Comunicación
Social

Martes, 25 Noviembre 2025 06:00

LA REALIDAD ES UNA PIÑATA

No es necesario ir a la Ciudad de México para ver el mural “La Piñata” de Diego Rivera, plasmado en las paredes de un edificio público, donde representa una fiesta con gran variedad de dulces y frutas que salen de esa olla de barro rota a palos por los niños, porque seguramente todos las conocemos.

 

Las piñatas pueden ser de muchos colores, monocromáticas, de diferentes formas o representar a diversos personajes, pero todas en su interior tienen algo para compartir; esto depende de quién organiza la fiesta y el objetivo que se persigue con su ruptura.

 

Nuestra realidad es algo parecido, está compuesta de tantas cosas, que las capacidades individuales o colectivas solo alcanzan para conocer y desarrollar una pequeña parte y esto depende del interés, la formación, la profesión, el oficio, el empleo, la actividad que se desarrolle en la vida diaria.

 

Por ejemplo, los médicos estudian y se especializan en el funcionamiento del cuerpo humano, en los problemas que puede tener, así como las posibles curas ante enfermedades que se vayan presentando con el paso de los años; la especialización entonces, es vital para lograr resultados exitosos y atemperar los males.

 

Los abogados estudian el sistema jurídico, pero de manera particular hay quienes se enfocan en el ámbito penal, otros en el civil, unos más en lo administrativo, lo familiar, lo laboral, lo que significa conocimiento preciso y particular de la materia que van a atender.

 

Además de las profesiones y los diversos oficios que pudiéramos enumerar, también existen instituciones públicas y privadas las cuales, con los años y la complejidad de una sociedad demandante de atención y soluciones a servicios o necesidades, se van especializando para ser más eficaces y útiles a la población. Basta ver algunos ejemplos de instituciones públicas, para constatar la preparación que necesitan para su buen funcionamiento.

 

Por ejemplo, el Banco de México responsable de la política monetaria, esto es, de tener bajo control la inflación mediante la regulación de las tasas de interés, el mercado abierto y la emisión de dinero; tiene que contar con personal altamente capacitado y especializado en el ramo, para cumplir con estos desafíos.

 

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía, encargado de recopilar y generar información estadística de diversa índole, confiable para todos los mexicanos y útil para la toma de decisiones de las instituciones del Estado, se integra por quienes han acumulado años de experiencia y conocimiento en los asuntos de su responsabilidad.

 

Otra institución de alta especialización es la electoral integrada por el Instituto Nacional Electoral y por los Organismos Públicos Locales Electorales, los cuales tienen como tarea central organizar elecciones pacíficas y confiables en todo el país. Estas instituciones también poco a poco y con los años han acumulado una experiencia que ha contribuido a dar estabilidad política; paulatinamente se han establecido requisitos más estrictos de conocimientos probados y comprobados en la materia para poder formar parte de sus órganos de dirección, lo que garantiza que los trabajos institucionales para la organización de procesos electorales, se desarrollen con gran profesionalismo y los resultados se obtengan con altos estándares de credibilidad, legalidad y certeza.

 

En suma, en esta analogía, siempre existirá la tentación de querer dar de palos a unas y otras profesiones, a instituciones de distinta índole para demeritar sus avances, logros, éxitos, o los buenos resultados, sin reparar que, en ese lance, de tanto golpe las pueden debilitar y fracturar; como a las piñatas.

Viernes, 14 Noviembre 2025 07:00

TOLERANCIA

“No hay canciones sin notas diferentes”; “cada cabeza es un mundo”; “dos más dos no son necesariamente cuatro”; “respira y cuenta hasta diez”; “nadie escarmienta en cabeza ajena”; “el respeto al derecho ajeno es la paz”; “trata a los demás como quieres que te traten”; son algunos de los dichos o frases que utilizamos de manera frecuente para referirnos a las diferencias que existen entre las personas.

 

La importancia que revisten aun sin compartirlas, es que no son simples modismos para terapia, son expresiones que sintetizan experiencias de vida, sobre las cuales podemos construir infinidad de historias de cada uno de nosotros cuando interactuamos con otras personas; representan nuestra memoria sobre la tolerancia que practicamos día a día.

 

Sin embargo, una cosa es decir, plasmar en el papel como discurso, o citar en alguna conversación el tema de la tolerancia, la cual implica ser una persona prudente, receptiva, atenta, incluyente, respetuosa; el problema es cuando requerimos poner en práctica todas estas cualidades en la cotidianidad y se rompe el discurso.

 

Hagamos una pausa y contestemos lo siguiente: ¿interrumpimos cuando la otra persona está hablando?; ¿somos pacientes ante las opiniones o actitudes del otro?; ¿aceptamos que nuestra opinión puede que no sea la mejor?; ¿gustamos de discutir o platicar?; ¿con qué frecuencia damos la razón a las posiciones distintas a la nuestra? Las respuestas a estas interrogantes, pueden indicarnos si practicamos la tolerancia en nuestro hogar, en el trabajo, o en las reuniones de cualquier naturaleza.

