Comunicación
Social

Viernes, 30 Agosto 2024 08:00

Elecciones en contextos violentos

Pero los procesos comiciales no ocurren en el vacío. Se conjugan con el contexto político, social y hasta económico de las comunidades en que ocurren

 

El pasado 2 de junio se llevaron a cabo las elecciones más grandes en la historia de nuestro país. Las instituciones democráticas y la ciudadanía demostraron, nuevamente, que el sufragio es la vía óptima para conducir el relevo del poder político en forma pacífica y civilizada.

 

Pero los procesos comiciales no ocurren en el vacío. Se conjugan con el contexto político, social y hasta económico de las comunidades en que ocurren. Cuando el marco institucional es adecuado, éste garantiza que las elecciones se den inclusive en entornos complejos.

 

Por eso, al poner en retrospectiva las elecciones de este año, conviene incluir en el análisis los episodios de violencia que se han registrado en las últimas décadas. Su sombra pone en riesgo la libertad y autenticidad del sufragio, de manera que ha sido necesario incorporar esta variable en el diseño, planeación y ejecución de los comicios. 

 

La teoría suele enfocar el problema de la violencia electoral entre dos extremos. El primero supondría un escenario hipotético en que la gobernanza criminal está tan bien afianzada que las elecciones transcurren pacíficamente. El segundo polo en la literatura académica refiere aquellos casos en donde la violencia tiene niveles extraordinarios, pues más de un grupo del crimen organizado está buscando controlar el territorio en cuestión. 

 

Como lo ha documentado “Votar entre Balas”, las elecciones mexicanas han tenido lugares y momentos que se ubican entre esas dos posibilidades. Son preocupantes las cifras de personas que han muerto en su intento por participar en la política, así como los contextos específicos en que han ocurrido. Además de la pérdida de vidas humanas, la violencia ha traído consigo efectos asociados a la participación electoral, la igualdad de las contiendas y la mecánica de trabajo de las instituciones electorales. 

 

De ahí la necesidad de documentar la manera en que la administración electoral mexicana asumió el riesgo l de violencia y adoptó medidas que hicieran posible el voto ciudadano, sin poner en riesgo a las personas.

 

El avance metodológico para la creación de “mapas de riesgo” permitió focalizar la seguridad en aquellas regiones con mayor probabilidad de incidencia. Se diseñaron rutas seguras para el traslado de paquetes. Algunos institutos electorales – como el del Estado de México – se coordinaron con las instituciones de seguridad para ofrecer medidas de protección a aquellas candidaturas que así lo requirieran. Tenemos, por así decirlo, un nuevo modelo de administración comicial que asume como variable fundamental la protección de la ciudadanía.

 

En ocasiones las medidas de seguridad han debido ser extremas. Fue el caso de las valientes decisiones adoptadas por los institutos Nacional Electoral (INE) y de Elecciones y Participación Ciudadana en Chiapas (IEPC), los cuales, a unas horas de las elecciones determinaron dar de baja la totalidad de las casillas en Chicomuselo y Pantelhó, y así suspender la celebración de elecciones en esos lugares.  Otro caso es el del municipio Capitán Luis Ángel Vidal, en donde sí se llevaron a cabo, pero el día de la jornada fue quemada la paquetería electoral. 

 

Por fortuna, las leyes electorales prevén mecanismos de elección extraordinaria para estos casos atípicos. El domingo pasado se llevaron a cabo elecciones extraordinarias en dos de esos municipios, ya que fue necesario suspender nuevamente las de Pantelhó. Gracias a que las instituciones tomaron medidas importantes para salvaguardar la elección, como un incremento de presencia policial y el traslado de paquetes hacia la capital de la entidad fue posible completar satisfactoriamente los comicios en contextos tan difíciles. 

