NO HAY PLAZO QUE NO SE CUMPLA
Así reza un refrán popular inapelable, que encierra toda una verdad y experiencia de cualquier tipo. Cuántas veces nos ha pasado que tenemos en el horizonte una fecha que al principio la vemos lejana, pero que con el tiempo se nos viene encima; las sensaciones que experimentamos ante su proximidad y la satisfacción que sentimos cuando llegado el día esperado lo enfrentamos de acuerdo a todo lo planeado.
Eso que sucede en nuestras vidas cotidianas también aplica en cualquier otra actividad social, laboral, política, económica. En esta ocasión quiero referirme a la renovación del Poder Judicial mediante una elección de sus integrantes a través del voto directo y secreto de todos los ciudadanos mexicanos y mexiquenses.
Para tal efecto, durante varios meses distintas instituciones como el Congreso de la Unión, los Poderes Ejecutivo y Judicial federal y locales, el INE, los Congresos Legislativos de 17 entidades federativas y sus respectivos organismos electorales locales han venido trabajando para que dicha elección sea exitosa, satisfactoria e inapelable.
En el caso particular del Instituto Electoral del Estado de México se han desplegado distintas actividades que apuntan en tal dirección; a escasos 16 días de la jornada electoral, se ha concluido la impresión de las más de 51 millones de boletas para votar y se han distribuido en tiempo y forma a los 18 órganos judiciales electorales los cuales las han contado, sellado y agrupado, para su posterior entrega a los presidentes de las más de nueve mil casillas que se instalarán el 1º de junio, para que podamos elegir a 91 integrantes del Poder Judicial, de entre las 397 candidaturas registradas.
Dentro del período de campañas que inició el pasado 24 de abril y terminará el 28 de mayo, los órganos electorales tanto federal como estatales, están desarrollando dos actividades para que la ciudadanía conozca a las candidaturas; la primera es la herramienta digital “Conóceles” disponible en la página institucional, en la cual se puede consultar la trayectoria profesional y laboral, así como las propuestas que plantean cada uno de los aspirantes a algún cargo como impartidor de justicia.
Otra actividad no menos importante ha sido la convocatoria a todas las candidaturas para debatir entre ellos a partir del cargo por el que compiten; los llamados “Foros de Debate” son espacios donde a través de un diálogo franco y en un marco de respeto, tolerancia e inclusión, las candidaturas pueden exponer su visión, sus ideas, sus propuestas sobre la impartición de justicia. Ante unas campañas austeras en recursos económicos y de NO acceso a la radio y la televisión, estos “Foros de Debate” se han convertido en la herramienta a través de la cual las candidaturas pueden llegar a la ciudadanía para que los conozcan.
En el caso de la entidad mexiquense, el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) programó la realización de estos debates del 6 al 18 de mayo, sin embargo, las participaciones de las candidaturas en dichos debates, se pueden ver nuevamente a través de las diversas plataformas digitales hasta el 28 de mayo, fecha en que concluyen las campañas. Conocer a las personas candidatas, sus propuestas, su visión sobre la impartición de justicia, su desenvolvimiento en este ejercicio, sin duda nos ayudará para que emitamos un voto informado y razonado.
Hasta el día de hoy, se han realizado 25 debates y faltan por desarrollarse 12. La importancia de esta actividad, es que las candidaturas participantes pudieron utilizar un espacio brindado por la autoridad electoral ya sea de manera virtual o presencial, otorgándoles a todas ellas las posibilidades técnicas y logísticas para su participación.
En resumen, en el IEEM se sabe que el plazo está por cumplirse, así como todas las actividades planeadas; la experiencia y el profesionalismo que caracterizan a esta institución habrán de materializarse próximamente; las y los electores tienen una cita el 1º de junio para que a través de su voto decidan quienes formarán parte del Poder Judicial. Tengamos la certeza y la confianza de que estamos a la altura de los desafíos que esta elección inédita nos está planteando a las instituciones y a los mexiquenses; la fecha está por llegar.
RENOVANDO EL CLÓSET
Seguramente a muchos nos pasa que con los años acumulamos cosas en nuestros hogares, hasta llegar al punto en donde no encontramos espacio para colocar algo nuevo que deseamos. Por distintas razones nos cuesta trabajo despojarnos de algo que ya no usamos, ya sea por su deterioro, porque ya no nos queda, ha pasado de moda pero guarda algún valor sentimental, y nos resistimos a deshacernos de ese o esos artículos que nos restan espacio incluso, para actualizarnos y renovarnos.
Esto mismo nos pasa en nuestra vida cotidiana, nos llenamos de prejuicios, costumbres, vicios que nos restan movilidad y agilidad en nuestra toma de decisiones; no es que los filtros de nuestra existencia no funcionen, lo que pasa es que simplemente nos resistimos a lo nuevo, no hacemos caso a lo que la realidad nos plantea o nos exige y llenamos también ese clóset de nuestras vidas.