 

En la esfera pública se puede percibir el nivel de tolerancia que se practica: ¿les gusta dialogar a nuestros gobernantes con sus gobernados?; ¿saben escuchar y atienden las necesidades, las demandas y los problemas que se les plantean?; ¿cómo reaccionamos ante un tráfico intenso producto de una manifestación o un bloqueo de calles en demanda de solución a alguna petición no resuelta?; ¿qué hacemos cuando cambia el color del semáforo y los autos no avanzan, cual es la actitud ante esta situación?; ¿cómo son los debates de nuestros diputados y senadores, les gusta tratar sus propuestas con argumentos o con adjetivos?; ¿los programas de televisión destacan propuestas o se centran en el escándalo y lo intrascendente? Veamos por ejemplo, el comportamiento de las porras de un equipo de futbol, deporte tan visto en la actualidad, ¿se tratan con respeto?; ¿reconocen las cualidades del contrario?; ¿aceptan las derrotas?

 

Muy probablemente las respuestas nos lleguen a sorprender y descubramos que la incongruencia tal vez nos acompaña en lo individual y lo colectivo. Lo cierto es que los problemas estructurales que tenemos como nación, condicionan en buena medida nuestros niveles de tolerancia: una ciudadanía que vive temerosa por la inseguridad, por la incertidumbre laboral, por la atención deficiente en los hospitales, por la falta de vacunas o medicamentos, por los apoyos que no llegan ante los desastres naturales, por los oídos sordos para lograr consensos y ser incluyentes en la resolución pacífica de los asuntos políticos, todo esto y más forma ciudadanía poco tolerante.

 

El próximo 16 de noviembre estaremos celebrando el Día Internacional de la Tolerancia y quizá la mejor manera de hacerlo es reflexionar y poner lo que está de nuestra parte para practicar una real tolerancia sin que eso implique dejar de exigir una mejor sociedad, sin violencia y sin pobreza.

Martes, 21 Octubre 2025 06:00

72 AÑOS DEL VOTO DE LAS MUJERES EN MÉXICO

El derecho de las mujeres de votar y ser electas para algún cargo de elección popular a nivel federal en nuestro país, en el año de 1953, fue producto de muchas luchas para conquistar derechos políticos y sociales, en las cuales participaron mujeres de distintas generaciones, que también demandaban derecho a la educación, a un trabajo en mejores condiciones y bien remunerado, a una buena atención médica, a una buena alimentación.  Aún siguen pendientes estos temas.

 

La Historia apunta que para el caso del Estado de México, el 24 de julio de 1951, se reconoce el derecho del voto a la mujer, pero para participar exclusivamente en elecciones municipales en igualdad de condiciones que los hombres, es decir, podían votar y tenían derecho a ser votadas. Dos años más tarde se reconocería este derecho, a nivel federal, para todos los cargos de elección popular. A partir de entonces las mujeres han ido ganando terreno paulatinamente en el espacio público para dejar oír su voz y sus demandas.

 

En fechas recientes el Instituto Nacional Electoral dio a conocer el Estudio Muestral de la Participación Ciudadana 2024; dicho Estudio se realizó con el propósito de conocer las características de la población que votó en las elecciones de 2024. De este análisis y de manera general se destaca que las mujeres son más participativas en los procesos electorales con su voto y esto es una conducta consistente desde el año 2003. Un dato que llama la atención es el de los grupos de 19 a 34 años de edad, que registran una baja participación en los procesos electorales.

 

La participación de las mujeres en las elecciones solo cumple una parte de la conquista primigenea, es decir, sí acude a las urnas a depositar su voto, pero sigue siendo relegada en el acceso a los cargos de elección y para poder llegar a ellos, se han tomado medidas que garanticen su inclusión.  Pero la lucha no termina ahí, junto con los avances en materia de paridad electoral ahora se enfrenta la violencia política contra las mujeres en razón de género que se vuelve intimidante en todas las esferas que se practica, pero más, la que se expresa a través de redes sociales. Por cierto, asignatura pendiente de normar. Esto significa que debemos redoblar esfuerzos para que nuestros derechos sean respetados, reconocidos plenamente y que podamos hacer política en un ambiente pacífico.

 

Otro tema lastimoso para las mujeres son los feminicidios, los cuales deben ser erradicados completamente de nuestra sociedad; que decir de los diferentes tipos de violencia que enfrentamos las mujeres en distintas etapas de nuestra vida; esto no debe ser parte de nuestra cotidianidad; ningún tipo de violencia debe ser normalizado porque de lo contrario estaremos constatando que vivimos y tenemos una sociedad carente de valores.

 

Ante los adelantos tecnológicos que nuestra sociedad y el mundo globalizado están viviendo, las mujeres tenemos que estar preparadas para los desafíos que implica la nueva revolución de la inteligencia artificial y la robótica, para que no terminemos siendo relegadas y marginadas por los algoritmos.

 

Las mujeres conquistamos un derecho político electoral, pero aún tenemos muchos retos que asumir y enfrentar en varias esferas de la vida diaria; desde todos los espacios donde estemos, debemos seguir alzando la voz en demanda de respeto, tolerancia, inclusión, visibilización.

