6 de enero
El pasado miércoles 6 de enero de este 2021, fuimos espectadores de un hecho insólito, el asalto a la sede del Congreso de Estados Unidos por parte de grupos radicales incitados a través de redes sociales por el propio presidente Trump. La turba interrumpió la sesión conjunta de la Cámara de Representantes y del Senado, que llevaba a cabo el procedimiento constitucional de la certificación de los resultados de las elecciones presidenciales realizadas en noviembre del 2020.
Tras el desalojo del Capitolio, las Cámaras del Congreso continuaron con dicho procedimiento, ratificando los resultados de los comicios confirmando el triunfo del demócrata Biden, quien tomará posesión el próximo 20 de enero.
Tras el intento fallido del asalto al Congreso, que de haber resultado exitoso hubiera constituido un golpe de Estado, evidenció los instintos autoritarios de Trump, -quien instigó de manera directa a los asaltantes, declarando que “nunca recuperaremos este país mostrando debilidad-[1], que sin seguir reconociendo su derrota alimenta desde hace meses la idea del fraude electoral, hablando de teorías de conspiración inexistentes y de las cuales no ha podido presentar evidencia válida alguna ante los tribunales.
Lo ocurrido el 6 de enero, nos hace reflexionar sobre lo dañino de la manipulación informativa para exacerbar los ánimos sociales y seguir generando una polarización que enturbia la convivencia social. Por otro lado, también es de reflexionar el papel y la responsabilidad que tienen quienes son líderes populares a través de su discurso informativo o deformativo.
En este caso, sorprende que quien incita a tomar vías no democráticas para exigir sus demandas, como es la violencia, es la persona con el más alto cargo que se puede ocupar en la administración pública de una nación, quien, por cierto, llegó por métodos democráticos a su cargo con reglas que, en aquel momento, sí aceptó. También sorprende que se trata de la nación más poderosa, la más democrática: los Estados Unidos de América.
[1] The Washington Post. Trump caused the assault on the Capitol. He must be removed, Editorial, 6 de enero de 2021. Visto el 8 de enero de 2021 en: https://www.washingtonpost.com/opinions/remove-trump-incitement-sedition-25th-amendment/2021/01/06/b22c6ad4-506d-11eb-b96e-0e54447b23a1_story.html
KAMALA HARRIS
Como resultado de la Convención Nacional del Partido Demócrata, celebrada en agosto pasado, resultaron electos Joe Biden y Kamala Harris como candidatos a la presidencia y a la vicepresidencia de los Estados Unidos de Norte América.
Kamala Harris (1964) se convirtió en la tercera mujer en ser candidata a la vicepresidencia y la primera persona afroamericana y asiática para un cargo nacional. Harris, es reconocida como una política firme y acertada dentro de su partido, una exrival de Biden en la carrera presidencial, fue también fiscal general de California -su estado natal-, posteriormente llegó al Senado en 2016.
Tras su relativamente breve paso por el Senado, impulsó proyectos de ley como el “Medicare para todos”, el aumento a 15 dólares por hora al salario mínimo. Se ha convertido en una las principales defensoras de la legislación de justicia racial, en respuesta al asesinato de George Floyd a manos de un policía. [1]
Ha demostrado una fuerte influencia ideológica en la campaña, al poner sobre la mesa la propuesta de que se exigiera una preautorización a nivel federal para las restricciones estatales al aborto y del matrimonio homosexual. También ha criticado abiertamente el sistema electoral estadounidense, señalando sus debilidades principalmente en materia de seguridad, pues afirma que en la elección presidencial de 2016 hubo intromisión rusa.
Harris, ha enfrentado obstáculos debido a su sexo y origen, sin embargo, cuenta con amplios porcentajes de aceptación 84% de los votantes demócratas la respaldan, así como el 44% de los electores independientes.[2]
De llegar a la vicepresidencia hará historia, lo cual parece muy probable, al menos de momento, las encuestas favorecen en intención de voto a los demócratas con un 50.6% contra un 43% de la fórmula del presidente Trump-Pence, más de 7 puntos de ventaja.[3]
Las elecciones de nuestro vecino del norte son asunto importante a seguir, pues muchos temas que se deciden allá, repercuten en nuestro país, seguiremos pendientes de su desarrollo.
[1] Maggie Astor y Sydney Ember. What to Know About Kamala Harris, Joe Biden’s V.P. Choice.