Las instituciones no escapan a esta situación; con los años llegamos a tener un clóset institucional, jurídico y operativo que deja de atender eficientemente los cambios que el mundo registra y las demandas que la sociedad reclama para que les sean atendidas.
Nuestra administración pública se llena de instituciones que se crean mediante un proceso acumulativo y no producto de una reingeniería institucional. Ante los cambios nos resistimos a asumirlos porque no sabemos si van a funcionar, si podrán verse mejoras en el corto plazo, si hemos acertado al ir por el camino de las transformaciones; sin embargo, repensar el diseño institucional de manera integral donde conservemos lo útil, lo que funciona bien, es vital. Debe darnos tranquilidad pensar que los cambios se hacen para traer y tener beneficios sociales, gracias a las instituciones que se adaptan a las necesidades de una sociedad tan versátil, demandante y dinámica, como la nuestra.
En esta tesitura se coloca la transformación que está viviendo no solo el Poder Judicial, sino la propia sociedad mexicana que está convocada para participar en la conformación de este Poder a través de su voto y ser corresponsable en la integración y funcionamientos de esta institución.
En los distintos medios de comunicación (prensa, televisión, redes sociales) se puede apreciar una campaña de información desplegada por los órganos electorales, que pretende incentivar a la ciudadanía para que se involucre, para que sepa qué cargos están compitiendo dentro del Poder Judicial y participe en este ejercicio electoral.
Las campañas electorales han sido delineadas para que se desarrollen de forma distinta y austeras pero con creatividad: las personas candidatas sin ningún tipo de financiamiento más que el propio, harán propagada únicamente en papel y a través de las redes sociales siempre y cuando no sea erogado recurso alguno para replicar contenidos.
Los órganos electorales por su parte, han diseñado y puesto en marcha dos herramientas para que la ciudadanía conozca las candidaturas que están compitiendo: “Conóceles” y “Foros de Debate”. En la primera, con información proporcionada por las propias candidaturas, se podrá conocer la trayectoria y las propuestas que las personas candidatas plantean sobre cambios o continuidades en el Poder Judicial, dicha información se encuentra en las páginas oficiales de las instituciones electorales.
En la segunda, las candidaturas tendrán la oportunidad de debatir en un marco de respeto, tolerancia, igualdad, diversidad y pluralidad, sus propuestas, sus experiencias, sus visiones de lo que significa un Poder Judicial que está en etapa de transformación. Sin duda estos “Foros de Debate” serán una oportunidad para conocer a las distintas candidaturas y su desempeño.
Muy pronto las boletas de esta elección empezarán a llegar a los órganos electorales y posteriormente a los presidentes de casilla para que el 1º de junio, acudamos a las urnas y renovemos el clóset del Poder Judicial con nuestro voto informado y razonado.
SER SOLIDARIOS
Si le preguntamos a cualquier persona su opinión sobre qué es ser solidario o acudimos a consultar su definición en el diccionario vamos a encontrar opiniones y matices comunes, pero al mismo tiempo lejanos.
Sin el afán de ser concluyente sino por el contrario, abundar para su mejor compresión, sostengo que la solidaridad no solo es un valor, también es un acto de rebeldía, de insumisión y de compromiso con la esperanza. Es insumisa y rebelde porque se compromete con los marginados, con los débiles, con los olvidados, con los que menos tienen; es humilde porque se reverencia ante el débil y el desprotegido porque la solidaridad está en contra de la injusticia, de la desigualdad, de la marginación.
La solidaridad también es humana, pacífica e institucional, porque busca mejorar la calidad de vida de las personas y el buen funcionamiento de las instituciones para que el Estado haga su tarea, que es la de ser garante de los derechos de los ciudadanos y en general de su población.
Todo esto viene a colación porque el primero de junio próximo, los mexicanos habremos de acudir a las urnas para elegir a integrantes del Poder Judicial de la Federación e integrantes de este mismo Poder en 17 estados de la República Mexicana. No podemos aspirar a tener el mejor resultado posible sobre estos comicios, si como ciudadanos no somos solidarios con las instituciones y con el Estado.
Más allá del debate generado por dicha elección, soy de quienes piensan que esta es una oportunidad para enriquecer nuestro modelo electoral de la que deben salir fortalecidas nuestras instituciones, nuestra democracia y nuestro sistema electoral, si asumimos el compromiso y responsabilidad asignadas no únicamente a las instituciones electorales, sino a la ciudadanía y a los aspirantes a personas juzgadoras.