 

La capacidad de las instituciones electorales mexicanas para adaptar sus procesos a una realidad desafiante es un activo que contribuye a la estabilidad de la democracia mexicana. Mi reconocimiento a las consejerías y funcionariado que hicieron posible este nuevo aporte desde Chiapas.

 

POR AMALIA PULIDO

PRESIDENTA DEL INSTITUTO ELECTORAL DEL ESTADO DE MÉXICO

@PULIDO_AMALIA

Viernes, 16 Agosto 2024 08:00

Olimpiadas paritarias

 

A fines de los años ochenta del siglo pasado, Drude Dahlerup estudió cómo la política escandinava se había transformado conforme más mujeres iban accediendo al parlamento

 

A fines de los años ochenta del siglo pasado, Drude Dahlerup estudió cómo la política escandinava se había transformado conforme más mujeres iban accediendo al parlamento. Sus hallazgos resultaron en la teoría de la “masa crítica”, un parteaguas en la literatura sobre la representación.

 

Ésta postula que cuando la proporción de mujeres en un órgano colegiado alcanza el 30% o superior, se desata una serie de cambios que gradualmente modifican la manera de hacer política y hacen más eficaz la lucha por los intereses de las propias mujeres. Es decir, a partir del umbral detectado por la autora, la representación descriptiva empieza a tener efectos en la dimensión sustantiva.

 

El planteamiento de la masa crítica sirvió de basamento para el diseño de las leyes de cuotas en todo el mundo durante los años noventa. Ello, a su vez, consiguió que algunos congresos lograran la “masa crítica” anhelada y, con ello, cambios favorables para que las mujeres pudieran defender mejor los intereses de sus representadas.

 

La literatura comparada ha documentado los cambios que experimentaron los congresos a partir de la incursión de mujeres. Sin embargo, se conoce todavía poco sobre los efectos del ingreso de mujeres a consejos empresariales y organismos internacionales, entre otros ejemplos. La recientes Olimpiadas de París ofrecen una perspectiva extraordinaria al respecto.

 

Como muchas instancias deportivas, la historia del Comité Olímpico Internacional ha sido altamente masculinizada. Fue hasta el 2023 que la Junta de Gobierno de dicho Comité rebasó el umbral de Dahlerup y las mujeres alcanzaron el 33% de su integración.

 

Esta conformación permitió que ellas lograran cambios en la organización interna, de manera que el 42% de las comisiones de trabajo son –desde entonces– presididas por mujeres. Pero el cambio más significativo estuvo en que esta “masa crítica” consiguió que el Comité se planteara el objetivo de lograr los Juegos Olímpicos más igualitarios en la historia.

 

De manera inédita, en 2024 la ratio de hombres y mujeres fue 1:1. Es decir, por cada atleta hombre hubo una mujer compitiendo. El dato es revelador, si se considera que la primera vez que las mujeres compitieron en los Juegos Olímpicos modernos (1900) sólo representaron el 2%.

 

Los momentos simbólicos alrededor de la llama olímpica fueron siempre paritarios.

 

Quizás el cambio más ilustrativo es la introducción de facilidades en la Villa Olímpica para la convivencia de las atletas con sus hijas e hijos. A partir de esta edición de los Juegos, no solo se eliminó la prohibición a la niñez, sino que se crearon áreas seguras para la convivencia familiar y se instalaron lactarios para que las atletas pudieran amamantar.

 

Por años, en el ámbito deportivo, el ser madre implicaba “arruinar tu carrera”. Volvíamos a esta dicotomía entre la realización profesional de las mujeres y su rol de trabajo doméstico y reproductivo en la sociedad. Aunque hemos dado pasos agigantados hacia la paridad de género en distintos espacios, la realidad invisibilizada de estas atletas de alto nivel que por fin recibió atención, nos enseña cómo todavía hay mucho por hacer.

