Y aquí es donde me parece importante hacer un reconocimiento a todas aquellas mujeres que nos han antecedido y que han luchado de manera frontal y con una gran convicción para transformar el México autoritario de hace décadas al México en donde la pluralidad y la alternancia lograron hacerse presente.
Hace unos días fue otorgada la medalla Belisario Domínguez del Senado de la República, una condecoración que el Senado de México otorga a personajes eminentes y que honra la memoria de quien lleva su nombre.
Esta distinción se ha otorgado a un total de 69 personajes de nuestra historia, 60 hombres y solo 9 mujeres lo que obedece sin duda al propio sistema patriarcal que lamentablemente aún parece prevalecer en muchos espacios.
Pero más allá de ese dato que no deja de ser importante mencionar, en esta ocasión lo que es de resaltar es la mujer a quien se ha otorgado, la maestra Ifigenia Martínez, una luchadora por las causas democráticas con la fiel convicción como ella misma lo ha expresado de cambiar el rumbo del país, de democratizar la contienda política.
Reconocida como una de las 10 intelectuales más importantes de América Latina; política, diplomática, académica. Economista por la Universidad Nacional Autónoma de México y una de las primeras mujeres en dirigir la Facultad de Economía de la UNAM quien además vivió los lamentables hechos de la vulneración a la autonomía universitaria en 1968 justo como directora de esa Facultad.
Imaginemos lo complejo que debió haber sido enfrentar y librar las batallas defendiendo sus principios en un México en el que no existía la pluralidad que desde hace un par de décadas gozamos.
Es de reconocer la brecha que abrió para que más mujeres lograran ocupar espacios en la administración pública y en la política. Hoy seguimos debatiendo sobre temas de paridad de género y violencia política contra las mujeres porque aún existen resistencias y la negación a reconocer y materializar un derecho que las mujeres tenemos para participar activamente de la vida política.
Sin duda la valentía, el aplomo y la convicción de la consolidación de los derechos políticos son parte de ese legado que se debe mantener presente para todos y todas quienes aspiramos a una sociedad democrática, más justa e igualitaria. La posibilidad de trincheras es variada y la galardonada un ejemplo de ello.