LA ESTRATEGIA NACIONAL DE EDUCACIÓN CÍVICA 2024-2026. HACIA LA CONSTRUCCIÓN DE UN HABITUS CIUDADANO
En la anterior entrega establecimos que la participación política ciudadana trasciende la emisión del voto para la elección de sus representantes políticos en los tres niveles de gobierno, pues contempla el involucramiento ciudadano de manera integral y holística, en ámbitos vinculados con la rendición de cuentas, el cumplimiento de promesas de campaña, así como el ejercicio transparente de los recursos públicos.
La ciudadanía integral (INE, 2017, ENCCÍVICA), supone pues, que las personas se encuentren inmersas no sólo en su contexto, sino en su realidad, la cual nos demanda una convivencia social democrática en la que se encuentren garantizadas las condiciones suficientes para el ejercicio de los derechos y satisfacción de necesidades de vida.
En este contexto, el Instituto Nacional Electoral (INE), el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) y la suma de alianzas estratégicas, representan un papel esencial para consolidar una estrategia de amplio calado encaminada a la construcción de ciudadanía integral. A esta estrategia se le ha denominado Estrategia Nacional de Educación Cívica denominada “ENCÍVICA 2024-2026 y tiene como objetivo general aumentar el nivel de conocimientos sobre los derechos, responsabilidades y funcionamiento del gobierno, así como desarrollar habilidades para la participación activa de la sociedad mexiquense.
De igual forma, esta estrategia se fundamenta en la implementación y la coordinación de acciones que hagan frente a los retos que limitan la participación ciudadana y obstaculizan el desarrollo de una ciudadanía en el ejercicio de sus derechos políticos más allá de los electorales (INE, 2024, ENCÍVICA).
La ENCIVICA tiene dos objetivos específicos: implementar procesos formativos de educación cívica e incentivar la participación electoral y no electoral; los cuales se cimentarán en dos ejes estratégicos. La formación, centrada en la educación, la enseñanza de habilidades cívicas, la promoción y comprensión del ejercicio de los derechos y las responsabilidades de la ciudadanía; y la participación, enfocada en fomentar el involucramiento de la ciudadanía en los procesos políticos que impactan su vida cotidiana y la de su comunidad.
La estrategia establece que la implementación de las acciones establece cuatro elementos transversales que permitan garantizar: 1) la inclusión, 2) la equidad, la eficacia e igualdad de género; 3) la interseccionalidad; y, 4) la no discriminación e innovación tecnológica.
Centrémonos en el primer eje estratégico, la formación. Cuando hacemos referencia a este concepto, reconocemos que se trata de una acepción polisémica con diversos significados ya que cuenta con múltiples referentes teóricos, algunos afines y otros opuestos. Hablar de formación, implica trabajar desde una categoría de larga polémica a nivel epistemológico, filosófico y social.
Para el caso que nos ocupa, la formación hace referencia a un proceso complejo que necesita la vinculación de tres aspectos. 1) Los sujetos que cumplan el proceso, es decir, la ciudadanía. 2) Un punto de partida, como lo es la ENCÍVICA 2024-2026, cómo política pública que atiende, una o más problemáticas sociales. 3) Una fase final, que permita el seguimiento y evaluación del logro de competencias cívicas ciudadanas, es decir, los resultados de la implementación de esa política pública.
Por lo tanto, diríamos que la formación de competencias ciudadanas se entiende como un proceso que adquirirá sentido, en primera instancia por las y los ciudadanos; después, por las prácticas que se desarrollen durante su inclusión y participación en una estrategia y programa de actividades y, por último, su participación en actividades macro que involucren su participación, la de su comunidad, localidad, municipio o entidad federativa.
La suma de estos elementos, permitirán la construcción de un habitus ciudadano (Bourdieu, 2012)[1]; es decir, un proceso formativo continuo que permita que desde la niñez y la adolescencia, se desarrollen en los individuos un conjunto de conocimientos y actitudes indispensables para participar e involucrarse en la resolución de sus problemas comunes. Este habitus ciudadano, tendrá que fundamentarse desde una renovada base cívica, responsable, equitativa e incluyente.
