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Martes, 03 Octubre 2023 08:00

Reformar el poder judicial: ¿Necesario?

En los últimos meses el poder judicial ha sido centro de debate nacional y ha recibido fuertes críticas tanto en su actuar como en los salarios que reciben desde los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación hasta Magistrados y Jueces en los diferentes ámbitos jurisdiccionales que contrastan no solo con los salarios de la gran mayoría de la ciudadanía sino con la impunidad que se vive cotidianamente.

 

En nuestro país el poder judicial es parte del presidencialismo que exige que los 3 poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial sean independientes para que no exista la concentración de poder en una sola persona o en uno solo de ellos lo que representa un equilibrio en el Estado de Derecho.

 

La tarea del Poder Judicial no es menor pues tiene encomendado el control de la Constitución Política, la administración de la justicia y también conocer las causas contra la administración pública. El poder judicial es el encargado de impartir justicia y lo hace a través de jueces y juezas que están obligados a estudiar los casos, interpretar las leyes y determinar las responsabilidades por posibles violaciones a las leyes e imponer sanciones a quienes resulten responsables.

 

Sin embargo, la impunidad se mantiene como un componente que demanda cambios de fondo al representar un factor de injusticia social que como dice Le Clerq: “afecta el desempeño de las instituciones públicas, la calidad en la dotación de bienes públicos y el disfrute de derechos, que tiene impacto en el ámbito jurídico, político, económico, social y en la vida privada de las personas”. (1)

 

De acuerdo con el Índice Global de Impunidad 2022, México se mantiene con altos niveles, ligada a un alto grado de corrupción, pactos de impunidad política, captura de instituciones públicas por intereses económicos y la penetración de las organizaciones del crimen organizado en las instituciones del Estado.

 

El Estado de México, Baja California y Veracruz destacan por ser las entidades con mayor grado de impunidad a diferencia de Baja California Sur y Campeche que cuentan con el menor. El promedio nacional se ubica en 60.08 que es alto.

 

Además, existe una correlación entre pobreza e impunidad que refleja que a mayor pobreza y pobreza extrema mayor es la impunidad, lo mismo que a mayor corrupción también habrá mayor impunidad.

 

El tema de la reforma al poder judicial tiene extremos, hay quienes defienden al sistema judicial actual habrá que reflexionar seriamente porqué y cuál es su argumentación y hay quienes coinciden en una reforma de gran calado, no creo que los jueces deban ser electos a través del voto popular ya que la naturaleza de su encargo no deriva de la representación política pero sí es necesaria una reconfiguración del poder judicial en donde el centro de su actuar sean realmente los derechos humanos de la ciudadanía.

 

(1) Estructura y función de la impunidad en México. Índice Global de Impunidad (IGI-MEX 2022) UDLA. Capítulo 1 Pág. 13

Martes, 26 Septiembre 2023 08:00

La agencia de nosotras las mujeres

Durante siglos muchas mujeres han luchado por nuestros derechos. Desde la primera ola del feminismo mundial que se originó en el contexto de la revolución francesa con la exigencia de libertad e igualdad de trato, Mary Wollstoncecrafrt con su obra Vindication of the Rights of Woman y Olympe de Gauges con la Declaración de los derechos de la mujer y de la Ciudadana fueron importantes precursoras.

 

Las mujeres hemos estado presentes en todos los acontecimientos históricos del mundo y de nuestro país a pesar de ello, para nosotras ha sido muy difícil derribar la desigualdad y los estereotipos que desde el patriarcado siguen presentes aún en pleno siglo XXI.

 

Mujeres mexicanas como Rita Cetina, Elvia Carrillo Puerto, Hermila Galindo precursoras de la educación y la cultura para las mujeres, así como férreas defensoras de los derechos político-electorales de nuestro género nos permiten dar cuenta de lo importante que es mantenernos firmes en la defensa de nuestros derechos y resaltar el papel activo de la agencia de nosotras las mujeres, que es lo que deseo destacar en esta ocasión.

 

Esa libre agencia es la capacidad que tenemos de actuar intencionalmente y con el propósito de mejora, ya no solo hablamos de bienestar de nosotras en un trato justo, las mujeres hemos dejado de ser receptoras pasivas de la ayuda destinada a mejorar solo nuestro bienestar, hoy nos reconocemos y nos reconocen muchos hombres como agentes activos de cambio.

 

Como refirió Amartya Sen: somos promotoras dinámicas de transformaciones sociales que pueden alterar tanto la vida de las mujeres como la de los hombres, un ejemplo claro de ello es que en nuestra entidad por primera vez hay una mujer que lidera el gobierno con un gabinete que incluye mujeres, la tarea no será sencilla, hay poco más de 9 décadas de ejercicio patriarcal es cierto, pero también está presente nuestra agencia.


