Por ello en 1948 una vez que concluyó la segunda guerra en 1945 se realizó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, un documento firmado y respaldado por representantes de todas las regiones del mundo con diferentes antecedentes históricos culturales y jurídicos, pero con un ideal común para todas las naciones y pueblos el respeto a la dignidad humana a través de una serie de derechos por el simple hecho de ser lo que somos: seres humanos.
La Declaración consta de 30 artículos, el primero de ello consagrado a establecer: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.” Los demás artículos todos están relacionados a la libertad, la vida, el reconocimiento de la personalidad jurídica, la igualdad ante la ley por mencionar algunos.
Esta Declaración de Derechos Humanos también fue adoptada por el Estado Mexicano. En nuestro país también se han vivido hechos graves de violación de derechos humanos. En 1968 el 2 de octubre la terrible matanza en Tlatelolco, en la Plaza de las Tres Culturas la fuerza represora del Estado: el ejército cometió innumerables violaciones a derechos humanos de universitarios bajo la orden del priista Díaz Ordaz.
Y entre 1989 y 1994 militantes del extinto PRD se sumaron a los índices de personas desaparecidas y asesinadas en búsqueda de una democratización del país y la lucha en contra del poder ejercido de forma arbitraria. Décadas después estas luchas fueron olvidadas algo repudiado por militantes de origen que nunca lograron aceptar y sí condenar las coaliciones que en los últimos años se dieron justo por todos los muertos que como ellos dicen el PRD puso.
La CNDH en nuestro país tuvo como antecedente en 1989, el 13 de febrero como parte de la Secretaría de Gobernación, la Dirección General de Derechos Humanos y fue en 1990 el 6 de junio bajo el decreto presidencial que se creó la institución denominada Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Este Ombudsman tiene la encomienda de proteger y defender los Derechos Humanos de todos los mexicanos, es muy lamentable lo que ocurrió hace unas semanas ya que la ratificación de Rosario Piedra ha sido ampliamente criticada por diferentes sectores incluyendo a la propia izquierda.
Los derechos humanos siguen estando en latente peligro, cualquier poder sin freno es su principal adversario y un gobierno emanado de principios de izquierda debe considerar que esta institución es fundamental para un país en donde no han cesado la violación de derechos humanos y las victimas suma cifras enormes.
En cualquier país o estado que forme parte del mismo; que esté al frente de una comisión tan importante personas que no conoce ni saben de la defensa de derechos humanos es también atentar contra ellos.
Nuestro país vive momentos difíciles en cuanto a temas de violencia y delincuencia organizada, se suma a ello el contexto mundial que no es nada esperanzador considerando la invasión de Rusia a Ucrania en febrero de 2022 y lo que ocurre en Gaza, uno de los lugares más poblados del mundo y en donde la situación humanitaria de violación de derechos humanos es indescriptible.