The New York Times. 19 de agosto de 2020 visto en: https://www.nytimes.com/2020/08/11/us/politics/kamala-bio.html
[2] David Cohen. Poll: Harris viewed more favorably than unfavorably. Politico.com. 8 de septiembre de 2020, visto en: https://www.politico.com/news/2020/08/16/kamala-harris-polling-veep-396100
[3] FiveThirtyEight. Encuesta del 8 de septiembre de 2020 visto en: https://projects.fivethirtyeight.com/polls/president-general/national/
Bielorrusia
Puede que Bielorrusia nos parezca un país distante, ajeno y desconocido. Se trata de un país sin litoral enclavado en Europa del Este entre Ucrania, Rusia y la Unión Europea; con poco más de 200 mil km2 y casi 10 millones de habitantes, obtuvo su independencia en 1991, tras la caida de la Unión Soviética; y desde hace 26 años es dirigido por Alexánder Lukashenko, el último dictador de Europa.[1]
El domingo pasado, se llevaron a cabo elecciones presidenciales, en las que Lukashenko se presentó a su sexto mandato. La principal candidata de la opocisión, Svetlana Tijanovskaya, de 37 años, esposa del bloguero opositor más popular del país (Sergei Tijanovsky), quien está encarcelado desde hace tres meses por sus críticas al gobierno. Tijanovskaya, una joven candidata que a pesar de su inexperiencia política ha logrado movilizar multitudes durante la campaña electoral, aglutinando el descontento, debido a la falta de libertades y respeto a los derechos humanos, que han sido cada vez más limitados desde la llegada de Lukashenko al poder. Aunado al creciente descontento popular debido a la gestión desastroza de la pandemia del COVID-19, sumado a la contracción económica, a la de por si golpeada economía. [2]
El mismo domingo por la noche, la Comisión Electoral, controlada por el gobierno, anunciaba los primeros resultados donde el presidente obtenía poco más del 80% de los votos, lo que provocó multitudinarias protestas -las más numerosas en la historia reciente del país- en las principales ciudades, ante el reclamo de fraude a gran escala. La respuesta del gobierno ha sido desproporcionada, el gobierno limitó el uso de las telecomunicaciones, mas de 3.000 detenidos y al menos dos personas fallecidas.[3]
De acuerdo con los resultados oficiales Svetlana Tijanovskaya, obtuvo un 10%[4] de los votos, no obstante, ella considera que “la mayoría de los ciudadanos la apoyaron”. En su contra se ha desatado el acoso del gobierno obligándola a abandonar su país, refugiándose en la vecina Lituania.
Es altamente probable que el gobierno de Lukashenko sobreviva a la crisis postelectoral, la censura, el control de las telecomunicaciones y el uso indebido de las fuerzas de seguridad contribuirán a mantenerlo en el gobierno, al menos de momento. China, Rusia lo han felicitado.
Sin embargo, la ciudadanía bielorrusa da muestras de creciente descontento y es poco probable que abandonen las protestas a pesar de la creciente represión. El mundo deberá voltear la vista a quienes continúan apostando por regímenes que menoscaban las libertades fundamentales con la única finalidad de conservar el poder a toda costa.
[1] Muñeco, Rafael. Lukashenko, el último dictador de Europa. ABC. 11 de agosto de 2020. Visto en: https://www.abc.es/internacional/abci-lukashenko-ultimo-dictador-europa-202008102147_noticia.html, el 12 de agosto de 2020.
[2] Idem
[3] DW. Resultado oficial: Lukashenko reelegido en Bielorrusia en polémicas presidenciales. 10 de agosto 2020. Visto en: https://www.dw.com/es/resultado-oficial-lukashenko-reelegido-en-bielorrusia-en-pol%C3%A9micas-presidenciales/a-54507418, el 12 de agosto de 2020.
[4] Idem.
RESILIENCIA Y DEMOCRACIA
La pandemia provocada por el Covid-19 no solo ha generado una crisis de salud, económica y social, sino también una crisis política. Basta con dar un vistazo para encontrar algunos ejemplos: en Filipinas[1] donde el presidente Rodrigo Duterte concentra amplios poderes en detrimento del Congreso, las detenciones y encarcelamientos arbitarios que ocurren en El Salvador[2], y en Hungría[3], donde los poderes de emergencia invocados por el gobierno siguen vigentes, aunque tenían que concluir a mediados de este mes.
La pandemia ha servido de excusa a los regímenes menos democráticos para acallar las criticas y acrecentar el autoritarismo. Aunque también en gobiernos de naturaleza democrática, bajo el contexto de la pandemia, se concentran poderes de emergencia que pueden llegar a ser restrictivos en materia de derechos humanos. Lo anterior, de acuerdo con la carta “Una llamada para defender la Democracia”[4], promovida por el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA Internacional) signada por más de 70 organizaciones y casi 500 personas de 119 páises, incluidos 13 premios nobel y 62 exjefes de Estado o de Gobierno.[5]
La carta explora las amenazas para la democracia y hace un llamado a defenderla durante la pandemia. La preocupación se encuentra en la adopción de métodos de vigilancia alejados del marco legal, mermar el equilibrio de poderes y los límites temporales para el restablecimiento del orden constitucional.
“La represión no ayudará a controlar la pandemia. Acallar la libertad de expresión, encarcelar a los disidentes pacíficos, suprimir la supervisión parlamentaria y posponer las elecciones indefinidamente no harán nada por proteger la salud pública…” se advierte en el documento.