Esta libre agencia implica reconocer la responsabilidad que tenemos de hacer y también cuando decidimos no hacer. Cada vez hemos arribado más mujeres a los espacios de toma de decisiones, contamos con el principio de paridad total y también se ha legislado sobre la violencia contra nosotras en diferentes ámbitos.

 

Es fundamental que continuemos incidiendo con nuevas propuestas, desde la trinchera en la que nos encontremos: educativa, política, económica, social, jurisdiccional y administrativa electoral. Como factores de cambio debemos seguir insistiendo en erradicar la inequidad, la violencia en los hogares, en los espacios laborales, en la política, la pobreza y extrema pobreza que impacta más en nuestro género.

 

En pocos meses iniciara formalmente el proceso electoral 2024 y habrá miles de mujeres participando, nuestra libre agencia debe ser firme y con gran convicción de los alcances que podemos tener si decidimos sí hacer.

 

En el ámbito federal el INE ha dado el banderazo oficial del proceso que describe como el más grande que ha tenido México, lo cual en esta ocasión sí es real, ya que se celebrarán elecciones federales y por primera ocasión la concurrencia de las 32 entidades federativas.

 

En 2024 se disputará el cargo de la presidencia de la república, 128 espacios en el Senado donde 64 son por el principio de mayoría relativa, 32 por representación proporcional y 32 más de primera minoría, también las 500 curules de la Cámara de Diputados, 300 por mayoría relativa y 200 restantes por representación proporcional.

 

En el caso del Estado de México se renovará en su totalidad el Congreso local, donde existen 75 curules y estará presente la figura de la reelección legislativa además de las 125 presidencias municipales que incluyen 136 sindicaturas y 966 regidurías.

 

Todas las elecciones en su organización representan retos para las autoridades electorales; si bien el proceso electoral inicia formalmente en enero de acuerdo con el código electoral del Estado de México, en el Instituto Electoral (IEEM) hemos dado inicio a diferentes trabajos en las comisiones que quedaron conformadas a partir del 22 de agosto con la finalidad de comenzar con los preparativos de la elección.

 

La entidad mexiquense vive tiempos de cambio con la alternancia política que se da después de 94 años, con la primera mujer al frente; secundada por la aprobación de la nueva ley orgánica de la Administración Pública con un rediseño de la estructura de gobierno. En su toma de protesta, la Gobernadora Mtra. Delfina Gómez Álvarez delineó la forma en la que actuará su gobierno propiciando la inclusión de grupos históricamente discriminados, respetando y potencializando sus derechos y con un gobierno que seguirá los principios del Humanismo mexicano y la austeridad republicana.

 

Bajo este contexto de cambios donde la sociedad mexiquense se concibe cada vez más plural y en donde el respeto a los derechos humanos es y debe ser una constante, las instituciones tienen una gran oportunidad de estar a la vanguardia y hacer cambios en sus procesos y actuaciones.

 

El IEEM, segura estoy, tendrá acciones innovadoras y de mayor inclusión en las diversas convocatorias que vendrán en unas semanas, el sistema nacional electoral está diseñado para que la ciudadanía participe de los procesos electorales pues legitima la actuación de la autoridad electoral; ahora mismo se lleva a cabo una consulta a 4 grupos que históricamente han sido discriminados para potencializar su participación.

 

La democracia es dinámica y obliga atender las demandas de la ciudadanía. Los principios de Certeza, Legalidad, Imparcialidad, Objetividad y Paridad deben materializarse de forma permanente.

Las mujeres en los últimos 25 años cuantitativamente hemos sido más que los hombres, ejemplo de ello es que de acuerdo con el INEGI en 2020 las mujeres representamos el 51.2% y en el padrón electoral a nivel nacional actualmente el porcentaje es de 51.88 mujeres y 48.12 hombres.

 

Hay 103 mujeres por cada 100 hombres. A pesar de ser mayoría desde hace más de una década las mujeres hemos tenido diferentes barreras que eliminar y superar desde los pisos pegajosos que implican esa presión familiar, social y de la pareja que hacen creer a las mujeres que nuestro lugar natural es el de la casa con los cuidados y la crianza, hasta arribar a romper los techos de cristal.

 

Para 2024 podemos decir que no hay duda de que una mujer sea la que ocupe la silla presidencial, en mi entrega anterior referí que en América Latina nuestro país llega tarde a que sea una mujer la que ocupe ese espacio en comparación con otros países, sin embargo; algo que debe darnos ánimo es que esa barrera invisible que se materializaba en todos los ámbitos incluido el político, gracias a esa cultura machista y patriarcal, hoy podemos comenzar a dejarla atrás.