La formación cívica será posible en la medida en que los actores políticos y sociales, y como coadyuvantes, las instituciones electorales instrumenten, desarrollen y evalúen su estrategia y objetivos; impulsando sus códigos, las costumbres, las formas de interacción, las formas de reproducción de valores, así como la convergencia de los capitales simbólicos y culturales en favor de la construcción de la y el ciudadano integral, participativo e interesado en las problemáticas de su localidad. Todo ello conformará éste habitus.
Por último, al hablar de un proceso de formación cívico, será necesario reflexionar sobre las prácticas diferenciadas (por nivel educativo y de acuerdo con el desarrollo cognitivo) para lograr el impacto simbólico como formación de valores y conductas cívicas. En este sentido, las prácticas serán producto del habitus cívico, y a su vez este será el resultado de la incorporación y asimilación que hará la ciudadanía del capital simbólico disponible en nuestro campo de referencia: La participación ciudadana en los ámbitos político y electoral.
Lograr nuestro objetivo de formación ciudadana integral, depende de los compromisos individual y colectivo para fomentar prácticas que abonen a la preservación de la democracia como modelo de colaboración política en el futuro inmediato, y también en el de largo plazo.
[1] Bourdieu, P. (2012). Bosquejo de una teoría de la práctica. Editorial Buenos Aires. Prometeo Libros.
LA ESTRATEGIA NACIONAL DE EDUCACIÓN CÍVICA 2024-2026, FORMACIÓN CIUDADANA PERMANENTE PARA LA VIDA EN DEMOCRACIA PARTE I
Las experiencias electorales recientes, tanto en el ámbito local como federal, para la elección de los poderes Ejecutivo y Legislativo, transformaron de manera profunda el escenario político electoral en nuestro país. Por ejemplo, en la pasada elección del 2 de junio de este 2024, en el ámbito federal se logró el 60.9% de participación[1] y, a nivel local, en nuestra entidad el nivel de participación ascendió al 64.3 por ciento del total de electores inscritos en el Listado Nominal[2].
Las cifras anteriores, dan cuenta del interés de la ciudadanía por participar en procesos electorales para elegir a sus representantes y delegar en ellos su confianza para administrar los recursos públicos y la consecuente implementación de políticas sociales destinadas a atender necesidades primarias –servicios de salud, vivienda, educación, subsidios al impuesto de gasolinas, entre otros-.
Para cumplir lo anterior y como una forma de contribución de las instituciones electorales, estas tienen como función primordial organizar y realizar procesos electorales de forma pacífica y con un compromiso cívico que permita dotar de legitimidad a las y los gobernantes electos.
Cuando hacemos mención del compromiso cívico lo hacemos recuperando a John Dewey (2017, La democracia como forma de vida) quien propone concebir a la ciudadanía como sujetos quienes de manera cotidiana hacen de la democracia una forma de vida; es decir, que la participación ciudadana significa involucrarse en asuntos de índole comunitario y búsqueda de soluciones a sus problemáticas comunes, de forma consciente y constante.
Para Dewey, la democracia es:
“un modelo de gobierno a través del cual se busca garantizar a los ciudadanos el ejercicio de sus derechos y el cumplimiento de sus deberes”;
además, se puede comprender como:
“la forma en que la sociedad se organiza para la realización de ideales éticos de primer orden como los expresados en las nociones fundamentales de libertad, igualdad y fraternidad”
o como él lo llamó:
“cooperación reflexiva”.
Bajo esta referencia teórica, la participación política ciudadana no termina con la emisión de su voto. Por el contrario, cuando comprendemos la existencia de una ciudadanía involucrada no sólo en la elección de sus representantes en el poder de los tres niveles de gobierno, sino en el seguimiento de sus actos a través de la rendición de cuentas (accountability) y el cumplimiento de sus promesas de campaña, así como en la resolución y atención de sus demandas a nivel comunitario.