No se trata solamente de votar, también el ejercicio del voto significa el compromiso que tenemos con nuestra democracia, con la pluralidad, con la imperfecta paz electoral, la cual nos ha permitido transitar a una disputa del poder político sin fisuras ni violencia. Acudir a votar mejora la calidad de nuestra ciudadanía y obliga a los representantes populares y a los servidores públicos a realizar de mejor manera sus responsabilidades; ahora que por vez primera elegimos personas juzgadoras, de igual manera debemos estar atentos a su desempeño para que su elección y la reforma legislativa se legitimen y justifiquen.
Entonces, ser solidarios implica reconocer y respaldar a las instituciones electorales que organizan este proceso electoral con una gran responsabilidad. A poco más de 42 días de la jornada electoral ya se ha puesto en marcha la segunda etapa de capacitación para poder tener funcionarios de mesas directivas de casilla. En el Instituto Electoral del Estado de México dio inicio el procedimiento de entrega de material electoral (urnas, mamparas, entre otros) a los 18 distritos judiciales electorales, además de que se está en permanente y estricta supervisión con personal asignado, en las plantas de producción de la documentación electoral (boletas, actas) que en próximas semanas será entregada a los funcionarios de la casilla. Estas son solo algunas de las distintas actividades que en este momento realizan los institutos electorales y que apuntan a tener una elección confiable, transparente y pacífica.
Ser solidarios con las personas candidatas, es conocerlas, saber qué proponen, por qué pueden ser buenos juzgadores, en resumen, es permitir que entren en nuestro entorno social y darles la oportunidad de que hablemos de ellas. Con las candidaturas podemos ser empáticos, pero sumamente exigentes a la hora de analizar sus propuestas y decidir nuestro voto porque no es un asunto menor la elección de personas juzgadoras que se van a dedicar durante los próximos años, a impartir justicia hacia toda la sociedad.
La propuesta es entonces que hagamos de este 1 de junio el día de la solidaridad y la esperanza electoral.
DINAMIZANDO EL MODELO ELECTORAL MEXICANO
Más allá del debate que ha generado la elección de integrantes del Poder Judicial tanto en el ámbito federal como en las entidades del país, encontramos algunas aristas novedosas que merecen ser analizadas de manera preliminar.
La elección mediante el voto ciudadano de personas juzgadoras, se ha reiterado ser inédito y no sin razón, sin embargo, en la conversación pública poco se ha señalado lo siguiente:
1.Qué también con dicha elección, se enriquece el modelo electoral mexicano al asignar una nueva responsabilidad a los órganos electorales constitucionales y a los ciudadanos.
- Sin establecerlo legalmente, la elección de personas juzgadoras es a dos vueltas, la primera a cargo de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial federal y estatales; ya que las tres instituciones son las encargadas de emitir la convocatoria, realizar el registro de los aspirantes, seleccionarlos mediante tres filtros (los que cumplen con los requisitos, los mejor evaluados y los que resultaron sorteados) y finalmente integrar las listas de candidaturas que aparecerán en la boleta electoral. Dichos listados son enviados a los órganos electorales para que éstos realicen los siguientes pasos de esta elección.
La segunda vuelta le corresponde al INE y a los institutos electorales de los estados (llamados genéricamente oples), donde se realizará, elección de personas juzgadoras. Los organismos electorales se encargarán de la capacitación a los funcionarios de casilla, de la instalación de casillas, del diseño de documentación (boletas, actas) y material electoral (mamparas, urnas), de la acreditación de observadores electorales, del escrutinio y cómputo de votos, de los ajustes de género, de la entrega de constancias de mayoría, de la declaración de validez de la elección, entre muchas otras actividades.
- Ausencia directa de los partidos en lo que sería la segunda vuelta al no tener presencia en los órganos electorales, no sólo en las funciones técnico operativas sino también en la promoción del voto; sin embargo, si hay una presencia indirecta durante la primera vuelta mediante los grupos parlamentarios de cada partido en el Congreso de la Unión y en las Legislaturas de los Estados; así como a través de los titulares de los Poderes Ejecutivos federal y estatales, los cuales tienen públicamente una militancia política.
- La sustitución de facto de los partidos políticos por los tres Poderes federal y estatales, al tener la responsabilidad cada uno de estos Poderes, de proponer una lista de candidaturas que aparecerán en las boletas, hacer su registro ante el INE o los institutos electorales locales, realizar las sustituciones correspondientes e incluso, cada candidatura estar referenciada en la boleta electoral, al Poder que la propone.
- Un nuevo diseño de boleta en el que no aparecerán emblemas de partido, sino nombres de personas candidatas en dos columnas; del lado izquierdo estarán los nombres de las mujeres candidatas y del lado derecho los nombres de los candidatos hombres. En la parte superior de las columnas habrá recuadros donde el elector habrá de anotar el número de la candidatura o candidaturas con los que se identifica y por los cuales ejercerá su voto. Los cargos a elegir también podrán identificarse por el color de la boleta.