 

La conclusión es clara. La presencia de mujeres en la toma de decisiones sí genera cambios. Por eso es de celebrar que México haya adoptado el principio paritario para la integración de sus congresos federal y locales. En el Estado de México, por ejemplo, su aplicación estricta consiguió la primera legislatura con mayoría de mujeres, lo que sin duda se traducirá en una mejor calidad para la política de nuestra entidad.

 

Desde París hasta el Estado de México, escuchar y atender las necesidades de las mujeres es una obligación ética y política para garantizar la igualdad de derechos y la equidad de oportunidades. Las mejoras en la representación son indispensables en la construcción de un mundo más justo e igualitario.

 

POR AMALIA PULIDO

PRESIDENTA DEL INSTITUTO ELECTORAL DEL ESTADO DE MÉXICO

@PULIDO_AMALIA

 
Viernes, 20 Septiembre 2024 08:00

PERIODISMO Y DEMOCRACIA

En un país cuya transición democrática tuvo como eje central la ciudadanización, mejora e independencia de la administración electoral, es natural que la materia comicial se entienda como definitoria de la calidad de la democracia. Lo cierto es que este régimen sólo se desarrolla a plenitud cuando el ejercicio de derechos fundamentales se armoniza con un adecuado estado de derecho y con comicios íntegros.

 

La fórmula no es nueva. Desde los años setenta, Robert Dahl mostró que algunos elementos son condición necesaria para que la poliarquía exista. Es el caso de las libertades de asociación y expresión; del acceso de la ciudadanía a fuentes de información plurales y diversas y de la independencia de las instituciones democrática. Autores y autoras más recientes coinciden en que la calidad de la democracia y la integridad electoral atraviesan, necesariamente, por la satisfacción de derechos civiles, responsabilidad política y, por supuesto, una adecuada acumulación de las preferencias electorales.

 

Por eso no debe extrañarnos que el pasado Día Internacional de la Democracia, el Secretario General de Naciones Unidas llamó a reforzar la libertad de expresión. Guterres explicó que, cuando las libertades civiles son atacadas se reduce el espacio cívico, se intensifica la polarización y crece la desconfianza.

 

Su llamado no es gratuito. Hay dos elementos que hacen indispensable discutir la relación entre democracia y libertades de expresión y prensa en la actualidad.

 

En primer término, es necesario considerar la historia reciente. Hace unos días IDEA Internacional – agencia internacional especializada en elecciones – emitió un Informe sobre el Estado Global de la Democracia. Encontró que la representación política se ha estado erosionando en todo el mundo, derivado de limitaciones a medios de comunicación diversos, plurales y críticos a los poderes en turno. También denunció restricciones que algunos gobiernos han impuesto a quienes expresan opiniones políticas diferentes a las élites dominantes.

 

Si bien estos declives en las libertades de expresión y prensa se han agudizado en países con problemas de violencia e inseguridad, hay datos de preocupación en los cinco continentes.

 

En periodos electorales, el pleno ejercicio de estas libertades es fundamental ya que de ahí pende la información con que cuente la ciudadanía al momento de definir el sentido de su voto, así como para saber las circunstancias en que podrán ejercer su voto. No exageran quienes afirman que el voto libre y auténtico está estrechamente ligado a la existencia de un periodismo profesional y libre.

 

De ahí se desprende una segunda preocupación. Desde hace poco más de una década el debate político se ha visto influenciado por fuentes que deliberadamente buscan confundir a la ciudadanía. El sorprendente resultado del referendo que puso al Reino Unido afuera de la Unión Europea puso de manifiesto la existencia de consultoras que intencionalmente dispersan información falsa en internet. Siembran ideas equivocadas sobre las consecuencias de una eventual decisión electoral.

 

La Inteligencia Artificial ofrece prometedoras herramientas para detectar la desinformación deliberada. Al mismo tiempo, universidades y académicos de todo el planeta han advertido sobre los riesgos de que esta nueva tecnología pueda ser ocupada para generar artificialmente videos y audios y con ello simular situaciones que no ocurrieron en la realidad.

