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Jueves, 27 Junio 2019 15:42

Subsidiariedad. Ciudadanía y gobierno

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Se han presentado diversas controversias y posicionamientos sobre entregas de apoyos económicos a ciertos sectores de la población; entregas que se realizan sin reglas de operación y de manera discrecional. Asimismo, se ha presentado la desaparición de instituciones, programas de desarrollo, capacitación y/o promoción económica como el Instituto Nacional del Emprendedor (INADEM), PROSPERA, Consejo de Promoción Turística, Pueblos Mágicos y Estancias Infantiles entre otras.

 

El combate a la corrupción ha sido la supuesta explicación con el que se ha sustentado la procedencia de entrega directa de apoyos y de la desaparición de programas, sin embargo, el no contar con reglas claras y padrones confiables, claramente desencadena corrupción y opacidad.

 

Una de las actividades del Estado es promover el desarrollo económico, pero primordialmente debe atender necesidades individuales de la población, buscar la justicia social, el reparto equitativo de la riqueza y sobre todo preservar la dignidad de la persona humana. “La ley del precio exige encontrar equivalentes entre las cosas, pero al ser humano no se le puede encontrar equivalente alguno porque tiene dignidad, no precio” (E. Kant).

 

El Estado debe contar entre sus objetivos apoyar en el desarrollo de grupos sociales, pero atendiendo el principio de subsidiariedad.

 

El PAN postula que la subsidiariedad es el sistema de ayudas escalonadas, para que no haga la entidad superior lo que puede hacer la inferior, define este principio como “la solidaridad entre desiguales; el que sabe, tiene o puede más, debe ser subsidiario y justamente complementario del que sabe, tiene o puede menos, en distintos niveles de la vida humana” (Efraín González Morfín).

 

Esto es, el gobierno debe actuar en auxilio complementario con entes políticos o sociales de menor rango y capacidad, pero sólo de manera temporal, identificando claramente los objetivos de esa ayuda, sin substituir al ente inferior en su actuar, con reglas claras y padrones confiables conformados de entes públicos o sociales y/o individuales plenamente identificados.

 

No sólo se trata de entrega de apoyos, sino de incentivar el desarrollo de los beneficiarios, ya sea con capacitación, asesoría y/o financiamiento; con lo que se tendría como objetivo que se adquieran las herramientas y condiciones necesarias, el apoyo sólo sea de manera transitoria y en cuanto se ponga en práctica la capacidad del sujeto, en ese momento se abandonará la acción subsidiaria.

 

Lo anterior se ejemplifica con el proverbio: “Regala un pescado a un hombre y le darás alimento para un día, enséñale a pescar y lo alimentarás para el resto de su vida”.  A lo que podría añadirse que, aunado a adquirir conocimientos, hay que hacer lo necesario para que se provea de herramientas materiales.

 

Tal y como postula el PAN, la subsidiariedad es, en resumen, el principio de complementariedad.

 

Por lo anterior, es de afirmarse que la frase sostenida por el panismo, ejemplificadora de la subsidiariedad en cuanto gobierno y ciudadanía, sigue totalmente vigente y debe ser considerada en toda acción de gobierno: “Tanta sociedad como sea posible y tanto gobierno como sea necesario.”

 

 

Dr. en Derecho Gabriel García Martínez

Representante Suplente del Partido Acción Nacional ante el Consejo General del Instituto Electoral del Estado de México

 

 

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