- No habrá Programa de Resultados Electorales Preliminares por la propia complejidad que encierra el ejercicio del sufragio al tener varias candidaturas para distintos cargos en una misma boleta; pero los resultados empezarán a conocerse la misma noche de la elección.
- El escrutinio y cómputo se realizará en los órganos electorales de los distritos, por los ciudadanos que forman parte de éstos. Las actividades de capacitación previa para el funcionariado que habrá de contar los votos, es sin duda una de las tareas esenciales en este proceso electoral.
Como podemos observar, este nuevo formato electivo viene a dinamizar el modelo tradicional que durante décadas hemos utilizado para elegir a los integrantes de los Poderes Legislativo y Ejecutivo en sus distintos ámbitos.
Generalmente lo nuevo ocasiona debate e incertidumbre, pero es la única forma de tener instituciones vivas y dinámicas, así como un modelo electoral que no sea estático. Solo el tiempo y la práctica nos confirmará su certeza y viabilidad, pero para saberlo, hay que hacerlo, y el proceso electoral para personas juzgadoras está caminando.
SI SE PUEDE
Todos tenemos una historia para contar como individuos, cómo colectivos y como organizaciones; cada uno con sus matices y diferencias, pero también con sus similitudes, y una de estas últimas es el hacer bien las cosas, lograr nuestros objetivos, poner todo nuestro empeño para cumplir metas y en el camino a transitar, tener en mente el “si se puede”.
Seguramente esta corta frase la hemos escuchado en múltiples ocasiones, en mi caso, la primera vez que la oí fue en una final de fútbol entre Toluca contra Necaxa (1998), como una arenga de la afición toluqueña a su equipo, para motivarlos y hacerles ver que se podía remontar el marcador adverso y ganar el campeonato; creo que a partir de ese momento su uso se masificó en México y empezó a escucharse en cualquier actividad social. Después supe que esta frase había sido utilizada por el chicano César Chávez, quien con la bandera de la “No Violencia”, encabezó un movimiento de trabajadores agrícolas en Estados Unidos en demanda de mejores condiciones de trabajo.
Los desafíos a enfrentar los vivimos y los sorteamos a diario: la violencia en sus distintas expresiones y manifestaciones, la inseguridad, los problemas estructurales de nuestra economía que ahora parecen agravarse por el probable incremento de aranceles que pretende imponer el Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica a las exportaciones mexicanas hacia aquel país, lo que sin duda tendría un impacto en nuestra economía; las enfermedades que parecen no tener atención, fin, ni cura; la educación que tampoco alcanza a cubrir la demanda; y sin embargo, todo ello no es obstáculo para que se sigan haciendo esfuerzos que apuntan y buscan mejorar nuestras condiciones de vida.
En el contexto y las circunstancias de la realidad que nos toca vivir, necesitamos persistencia (terquedad) y confianza. En el escenario actual tenemos una elección de personas juzgadoras, a las interrogantes sobre la viabilidad y utilidad de esta particularidad que tenemos en el Estado de México y a nivel nacional; se suman ahora, entre muchas otras, la complejidad de la emisión del voto por los ciudadanos y posteriormente el conteo de los mismos. Sin embargo, desde la responsabilidad que corresponde a los órganos electorales constitucionales federal y estatal, está garantizada la certeza, la transparencia y la confianza de sus resultados.
Es cierto que el modelo de boleta es complejo, pero “si se puede” comunicar a los ciudadanos cómo pueden ejercer su voto. Las campañas de información que desplieguen los órganos electorales serán muy importantes para que la ciudadanía sepa que, la boleta ha sido diseñada con recuadros en la parte superior y ahí debe anotar el número o los números de identificación del candidato de su preferencia. En el caso del Estado de México, los electores recibirán diez boletas; seis para la elección federal y cuatro para la elección local.
Los futuros funcionarios de mesas directivas de casilla, se encuentran en la etapa de conocer y familiarizarse con este nuevo modelo de boletas; este proceso de enseñanza aprendizaje lo realizan los incansables capacitadores que visitan a los ciudadanos sorteados, primero para convencerlos de que se sumen a este esfuerzo colectivo y después para capacitarlos sobre las tareas que realizarán el día de la elección. La experiencia acumulada más los valores institucionales puestos en práctica en cada proceso electoral tanto local como federal, son una fortaleza para reiterar que “si se puede” tener una elección de integrantes del Poder Judicial confiable, pacífica y sin violencia.
Necesitamos confianza como individuos y como sociedad; confianza en nuestras instituciones, compromiso con lo que hacemos, porque eso es lo que nos alienta, nos impulsa, nos empuja, nos exige dar un mayor y mejor esfuerzo individual y colectivo en la organización, desarrollo y conclusión de este proceso electoral en marcha, para confirmar que “si se puede”.
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