 

La conclusión es clara. Para que el avance democrático continúe, el mundo necesita de un ejercicio de las libertades de expresión y prensa intenso. Se requiere un periodismo plural y con fuentes verificadas.

 

Por eso es de festejar que El Universal abra un nuevo capítulo en su historia, ahora con una edición mexiquense. Sea este esfuerzo la natural consolidación del trabajo realizado para discutir la realidad política de la entidad más poblada del país, así como el inicio de más y mejores opciones de información para la ciudadanía. Enhorabuena.

 

Jueves, 25 Julio 2024 09:00

La Política Harris

Apenas habían pasado unas horas desde que el presidente Biden renunció a su candidatura, cuando iniciaron los ataques misóginos contra la eventual candidata Kamala Harris. El contendiente republicano salió a la escena pública a burlarse de la forma de reír de quien será su oponente femenina, a quien calificó como “loca”.

 

El dicho de Trump no era siquiera producto de su ingenio machista, simplemente reproducía líneas que el periodismo sexista ha dicho sobre la Vicepresidenta desde que asumió el cargo.

 

Es previsible que en los próximos meses la virtual candidata siga enfrentando duros e injustos calificativos en la prensa mundial y estadunidense. Los sesgos de los medios ya han erosionado en el pasado las posibilidades de las mujeres que participan en política. A Hillary Clinton, por ejemplo, se le criticó por su “ambición”, siendo aquel calificativo un atributo que en los hombres se valora positivamente. A Sarah Palin –la republicana que hizo fórmula con John McCain– se le solía cuestionar su guardaropa y su vida familiar. A Elizabeth Warren se le ha juzgado por su falta de simpatía.

 

La historia que vivirá Harris será cruda, pero no es inesperada. Desde 1991 la académica estadunidense Kim Fridkin Kahn advirtió que los hombres candidatos reciben mayor y mejor cobertura durante los procesos electorales. Demostró que esas asimetrías pueden tener impactos en los resultados de los comicios, ya que los medios de comunicación influencian la opinión pública.

 

Esto es así porque, a diferencia de lo que pensarían algunas corrientes teóricas, las y los votantes no cuentan con toda la información al momento de ejercer su sufragio. En realidad, muchas personas sólo acceden a la información que les acercan los medios de comunicación. La desigual manera en que éstos presentan a las candidaturas de hombres y de mujeres es agudizada por la forma en que algunas personas formadoras de opinión lanzan comentarios cargados de estereotipos de género.

 

Según el Global Media Monitoring Project, la presencia de mujeres en los medios ha crecido entre 1995 y 2020 en 120 países. Sin embargo, los incrementos dejan mucho que desear: del 16% al 24% en periódicos; del 15% a 24% en radio, y del 21% a 26% en los informativos de televisión. Además, diversos trabajos académicos han encontrado que las mujeres en campaña reciben cobertura negativa sobre sus competencias en el servicio público, pues los medios siguen destacando atributos relacionados con sus cualidades personales e incluso con su aspecto físico.

 

Más allá de lo injusto de esta problemática, aparecen dos problemas fundamentales. El primero, que los estereotipos de los medios de comunicación se trasladan a sus audiencias y, a la postre, a los votantes. Ello impide que quienes quieran emitir un voto informado y razonado conozcan las propuestas de política pública de las mujeres candidatas con el mismo detalle y precisión de las ofertas que formulan los contendientes varones.

 

Por otra parte, se reduce el desempeño de las reglas de paridad y las cuotas de género. El hecho de aumentar la cantidad de mujeres que compiten en política sólo se puede traducir en una mayor presencia femenina en la medida en que el electorado conozca cómo las mujeres ejercen sus liderazgos y pueda así valorar objetivamente sus capacidades.

 

Por eso son importantes esfuerzos como el realizado por el Instituto Electoral del Estado de México que monitoreó la cobertura mediática que los medios de comunicación hicieron respecto de las candidaturas locales. De la propaganda validada, 59% fue para hombres, 34% para mujeres, 5% no especificó género y en 2% se visualizó a personas de ambos sexos.

 

Todas y todos tenemos el derecho de ser visibilizados/as por nuestras capacidades y aptitudes, y no por el sexo que nos asignaron al momento de nacer.

 

Promovamos un país en el que ser mujer no signifique “nacer en desventaja”.

Jueves, 11 Julio 2024 09:00

Formar Gobierno en Francia

El pasado 30 de junio Francia celebró la primera vuelta de sus elecciones legislativas. La extrema derecha lidereada por Marine Le Pen obtuvo el 33% de la votación y dejó en tercer lugar al partido del presidente Macron, el cual alcanzó apenas el 21%. Frente a esos resultados, algunos análisis se apresuraron a presagiar el inevitable triunfo de la extrema derecha, criticando al mandatario galo por haber convocado anticipadamente a elecciones sin existir una obligación constitucional.

 

En este espacio disentimos de aquel pronóstico fatalista. Además de que todas las elecciones se dan en contextos casi impredecibles, los sistemas de segunda vuelta o balotaje, pueden comprometer cualquier diagnóstico.

 

Los resultados de la segunda vuelta confirmaron el argumento central de esta columna: los sistemas electorales importan tanto en el comportamiento del electorado como en las alianzas estratégicas de los competidores. La elección parlamentaria francesa, a dos vueltas, genera incentivos para generar alianzas en la antesala de la segunda. De ahí que el porcentaje de votos obtenidos por cualquier partido en la primera ronda no puede ser interpretado automáticamente como un predictor del número de escaños que obtendrá en la cámara baja.

 

Los datos son ilustrativos. Se elige una diputación por cada una de las 577 circunscripciones. De ese universo, apenas 76 fueron decididas en la primera ronda. Es decir, aquellas candidaturas que obtuvieron más del 50% en la primera vuelta, no tuvieron que ir a una segunda. La enorme mayoría de los escaños fueron decididos el domingo siguiente, en segundas vueltas en las que compitieron las dos, tres o cuatro candidaturas que obtuvieron arriba del 12.5% en la primera.

 

La amenaza real de que la extrema derecha ganara fue una variable decisiva que posibilitó los acuerdos estratégicos que siguieron a la primera ronda. En efecto, a días que conoció la contundente victoria del “Rally Nacional” de Le Pen en la primera vuelta, su propuesta de Primer Ministro ya empezaba a esbozar su plan de gobierno ante los medios y a referir quiénes podrían ser sus primeras designaciones para el gabinete.

 

Fue en ese punto que la estrategia del centro macronista y la izquierda tomó un eficaz giro estratégico. Unos y otros conformaron un “Frente Republicano” aglutinado para vencer a sus principales opositores: el “Rally Nacional”. En el Frente pactaron la renuncia de aquellas candidaturas distritales con menores probabilidades de triunfo, dejando únicamente a quienes tuvieron mejores resultados. En total renunciaron 311 candidaturas, con lo que en cada demarcación el voto anti-derecha se concentró en una y sólo una candidatura.

 

La estrategia funcionó. Al final de la segunda vuelta el Frente Popular de izquierda obtuvo la bancada más numerosa (180), mientras que la agrupación macronista se alzó con 159 escaños. La extrema derecha tendrá el tercer lugar en cuanto al tamaño de su bancada (142), a pesar de haber obtenido el mayor número de votos en ambas rondas de votación. Los sistemas electorales cuentan.

 

En los próximos días, la alianza centro-izquierda que triunfó deberá resolver una nueva negociación: definir quién será el o la primera Ministra.

 

Sólo si el espíritu cooperativo que tuvieron en la fase electoral permanece al momento de formar gobierno conseguirán la estabilidad democrática que buscan.

Página 15 de 30

Conéctate