Durante las últimas dos décadas hemos sido testigos de manera sumamente paulatina de ese cambio que ha implicado cimbrar el sistema patriarcal en el que vivimos y tratar de cambiar a través de la lucha de los colectivos de mujeres, de las sentencias de los órganos jurisdiccionales y cada vez más, a través de la generación de acciones afirmativas de varias autoridades administrativas del país, la participación política de las mujeres.
El tema de que las mujeres formen parte de los espacios de toma de decisiones importantes para la colectividad está relacionado con hacer visible la discriminación de la que millones de mujeres han sido objeto no solo por el género sino por los múltiples ejes que se entrecruzan para que esa discriminación se dé, hablamos de un feminismo interseccional.
Es importante la representación política de las mujeres; un ámbito primordial es la representación municipal si consideramos que es la primera esfera de contacto con la ciudadanía, es por ello que la paridad debe ser vista en este primer gran espacio de poder.
En la entidad de los 124 municipios, 46 mujeres serán presidentas municipales lo que representa un 37.10% en contraste con los 79 hombres que ocuparán ese cargo el 62.90 %.
En cuanto a las sindicaturas vemos 86 mujeres (63.70%) respecto de los 49 hombres que representan un 36.30% esta cifra se observa como avance sin embargo no es menor considerar que derivado de la alternancia en la conformación de las planillas es evidente que el segundo cargo de mayor relevancia al ser un hombre quien encabezaba la planilla debía ser para una mujer.
En las primeras regidurías la cifra cambia de nuevo al contar con 519 hombres un 54.12% contra un 45.88% que son las 440 mujeres que ocuparan este cargo.
Datos relevantes que nos arrojan que no basta con la postulación paritaria, debemos reflexionar y hacer más, las mujeres que partieron nos dejaron grandes lecciones y ejemplos a seguir.