Tras la posposición desde marzo por la pandemia, los días 20 y 21 de septiembre se votó en siete de las veinte regiones italianas, y se decidió también, en un referéndum nacional, si se aplica un gran recorte en el número de parlamentarios de las dos Cámaras, para pasar de los 945 actuales a sólo 600.
En el referéndum pudieron participar 51 millones de electores; en las siete regiones con elección: Liguria, Veneto, Toscana, Marche, Valle D’Aosta, Campania y Puglia, fueron alrededor de 18,5 millones las personas y casi seis millones en las elecciones de 1.179 municipios, entre los que hay 18 capitales de provincia y 3 capitales de región: Venecia, Aosta y Trento.
Para todo este proceso el coronavirus constituye el principal enemigo. Pues pudo constituirse en un obstáculo para que la gente fuera a votar, aunque en las mesas electorales se tomaron medidas de protección, que incluyeron la ampliación de una atípica jornada electoral a 24 horas en dos días, 16 el domingo y 8 el lunes; y dado que en Italia 14 millones de personas, casi el 25 por cientos del total, tienen más de 65 años, y que la población de edad avanzada corre más riesgos ante el coronavirus, el ministerio del Interior organizó un operativo de urnas “a domicilio”, enviando personal a recoger los votos de quienes, previo registro, informaron estar haciendo cuarentena en domicilio u hospital.
En Italia el voto no es obligatorio, no obstante es usual contar con buenos niveles de participación en las elecciones; alcanzar casi el 73 por ciento en las elecciones nacionales de 2018 es un buen ejemplo. Un cambio relevante para esta ocasión se relaciona con la renuncia de un número significativo de los escrutadores designados, teóricamente por miedo al contagio del coronavirus que sigue presentándose en ese país.
De las siete regiones que van a elecciones, cuatro están gobernadas actualmente por la centro izquierda (Toscana, Campania, Marche y Puglia) y dos por la centro derecha (Veneto y Liguria). La región Valle d’Aosta, está gobernada por el partido Union Valdotaine, de orientación autonomista. La mayor disputa se espera en Toscana, bastión de la centro izquierda desde hace cincuenta años.
Las siete regiones elegirán presidente y junta regional y los municipios elegirán alcaldes, junta comunal y asesores. La determinación de la cantidad de votos necesarios para que la elección sea válida depende de las normas locales. No hay segunda vuelta en las elecciones regionales ni municipales, excepto en la región de Toscana, donde está prevista la segunda vuelta si ninguna lista de candidatos obtiene al menos el 40 por ciento de los votos.
Habrá que esperar los resultados definitivos de las elecciones subnacionales, al momento de escribir esto las encuestas de salida reportan que en el referéndum se aprobó la reducción del número de parlamentarios, pues el “sí” ganó con entre un 60 y un 64% de los votos, frente al 36-40% alcanzado por el “no”, según los sondeos realizados por la televisión pública RAI.
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