 

Todavía en 2015 en el estudio realizado por el IEEM en colaboración con la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, el dato que saltaba a la vista es que tanto hombres como mujeres expresaron que sí votaban por mujeres en algunos cargos, pero no en todos sobre todo cuando se incrementaba el tipo de cargo y responsabilidad, lo que nos habla de la existencia de estereotipos muy marcados aun culturalmente.

 

Pese a que 9 de cada 10 mexicanos votaría por una mujer para la presidencia de la república, las mujeres que contenderán se enfrentan a los sesgos por ejemplo en el tema de la cobertura mediática en la que hay hombres y mujeres del ámbito académico e incluso exfuncionarios electorales que más allá de hacer criticas basadas en el contexto laboral, observo han desviado su atención a reproducir estereotipos de género, minimizando la autonomía y la trayectoria política y profesional.

 

Es lamentable que mujeres en sus colaboraciones periodísticas, usen expresiones que demeritan, que refieren ser feministas, pero solo en el discurso porque sus letras avivan el discurso de odio y polarización que tanto suelen incluso criticar. La descalificación no abona el debate de ideas y el análisis de propuestas son necesarios si queremos contribuir.

 

Para las mujeres estar en política ha significado enfrentarse a un juicio más riguroso y complejo, eso es lo que hay que erradicar, ya que las mujeres seguimos siendo juzgadas por patrones de asimilación masculinos y al no encajar, viene la discriminación.

 

Nuestra democracia requiere de propuestas claras, concretas de debates, de construcción de ideas y deconstrucción de conceptos, hombres y mujeres estamos obligados a ello en la trinchera en la que nos encontremos.

A dos días de que inicie formalmente el proceso electoral federal 2024 en donde se disputarán un sinnúmero de cargos de elección popular en todo el país cobra relevancia el de la Presidencia de la República cuyo proceso previo hay que decirlo, merecerá ser analizado, considerando la anticipación de hechos hoy ya consumados que no forman parte del marco legal vigente y en el que además tampoco hubo exentos de participación.

 

La lucha electoral por ganar la presidencia de la república pasa también por procesos definitorios nunca antes vistos como lo son las encuestas que son el método por el que han optado tanto el Frente Amplio por México para definir la titularidad del Responsable Nacional para la Construcción del Frente Amplio Opositor, como Morena para determinar a su Coordinador(a) de defensa de la 4T.

 

En este contexto, por primera vez en México una mujer tiene posibilidades reales de ser la presidenta de la República Mexicana, algo que como mujer veo como una conquista, aunque lamentable han tenido que pasar 200 años para que sea una realidad si consideramos que Guadalupe Victoria fue proclamado primer presidente de México el 10 de octubre de 1824.

 

El nuestro es un país sumamente machista y patriarcal donde el arribo de las mujeres a los cargos de poder y de toma de decisión han llevado más años que en otros países latinoamericanos, ejemplo de ello son mujeres como Isabel Martínez de Perón en Argentina que fue la primera mujer presidenta de su país en 1974, Violeta Chamorro, la tercera mujer en ocupar la posición de jefa de Estado y jefa de Gobierno en América latina de 1990 a 1997, Mireya Moscoso en Panamá en 1999 o Dilma Rousseff presidenta de Brasil de 2011 a 2016.

 

El arribo de una mujer al máximo cargo de la nación después de 200 años de historia de solo hombres, representa un cambio importante en la política mexicana que hace justica a las mujeres que representamos más del 50% del padrón electoral.

 

Sin embargo, los retos que tendrán ellas si son quienes contienden, no serán sencillos porque de entrada se enfrentan a ese patriarcado que no termina de ceder ante los derechos de nosotras aunado a temas que laceran a las mujeres en todo el país como es la pobreza y pobreza extrema en la que se encuentran muchas de ellas, la falta de oportunidades con igualdad, los salarios menores que los hombres y aún más doloroso, las mujeres víctimas de feminicidio que no es de años recientes, hay que decirlo claro, el tema tiene ya más de una década sin ser resuelto y de acuerdo con cifras del Observatorio de igualdad de género de América Latina, en 2021 se registraron 11 países de América Latina con una tasa igual o superior a una víctima de feminicidio por cada 100.000 mujeres entre los cuales esta México.

 

Como reflexión final, serán mujeres quienes tendrán que combatir esas cifras y el origen de delitos cometidos en regímenes de hombres, muchos hombres.

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