguridad interior. Pues ahora, desapareció la policía federal, se sustituyó con una policía militarizada: la Guardia Nacional, sin visos que se busque que tienda a ser una policía de corte civil, tal como se privilegia en los países democráticos. Ahora se reducen los apoyos del FORTASEG, que permitía que las policías locales se fortalecieran y que cada nivel de gobierno atendiera el problema de inseguridad de acuerdo con las competencias que le fija la ley y sigue en incremento el número de muertes violentas.

 

Ahora se pierde el privilegio a la libertad de expresión:

 

Es evidente que desde finales del siglo XX, cada vez existía una mayor libertad de expresión, en el Foxismo era claro que no existieron acciones evidentes de acallar las voces opositoras o a los periodistas, las críticas hacia el poder público se hicieron cada vez ácidas y directas, no se diga con el advenimiento de las redes sociales donde en el Peñismo se daban críticas desproporcionadas, no sólo en el ámbito de lo público, sino ataques en aspectos personales e incluso íntimos de los gobernantes. Ahora regresamos en el tiempo, como en los setenta, desde el púlpito presidencial, es el propio titular del ejecutivo el que acalla a los opositores, los insulta y descalifica, se apoya en pseudoperiodistas que le hacen preguntas a modo, gracias a esto, las mañaneras en múltiples ocasiones se han convertido en un ejercicio de simulación y salvo actuaciones de algunos verdaderos reporteros, la palabra presidencial es omnipotente sustentado en sus otros datos. Ya no se diga el riesgo de censura que se corre ahora que incluso se busca regular las redes sociales.

 

Y así podemos continuar con los privilegios que hemos perdido o que estamos en riesgo de perder, la vida, la libertad, la vivienda, el libre pensamiento u otros.

 

En ese sentido, por supuesto que como oposición estamos luchando contra los horrores de la autodenominada 4T, luchamos por no perder los privilegios que son inherentes a la persona humana. Fuimos, somos y seremos un contrapeso contra las decisiones caprichosas, dictatoriales, sin sentido y facciosas del poder público.

 

¿A qué privilegios se referirá el Presidente de la República?, porque el grueso de las personas que estamos levantando la voz contra los excesos del poder público, hemos trabajado antes y ahora, nos hemos preparado antes y ahora, luchamos antes y ahora y contundentemente decimos que nadie nos ha regalado lo que somos, ni antes ni ahora. Y queremos un presente y un futuro donde tengamos una Patria ordenada y generosa y una vida mejor y más digna para todos.

 

“El ser humano es persona, con cuerpo material y alma espiritual, con inteligencia y voluntad libre, con responsabilidades sobre sus propias acciones y con derechos universales, inviolables e inalienables, a los que les corresponden obligaciones inherentes a la naturaleza humana individual y social.

 

Por su dignidad, los hombres --iguales por naturaleza-- no deben ser reducidos a la categoría de mero instrumento de personas, grupos o instituciones privadas o públicas, con menoscabo de su propio destino temporal y eterno”[1]

 

 

Dr. en Derecho Gabriel García Martínez

Representante Suplente del Partido Acción Nacional ante el Consejo General del Instituto Electoral del Estado de México.

 

 

[1] Proyección de Principios de Doctrina del Partido Acción Nacional. 1965.

 

 

 

En diciembre de dos mil diecinueve, en este mismo espacio, se presentó la colaboración “México. Diciembre del 2020”, en el que se hicieron diversos razonamientos respecto a promesas que realizó el Presidente de la República en cuanto al tema de seguridad:

 

A raíz del primer año de gobierno de la presente administración federal 2018-2024, el Titular del Ejecutivo nuevamente se fija un plazo: ¿Cuánto tiempo necesitaremos para consolidar la obra de trasformación?, pienso, que un año más, es decir, en diciembre, que aquí nos vamos a volver a encontrar, de dos mil veinte.”[1]

 

Obviamente para esa fecha, no hubo pronunciamiento alguno del Presidente de la República, pues a pesar de sus estridentes y poco certeros comentarios, no iba a retomar el incumplimiento de una promesa que le hizo a todos los mexicanos.