Pensar en este perfil de ciudadanía, nos conduce a la necesaria reconstrucción de la categoría del ciudadano (a) y sin ninguna dificultad, nos conecta con la figura de ciudadanía integral, establecida en el documento ENCCÍVICA (INE, 2017), la cual:
“supone que las personas que le dan vida a una comunidad política se asumen como titulares de derechos, prerrogativas y potestades políticas, cuya satisfacción resulta vinculante al Estado y, por lo tanto, deben ser garantizados y exigibles. A su vez, implica que la convivencia democrática de una sociedad depende de que las y los ciudadanos cuenten con las condiciones suficientes para ejercer sus derechos y cumplir sus responsabilidades”.
Como se puede observar, el referirnos al concepto de ciudadanía nos referimos al actor social que, involucrado en un contexto social y cultural del Siglo XXI, ejerce su derecho a la libertad de asociación, libertad de expresión, el acceso a la información y libre opinión; y que, además, logra un posicionamiento de sujeto (Moufe y Laclau, 2015) involucrándose en actividades políticas de interés a su comunidad, grupos sociales, culturales -entre otros-, para lograr la atención y solución de sus problemas.
Frente a este ascenso y auge de participación ciudadana en asuntos de interés social y comunitario, se requiere del acompañamiento de instituciones que colaboren en la dotación de herramientas teórico prácticas, conocimientos y habilidades, para su apropiación.
En este contexto, el Instituto Nacional Electoral (INE) y el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM), representan un papel fundamental en esta tarea cívica encaminada a la construcción de una ciudadanía integral involucrada en la solución de sus necesidades de socialización y convivencia democrática cotidiana. Ambas instituciones, representan la herramienta principal para difundir una filosofía que consolide la convicción de fomentar la democracia como forma de vida.
Para lograr este trascendente objetivo, será a través de la puesta en marcha de una Estrategia Nacional de Educación Cívica denominada “ENCÍVICA 2024-2026”, mediante la cual se esperan generar cambios de valores, actitudes y acciones en la ciudadanía, los cuales radican en un aumento del nivel de conocimientos sobre los derechos, responsabilidades y funcionamiento del gobierno, así como desarrollar habilidades para la participación activa de la sociedad mexiquense.
En nuestra siguiente entrega, hablaremos sobre esta estrategia de educación cívica, vista como un plan de formación humana y de ciudadanos integrales.
[1] Con base en el Programa de Resultados Electorales Preliminares 2024, Elecciones Federales del Instituto Nacional Electoral. https://prep2024.ine.mx/publicacion/nacional/presidencia/nacional/candidatura .
[2] Con base en el Programa de Resultados Electorales Preliminares 2024, Elecciones Estatales del Estado de México. https://prep2024.ieem.org.mx/#/diputaciones .
Consulta Infantil y Juvenil 2023
Como hemos apuntado en una colaboración anterior (noviembre de 2023), el Instituto Electoral del Estado de México organizó de septiembre a noviembre del año pasado la Consulta Infantil y Juvenil 2023 (CIJ2023), la cual tuvo una participación de 1, 065, 554 niñas, niños y adolescentes (NNA) de los 125 municipios, lo cual representa el 30.85 % de la población de 6 a 17 años en el Estado de México. La CIJ2023 tuvo como propósito propiciar un espacio de expresión libre en el que las Niñas, Niños y Adolescentes (NNA) que viven en el Estado de México, y de origen mexiquense residentes en el extranjero, pudieran expresar sus preferencias y anhelos sobre las acciones, vías de atención y estrategias de difusión necesarias hacia la niñez y adolescencia, susceptibles de ser adoptadas por las instituciones públicas e incorporarlas en sus programas de actividades, con la intención de que se valore y reconozca el alcance de los ejercicios de participación en la democracia.
Es importante señalar, que dentro de ese mas de un millón de NNA que participaron en la CIJ2023, se encuentran 916 participaciones provenientes desde el extranjero; 915 corresponden a residentes en casa hogar; 66 son de jóvenes en proceso de reinserción social; 86 con discapacidad; 4,296 que pasan la mayor parte del tiempo en la calle; 43,532 pertenecientes a pueblos originarios; y 27, 235 que se identificaron como afromexiquenses.