El texto recomienda no perder de vista las acciones autoritarias que los gobiernos puedan implementar, justificandóla en la lucha contra la pandemia. Los países que han sido más exitosos en la gestión durante la pandemia son más democráticos. En sociedades democráticas se facilita el libre flujo de información, el debate público y la contribución responsable de la ciudadanía.
Los signatarios, destacan la relevancia del papel de la libertad de prensa como provedora de la información necesaria para la adopción de decisiones por parte de la población, escrutar la labor de los gobiernos y las instituciones públicas y contrarrestar los bulos.
En la carta, se reconoce que la democracia no garantiza la gestión competente de la crisis, pero si ofrece, un contexto más flexible e incluyente en la toma de decisiones, elementos más difíciles de encontrar en regímenes autoritarios.
“Es solo a través de la democracia que las sociedades pueden construir la confianza mutua que les permite perseverar en una crisis, conservar la resiliencia nacional ante la adversidad, sanar las profundas divisiones sociales mediante la participación inclusiva y el diálogo, y conservar la confianza en que los sacrificios serán compartidos y que los derechos de todos los ciudadanos serán respetados”.
Es indiscutible, que la pandemia afecta a todos los países del mundo, por tanto, es fundamental que las medidas adoptadas por los gobiernos para afrontar este desafío sean dentro de principios democráticos y se respeten los derechos fundamentales.
[1] Asociate Press. “Rodrigo Duterte sigue ampliando su poder en Filipinas”. SEMANA, 5 de mayo 2020. Visto en: https://www.semana.com/mundo/articulo/rodrigo-duterte-sigue-ampliando-su-poder-en-filipinas/615167 el 25 de junio de 2020.
[2] Human Rigths Watch. El Salvador: Abusos Policiales en la Respuesta a la Covid-19. 15 de abril de 2020. Visto en: https://www.hrw.org/es/news/2020/04/15/el-salvador-abusos-policiales-en-la-respuesta-la-covid-19 el 25 de junio de 2020.
[3] Norberto Paredes. Coronavirus en Hungría "La primera democracia europea que cae a causa del coronavirus": cómo la crisis del covid-19 ha puesto en juego el sistema democrático húngaro. BBC News, 5 de abril de 2020. Visto en: https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-52151321 el 25 de junio de 2020.
[4] Puede consultarse el texto completo en español en: https://www.idea.int/sites/default/files/multimedia_reports/A_Call_to_Defend_Democracy_Letter_Spanish-25June2020.pdf (N.A)
[5] Puede consultarte el listado completo de signatarios en: https://www.idea.int/news-media/multimedia-reports/call-defend-democracy (N.A)
UN DÍA SIN MUJERES
En 2015, más de 300.000 personas marcharon contra la violencia machista en Argentina. La movilización, al lema de “Ni una menos” tuvo impacto internacional e inició una movilización global contra los feminicidios[1]. Tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y las consecuencias simbólicas de dicha elección para los derechos de las mujeres; al día siguiente de su investidura se dio cita una marcha multitudinaria la Women´s March[2], que ocupó las calles de la capital estadounidense y de otras ciudades del país, defendiendo no solo los derechos de las mujeres, sino de grupos LGTB y de los migrantes, así como el derecho a acceso a la salud y educación públicas de calidad.
El movimiento #MeToo (yo también), se fue gestando paralelamente, con el cuál diversas denuncias de acoso comenzaron a expandirse de forma viral. Lo que inició siendo una denuncia pública de acoso que sufrían mujeres del medio artístico, convirtieron las redes sociales en un espacio de denuncia.
El 8 de marzo de 2018, se dio la primera huelga internacional de mujeres, que significó un antes y un después, materializó al feminismo como un movimiento transversal articulando una agenda de derechos y democracia para todos y todas.
Nuestro país no es la excepción, diversos grupos, empresas, colectivos e instituciones se han pronunciado por participar y respaldar la participación de las mujeres el próximo 9 de marzo en “Un día sin mujeres”, manifestación colectiva que busca visibilizar la importancia de la población femenina en cada ámbito de la sociedad, así también manifestarse en contra de la violencia, feminicidios, inequidad laboral, a la precariedad en servicios de salud, la falta de acceso a la justicia que sufrimos por el simple hecho de ser mujeres. El paro significa una defensa profunda de la democracia y libertad de toda la ciudadanía. Pues no habrá libertad mientras siga habiendo desigualdades, así pues, contribuyamos a una igualdad con la que ganemos todos y todas.
[1] FEDERICO RIVAS MOLINA. Buenos Aires, epicentro del 8M en América Latina. El País, 9 de marzo de 2019. Visto en: https://elpais.com/sociedad/2019/03/08/actualidad/1552082743_358495.html
[2] PABLO XIMÉNEZ DE SANDOVAL. MeToo año 1: cómo las mujeres perdieron el miedo. El País, 5 octubre de 2018. Visto en: https://elpais.com/sociedad/2018/10/04/actualidad/1538678547_217451.html