 

Ese año 2020, cerró con nuevo récord de muertes dolosas violentas, más de 35 mil hogares mexicanos fueron enlutados por esa espiral de violencia que no se ha podido frenar a pesar del discurso oficial, que dista mucho de ser una estrategia gubernamental, nos quedamos con los dichos de “abrazos no balazos”, la respuesta a la pregunta ¿el narco también es pueblo?, SI, ES PUEBLO,TODOS SON SERES HUMANOS, aparejado a su negativa a enviar al ejército para defender a pobladores de la amenaza del crimen organizado[2] https://laotraopinion.com.mx/el-narco-es-pueblo-amlo-video, y la confesión expresa de ordenar la liberación de un presunto narcotraficante en la Ciudad de Culiacán, después de que fue aprehendido por fuerzas federales en cumplimiento de una orden judicial.

Ahora no sólo tenemos a México con cada vez más muertes violentas, ahora tenemos que sumar las muertes que se derivan de la pandemia por el virus SAR-COV-2 , o COVID 19.

 

Por supuesto que la existencia de esa enfermedad no es culpa de los que detentan el poder público, es un problema de salud mundial, que afectaría a toda la humanidad por igual, sin embargo, en México el problema se ha agravado por la forma en que el Gobierno Federal ha pretendido atender ese tema.

 

Se insiste, lo reprochable no es que exista ese problema, lo es cómo desde el gobierno de la autodenominada Cuarta Trasformación ha manejado la pandemia.

 

Desde el inicio, se minimizó. Se negó la peligrosidad del contagio, no se promovieron las medidas de prevención, se hicieron proyecciones fallidas, se negó dar las alertas máximas, se ejecutaron acciones discursivas sin sustento, se pretendió un manejo estadístico que sólo servía para anunciar que los hospitales no estaban colapsados, esto, perversamente sustentado en la negativa de recibir a pacientes en los hospitales. Ya lo decía la Senadora Lilly Téllez al denominar al supuesto responsable del manejo de la pandemia como “Pequeño virrey del país de las camas vacías y de los muertos en casa”

 

Eso sí, de manera periódica, el discurso oficial es que se ha domado la pandemia, sin que se respalde ese dicho con datos duros, o con una estrategia clara o políticas públicas sustentadas con acciones de gobierno.

 

Al igual que la primera parte de este artículo, se pueden plantear dos conclusiones que aplicarían en los casos de las muertes violentas y las originadas por la pandemia:

 

En el caso de muertes violentas: La primera conclusión, es que el plazo de seis meses que se autoimpuso el Presidente de la República fue una mera ocurrencia, que no se tenía un plan o programa para lograrlo y que al final sólo abonó en la desilusión que ha ocasionado a diversos sectores de la población de México.

 

En el caso de muertes por la pandemia: La primera conclusión, es que los dichos y estrategia del Presidente de la República son meras ocurrencias, que no se tiene un plan o programa para lograrlo y que al final sólo abonó en la desesperación que ha ocasionado a diversos sectores de la población de México.

 

En el caso de muertes violentas: La segunda conclusión: Si la proyección del escenario catastrófico de sesenta mil muertes planteado por Hugo López Gatell fue realizada de forma seria, al rebasar esa cifra, se debió de realizar un ejercicio transparente de evaluación, comunicar cuáles fueron las causas encontradas que ocasionaron que se rebasara el pronóstico planteado.

 

En ambos casos, esas muertes reflejan la falta de estrategia del gobierno federal y su incapacidad para replantear los objetivos ante el evidente fracaso en temas de seguridad y salud.

 

En conclusión, ya sin reserva de dar el beneficio de la duda, ¿En qué condición estaremos como país en diciembre 2021?, con la realidad y con la tendencia actual, así como la negativa de replantear estrategias en materia de seguridad y salud, el pronóstico es que estaremos mucho peor.