Dentro de los resultados, que nos gustaría destacar, son los siguientes:
Estos datos, que corresponden solo a tres de las 12 preguntas que fueron incluidas en las boletas de participación, nos permiten observar en primera instancia expresiones de una población que anhela desarrollarse mediante la formación académica para ser partícipe de las soluciones a las problemáticas que les afectan (3 de cada 10 NNA de 6 a 9 años de edad desean seguir estudiando; anhelo que crece a 5 de cada 10 entre los 10 a 13 años, y llega hasta 6 de cada 10 en el grupo de 14 a 17 años).
Queda de manifiesto las principales demandas de estudio que hace falta incorporar en la educación (idiomas y computación en la educación básica son materias solicitadas por 3 de cada 10 NNA, mientras que, para las juventudes, aprender sobre finanzas personales se posiciona como una demanda de aprendizaje hasta hoy no registrada en otros ejercicios de participación).
Se auto-evalúan en aquellos aspectos que influyen negativamente en su desarrollo. Para los de 6 a 9 años la comida chatarra y para los de 14 a 17 años el abuso de los dispositivos electrónicos son consumos reconocidos como nocivos por la mayoría, anunciando vías para la implementación de políticas públicas para atacarlos.
Los resultados de CIJ2023 dotan, no sólo al IEEM si no a diversas instancias responsables de la atención a NNA, de información muy valiosa que permitirá desarrollar políticas para atender a este sector de la población del Estado de México y crear una mejor ciudadanía; es por ello que el Instituto esta realizando acercamientos con instituciones de educación y de otras áreas, públicas y privadas en todo el territorio estatal para socializar estos resultados en beneficio de los NNA.
Para conocer todos los resultados, ponemos a su disposición el siguiente enlace: https://www.ieem.org.mx/consultaIJ2023/index.html
VOTO MEXIQUENSE EN EL EXTRANJERO 2024
Tal y como hemos apuntado en una colaboración anterior (noviembre de 2023), para el Proceso Electoral 2024, la ciudadanía mexiquense residente en el extranjero pudo ejercer su derecho al sufragio por tercera vez y, por primera ocasión, para elegir diputaciones locales por el principio de representación proporcional. 14 mil 192 mexiquenses[1] votaron desde el extranjero, de los cuales el 74 % lo hicieron por la modalidad electrónica por internet; 14 % sufragaron por vía postal; y el 12 % acudieron de manera presencial a alguna de las 23 sedes consulares habilitadas, siendo las más concurridas las de Madrid, Chicago y Montreal. Lo anterior representa el 88.97 % de participación de los mexiquenses inscritos en la Lista Nominal del Electorado en el Extranjero (LNE-Extranjero).
Comparativamente, con la elección de la Gubernatura 2023, en donde se inscribieron en la LNE-Extranjero 5,424 ciudadanas y ciudadanos mexiquenses, de los cuales 2,318 emitieron su voto (42.74 %): 1,376 votos por vía electrónica por internet; 811 votos vía postal y 131 votos vía presencial en cuatro consulados. Los cinco países con mayor participación, en este proceso electoral fueron: Estados Unidos, Canadá, España, Alemania y Reino Unido.
En la siguiente imagen, podemos observar el comportamiento de inscripción en la LNE-Extranjero y la participación ciudadana en las tres elecciones del Estado de México, en las que han participado mexiquenses residentes en el extranjero:
Ahora bien, al respecto de las modalidades por las que las y los mexiquenses han ejercido su voto, tenemos que las opciones se han ampliado, pues en 2017, únicamente se encontraba disponible la modalidad postal, posteriormente, para la elección de gubernatura 2023, a la modalidad postal se sumaron las vías, electrónica por internet y a manera de prueba piloto, en cuatro sedes consulares: Chicago, Dallas y Los Ángeles en Estados Unidos, y Montreal, Canadá.
Como se observa en la siguiente imagen: