¿POR QUÉ 16 DÍAS?
No se trata únicamente de la suma de días; esta semana a partir del 25 de noviembre y hasta el 10 de diciembre, han iniciado a nivel mundial, una serie de actividades que buscan crear y movilizar conciencias para visibilizar que existe violencia contra las mujeres y que no debemos permitirla, por el contrario, debemos combatirla de manera permanente.
La Historia nos dice que la primera campaña de 16 días de activismo contra la Violencia de Género, se lanzó en el año de 1991 por el Centro para el Liderazgo Global de las Mujeres, con el objetivo de poner en el debate que la violencia contra las mujeres era un problema de Derechos Humanos.
Fue en 1993 en el contexto de la Conferencia Mundial de Derechos Humanos, realizada del 14 al 25 de junio de ese año, en Viena, Austria, donde las discusiones tenían como centralidad la más amplia protección de los derechos humanos en todo el mundo, que se reconoció que los derechos de las mujeres eran un tema de Derechos Humanos y se adoptaron medidas para promocionar y proteger esos derechos.
Los 16 días de activismo, lamentablemente tiene sus orígenes en hechos violentos contra las mujeres; el 25 de noviembre de 1960 en República Dominicana se registró el asesinato de las hermanas Mirabal (Patria, Minerva y María Teresa) conocidas también como las Mirabal o Las Mariposas, asesinadas por el régimen militar que gobernó en ese país entre 1930 y 1961.
Las Mirabal formaban parte de un movimiento llamado “Agrupación Política 14 de Junio” que estaba en contra de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo; el nombre de la “Agrupación” se adoptó en honor a una expedición armada que venía de Cuba integrada en su mayoría por dominicanos expatriados, y habían llegado a República Dominicana el 14 de junio de 1959 para apoyar el movimiento contra el dictador Trujillo. El régimen militar lanzó una ofensiva contra la “Agrupación” y varios de sus integrantes fueron torturados y asesinados. En este contexto de protestas se dio el brutal asesinato de las hermanas Mirabal.
Por eso esta convocatoria de sensibilización sobre la violencia contra las mujeres, inicia cada 25 de noviembre y concluye el 10 de diciembre; en este breve periodo, encontramos acontecimientos importantes:
- 29 de noviembre Día Internacional de las Defensoras de los Derechos Humanos.
- 1 de diciembre, Día Mundial del SIDA.
- 6 de diciembre, otro acontecimiento violento: La Masacre de Montreal.
- 10 de diciembre Día Internacional de los Derechos Humanos. (En conmemoración y para recordar la Declaración Universal de los Derechos Humanos registrada el 10 de diciembre de 1948).
Son 16 días de activismo en los que la memoria histórica nos recuerda las luchas, las resistencias, las demandas, las exigencias, las revoluciones de las mujeres, por el reconocimiento de sus derechos. Hoy en día, la causa de las mujeres suma la causa de los jóvenes, de los indígenas, de los discapacitados, de la diversidad sexual, de los migrantes, de los afromexicanos, de los enfermos, de más amplios sectores poblacionales marginados, excluidos, olvidados.
Las conquistas de las mujeres han propiciado cambios sociales, culturales y de poder en el mundo, lo que nos obliga a leer, ver, dialogar en claves de pluralidad y diversidad; necesitamos la solidaridad y la sororidad porque la labor no ha terminado.
No hay que olvidar que una broma hiriente, no ir a la escuela, no comer, no dormir, no tener trabajo, no tener una casa, ser marginada e invisibilizada en el espacio laboral, no ser amada, no ser feliz, ser secuestrada, ser asesinada, ser olvidada, ser discriminada, ser excluida, sigue siendo violencia contra las mujeres y prevalece en todo el mundo. Contra esto debemos seguir combatiendo.
Los 16 días de activismo contra la violencia de género han comenzado.
Sumémonos!
LA COMPLEJIDAD DE LO SIMPLE
Estamos tan acostumbrados y familiarizados con nuestro entorno cotidiano que únicamente ponemos interés a aquello que tiene que ver con el consumo básico de bienes y servicios que impactan directamente nuestra economía y actividad social, pasando por alto lo que regula nuestra convivencia social día a día.
Poca atención ponemos a la organización de los gobiernos municipales, estatales o federal, de las cámaras legislativas, del Poder Judicial, en suma, al funcionamiento de las instituciones públicas, vitales para el desarrollo de una sociedad con un relativo orden, armonía y paz social.
No nos hemos puesto a pensar cómo sería nuestra convivencia sin instituciones por ejemplo, aquellas que se encargan de servicios como la salud, o de la prevención sanitaria, las que aplican vacunas, las que se encargan de las campañas de concientización para prevenir enfermedades crónicas como el cáncer, la obesidad, la hipertensión, la diabetes que hoy día aquejan a un sector importante de la población, o bienla ausencia de clínicas, hospitales y centros de salud de carácter público para la atención de los enfermos.
Imaginemos a nuestras localidades sin servicio de alumbrado público, sin energía eléctrica en nuestras casas, sin agua potable, sin drenaje, sin el servicio de recolección de basura, simplemente sería el caos por todas partes.
Aunado a lo anterior pensemos nuestro país, estado y municipios sin gobiernos, sin autoridades que de manera organizada y permanente nos proporcionen un mínimo de servicios básicos dentro y fuera de nuestros hogares. O bien ¿cómo viviríamos sin un mínimo de leyes o reglamentos que nos obligan al orden, el respeto y cierta armonía? Tendríamos un régimen político muy diferente al actual y seríamos rehenes de grupos de poder de toda índole.