 

Al cierre del 2021, es casi un hecho que se rebasará la cifra récord de 2020 en cuanto a muertes violentas, esto es, más de treinta y cinco mil mexicanos habrán muerto en medio de la violencia criminal.

 

Y en cuanto a las muertes por COVID-19, hacia finales de diciembre de 2020, ciento veintiocho mil ochocientos veintidós mexicanos murieron por esa causa, aunado a que México es el país con la mayor letalidad, aproximadamente el 9% de los infectados mueren, en contraste con el promedio mundial que es del 2% aproximadamente.

 

A reserva de la eficacia de la vacuna, o que en México se cuente con ella, o que se aplique de manera óptima, desafortunadamente, México seguirá eventualmente con esa tendencia; al mes de enero suman por esa causa treinta y dos mil muertos aproximadamente, siguiendo esa tendencia que evidentemente se espera que nadie la desee, para finales del 2021, en un simple ejercicio matemático de multiplicar por 12 meses la cifra de enero, se tendrían trescientos ochenta y cuatro mil trescientos cuarenta y ocho muertes, adicionales a los ciento veintiocho mil ochocientos veintidós mexicanos que fallecieron por esa causa al cierre de dos mil veinte.

 

Evidentemente el PAN en los diversos ámbitos de gobierno ha alzado la voz para exigir al gobierno federal que cambie las estrategias de seguridad y salud, que reconduzca el gasto público para proteger el bien mayor de todo ser humano: la vida.

 

Los gobiernos panistas son y serán ejemplos del buen gobierno, los resultados positivos que presentan a nivel estatal y municipal, dan elementos objetivos para que el PAN se presente ante la ciudadanía como una viable y responsable opción de gobierno.

 

Y no solo eso, el Grupo Parlamentario del PAN en la Cámara de Diputados ha exigido la comparecencia de diversos funcionarios para que rindan cuentas respecto al manejo de la pandemia que ha enlutado a cientos de miles de mexicanos, aunado a los esfuerzos de los gobernadores y presidentes municipales panistas para proteger a la población, tanto de manera preventiva, como realizando gestiones para conseguir las vacunas confiables que se encuentren en el mercado.

 

Lo anterior, en estricto apego a lo que Manuel Gómez Morin, en su ensayo 1915 escribió:

 

“El dolor de los hombres es la única cosa objetiva, clara, evidente y constante. Y no el dolor que viene de una fuente inevitable, sino el dolor que unos causamos a otros, el dolor que originan nuestra voluntad o nuestra ineficacia para hacer una nueva y mejor organización de las cosas humanas. Y por esta primera razón podemos adoptar el dolor como criterio provisional de verdad; la lucha contra el dolor como campo de trabajo y discusión política”.

 

Seguir enarbolando el respaldo del voto de treinta millones de mexicanos, o de las encuestas y seguir omitiendo su responsabilidad para proteger la vida de los mexicanos, es sin duda, un acto deleznable. Y así como se depositó la confianza de esos treinta millones de mexicanos, así se reflejará la desolación y desilusión a ese gobierno de la Cuarta Transformación en las urnas el próximo 6 de junio de este año.

 

El PAN, conforme a su historia y resultados, así como por sus acciones para poner freno al Gobierno Federal, sin duda será la opción para millones de mexicanos.

 

 

Dr. en Derecho Gabriel García Martínez

Representante Suplente del Partido Acción Nacional ante el Consejo General del Instituto Electoral del Estado de México.

 

[1] Extracto del discurso del Titular del Ejecutivo Federal del primero de diciembre de 2019, tomado del video consultable en https://www.youtube.com/watch?v=8XHQFmH-tTg&ab_channel=ElUniversal

[2] https://laotraopinion.com.mx/el-narco-es-pueblo-amlo-video

 

 

 

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