Pero los procesos comiciales no ocurren en el vacío. Se conjugan con el contexto político, social y hasta económico de las comunidades en que ocurren
El pasado 2 de junio se llevaron a cabo las elecciones más grandes en la historia de nuestro país. Las instituciones democráticas y la ciudadanía demostraron, nuevamente, que el sufragio es la vía óptima para conducir el relevo del poder político en forma pacífica y civilizada.
Pero los procesos comiciales no ocurren en el vacío. Se conjugan con el contexto político, social y hasta económico de las comunidades en que ocurren. Cuando el marco institucional es adecuado, éste garantiza que las elecciones se den inclusive en entornos complejos.
Por eso, al poner en retrospectiva las elecciones de este año, conviene incluir en el análisis los episodios de violencia que se han registrado en las últimas décadas. Su sombra pone en riesgo la libertad y autenticidad del sufragio, de manera que ha sido necesario incorporar esta variable en el diseño, planeación y ejecución de los comicios.
La teoría suele enfocar el problema de la violencia electoral entre dos extremos. El primero supondría un escenario hipotético en que la gobernanza criminal está tan bien afianzada que las elecciones transcurren pacíficamente. El segundo polo en la literatura académica refiere aquellos casos en donde la violencia tiene niveles extraordinarios, pues más de un grupo del crimen organizado está buscando controlar el territorio en cuestión.
Como lo ha documentado “Votar entre Balas”, las elecciones mexicanas han tenido lugares y momentos que se ubican entre esas dos posibilidades. Son preocupantes las cifras de personas que han muerto en su intento por participar en la política, así como los contextos específicos en que han ocurrido. Además de la pérdida de vidas humanas, la violencia ha traído consigo efectos asociados a la participación electoral, la igualdad de las contiendas y la mecánica de trabajo de las instituciones electorales.
De ahí la necesidad de documentar la manera en que la administración electoral mexicana asumió el riesgo l de violencia y adoptó medidas que hicieran posible el voto ciudadano, sin poner en riesgo a las personas.
El avance metodológico para la creación de “mapas de riesgo” permitió focalizar la seguridad en aquellas regiones con mayor probabilidad de incidencia. Se diseñaron rutas seguras para el traslado de paquetes. Algunos institutos electorales – como el del Estado de México – se coordinaron con las instituciones de seguridad para ofrecer medidas de protección a aquellas candidaturas que así lo requirieran. Tenemos, por así decirlo, un nuevo modelo de administración comicial que asume como variable fundamental la protección de la ciudadanía.
En ocasiones las medidas de seguridad han debido ser extremas. Fue el caso de las valientes decisiones adoptadas por los institutos Nacional Electoral (INE) y de Elecciones y Participación Ciudadana en Chiapas (IEPC), los cuales, a unas horas de las elecciones determinaron dar de baja la totalidad de las casillas en Chicomuselo y Pantelhó, y así suspender la celebración de elecciones en esos lugares. Otro caso es el del municipio Capitán Luis Ángel Vidal, en donde sí se llevaron a cabo, pero el día de la jornada fue quemada la paquetería electoral.
Por fortuna, las leyes electorales prevén mecanismos de elección extraordinaria para estos casos atípicos. El domingo pasado se llevaron a cabo elecciones extraordinarias en dos de esos municipios, ya que fue necesario suspender nuevamente las de Pantelhó. Gracias a que las instituciones tomaron medidas importantes para salvaguardar la elección, como un incremento de presencia policial y el traslado de paquetes hacia la capital de la entidad fue posible completar satisfactoriamente los comicios en contextos tan difíciles.
La capacidad de las instituciones electorales mexicanas para adaptar sus procesos a una realidad desafiante es un activo que contribuye a la estabilidad de la democracia mexicana. Mi reconocimiento a las consejerías y funcionariado que hicieron posible este nuevo aporte desde Chiapas.
POR AMALIA PULIDO
PRESIDENTA DEL INSTITUTO ELECTORAL DEL ESTADO DE MÉXICO
@PULIDO_AMALIA
Conéctate