La creación de instituciones con normativas generales y particulares, con mínimos de regulación, han servido para que la sociedad aún con sus distintos intereses, en pluriculturalidad y en distintos momentos históricospueda convivir, regularse y administrarse.
Una de las instituciones creadas para dar orden, credibilidad y certeza a la disputa por el poder político son los organismos electorales federales y estatales cuya principal tarea es la organización de elecciones; sin embargo, la praxis de un proceso electoral también pasa por la discusión y el acuerdo de leyes, reglamentos y procedimientos, que den ese orden a cada una de las etapas, a cada uno de los pasos que implica organizar una elección. Es justamente a esos momentos en que se privilegian los intereses de una sociedad por encima de los intereses de grupo y en diálogo franco se construyen acuerdos, se generan esperanzas; a todo lo anterior lo he llamado laimperfecta paz electoral.
Esa imperfecta paz electoral es una herramienta que nos permite acordar pacíficamente, mecanismos procedimentales que se deben agotar para que tengamos como productos finales instalación de casillas, conteo de los votos y autoridades e instituciones de gobierno que nos garanticen la dotación de aquellos mínimos serviciosindispensables.
En síntesis, en lo simple de la satisfacción de nuestras necesidades básicas, subyace la complejidad de una sociedad cada vez más diversa, más plural, más demandante, lo que implica necesariamente que las instituciones públicas deben ser más eficientes para atender dichas demandas. De ahí que el fortalecimiento de las instituciones sea una tarea permanente y cambiante que pasa por una buena planeación y ejecución de lo programado, pero teniendo como centralidad la complejidad y diversidad social.
Creencias
El pasado 1º de octubre tres mujeres nos incorporamos al Consejo General del Instituto Electoral del Estado de México, la relevancia de este hecho radica en que las decisiones de los temas electorales en la entidad mexiquense estarán siendo tomadas por siete mujeres, todas ellas de diferente formación profesional, con distintas experiencias, trayectorias y visiones sobre el quehacer electoral, pero con un solo objetivo, entregar buenas cuentas sobre el trabajo que habremos de desarrollar en el IEEM, en el futuro inmediato y a largo plazo.
Reitero lo que expresé públicamente el pasado 1º de octubre en la toma de protesta como Consejera Electoral del IEEM; creo en la democracia como la mejor forma de gobierno, en la pluralidad, la transparencia, la tolerancia, la legalidad, la imparcialidad, en el diálogo y el respeto mutuo como herramientas indispensables para construir acuerdos y fortalecer a las instituciones.
Creo en los partidos políticos como expresiones de la pluralidad político-ideológica y como instrumentos institucionales para que los ciudadanos tengan la oportunidad de llegar a espacios legislativos y de gobierno; también creo en el diálogo y la palabra porque en ello nos reconocemos como diferentes y seres racionales para llegar a acuerdos que fortalezcan el quehacer público y nuestra democracia.
Creo que las tareas inmediatas en el IEEM demandan una evaluación al interior de la estructura administrativa, sobre cómo se desarrollaron cada una de las etapas del reciente proceso electoral, partiendo de la premisa de que las áreas de oportunidad y su atención, nos dan la posibilidad de afrontar con mejores instrumentos las metas y objetivos que nos hemos trazado. A largo plazo debemos trabajar para contar con procedimientos, lineamientos, metodologías, criterios, normas, que nos permitan afrontar y desarrollar el próximo proceso electoral con mayor eficiencia y eficacia.
El primer paso es adecuar la normativa interna del IEEM a los cambios legales que se han registrado a nivel nacional en materia electoral; dichas adecuaciones serán la base de la planeación de las actividades institucionales; sin embargo, debemos tomar en cuenta que, en una sociedad tan plural, cambiante y demandante de alternativas, las modificaciones electorales serán una constante, por lo que creo que es tiempo de fortalecer la imperfecta paz electoral.
La imperfecta paz electoral, son aquellos espacios históricos que la humanidad se da para ponerse de acuerdo y solucionar un conflicto, entendido este último como la tensión que puede surgir entre dos o más posiciones. El conflicto reconoce que no existe una verdad o una visión única de la realidad, y la imperfecta paz electoral, a través del diálogo y la tolerancia nos permitirá construir acuerdos en nuestra realidad histórica.
Estamos en la antesala de sentarnos para ponernos de acuerdo en un diálogo franco y respetuoso, en cómo adoptaremos los cambios registrados en materia electoral a toda nuestra reglamentación interna y así, estaremos construyendo la imperfecta paz electoral. De este ejercicio, nuestra institución saldrá fortalecida.
Creo en las instituciones; y las instituciones fuertes, hacen fuerte y dan proyección a un estado y a un país, hay que fortalecer las instituciones electorales haciendo ajustes re-edificándolas, re-diseñándolas re-construyéndolas y retomando lo que funciona de ellas. El IEEM tiene que ir acorde con la dinámica social de un estado y un país como el nuestro.
A largo plazo, debemos seguir impulsando y apoyando las actividades de profesionalización no sólo del personal adscrito al Servicio Profesional Electoral Nacional; no debemos perder de vista que el resto de los servidores electorales del órgano central, también deben estar en actualización permanente con cursos, maestrías, especialidades, doctorados, conferencias; su preparación contribuirá al fortalecimiento de nuestra institución.
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