 

Como mujeres nuestro derecho a soñar y a ser felices debe ser una realidad en México y no una utopía.

Martes, 07 Octubre 2025 06:00

REFORMA ELECTORAL DESDE LO LOCAL

La reforma electoral que viene plantea la discusión de varios temas que pretenden ajustar el sistema electoral; desde el punto de vista histórico, estamos en la etapa de lo que he denominado “imperfecta paz electoral” que significa encontrar el espacio donde se pueden intercambiar opiniones diversas, no obstante tener posiciones diametralmente opuestas para alcanzar soluciones colectivas y plurales con un solo objetivo: fortalecer los mecanismos para la disputa del poder político por medios pacíficos y democráticos, sin violencias de ningún tipo.

 

Se trata entonces de poner en práctica el diálogo, el acuerdo, el consenso y el reconocimiento de la pluralidad. No tiene cabida la descalificación anticipada. Los temas han sido puestos sobre la mesa y todos ellos sin duda arrojarán distintas enseñanzas. Desde lo local, preocupa la visión centralista y negativa que se tiene de los trabajos que desarrollan los institutos electorales en los estados, a los que desde la reforma del año 2014 se les denomina genéricamente organismos públicos locales, a los cuales, ahora en esta reforma se pretende que desaparezcan.

 

El primer planteamiento y la primera propuesta para entrar a debate, es que se debe reconocer la importancia de los trabajos de los institutos electorales locales en la planeación, desarrollo y vigilancia de los procesos electorales en los que se eligen gubernaturas, diputaciones locales, miembros de ayuntamientos y personas juzgadoras. Si bien la reforma de 2014 estableció cierta corresponsabilidad de algunas actividades entre la institución nacional electoral y los institutos electorales en las entidades, son estos últimos quienes tienen la responsabilidad de sus procesos electorales.

 

La experiencia y el profesionalismo que han acumulado en ya casi tres décadas avalan los trabajos de los organismos públicos locales; prueba de ello ha sido la reciente elección del Poder Judicial, de la cual, en las entidades donde hubo esta contienda electoral, los institutos electorales supieron afrontar con ese profesionalismo y compromiso institucional, esta elección inédita.

 

Lo local implica actividades particulares y conjuntas, pero diferenciadas y coordinadas con la autoridad federal, así ha funcionado el sistema desde el año 2014; en esta nueva reforma es pertinente que se analice la viabilidad de otorgar a los institutos de los estados todas las atribuciones que antes de aquella reforma tenían.

 

Las tareas de capacitación, de organización electoral, de fiscalización, los procesos informáticos y de cómputos, las tareas que corresponden a los partidos políticos y las candidaturas independientes, son solo algunas de las muchas actividades que pueden ser desarrolladas totalmente por los organismos públicos locales; lo anterior, implicaría aminorar el costo electoral y la enorme carga de atribuciones y funciones que se le han incrementado a la institución electoral nacional.

 

Muy sano sería también que en la próxima reforma, se estableciera que las instituciones electorales asuman la responsabilidad total de la selección de personas juzgadoras; los tres poderes del Estado, actualmente con la atribución que la ley les confiere para determinar quiénes son las personas candidatas del Poder Judicial, ponen en tela de juicio la imparcialidad y credibilidad de esta elección.

 

Qué tan capaces seremos de construir nuevas reglas electorales colectiva y pacíficamente, es lo que tenemos en puerta y habremos de dilucidar en poco tiempo. De los resultados obtenidos sabremos qué tipo de sociedad estamos construyendo.

Viernes, 26 Septiembre 2025 08:00

UN AÑO

Hoy hace un año fui designada como Consejera Electoral, del órgano superior de dirección del Instituto Electoral del Estado de México, como parte de la renovación periódica y escalonada que se da en las instituciones electorales federal y locales. Dos compañeras también fueron designadas como Consejeras Electorales: July Erika Armenta Paulino y Flor Angeli Vieyra Vázquez. Un año de andar juntas.    

 

La tarea no ha sido fácil pero sí gratificante; he asumido con plena responsabilidad las tareas que el cargo demanda; sesiones en comisiones, reuniones con mis compañeras consejeras, encuentros y eventos con distintos actores políticos, sesiones de Consejo General, hasta la participación en la organización e instrumentación de la elección de integrantes del Poder Judicial en el Estado de México, entre otras actividades.

 

Sin la intención de caer en una salamería institucional, puedo decir que he encontrado armonía, tolerancia, pluralidad, respeto, también disensos, pero siempre disposición para el fortalecimiento de nuestra institución en todas mis compañeras consejeras: Patricia Lozano Sanabria, Paula Melgarejo Salgado, Karina Ivonne Vaquera Montoya, y por supuesto nuestra Consejera Presidenta Amalia Pulido Gómez; todas, tendieron su mano franca para recibirnos y trabajar en equipo. Así, somos el único Instituto Electoral en todo el país, integrado en su Consejo General por mujeres.

 

También ha sido pedagógico compartir mesas de trabajo con las representaciones de los partidos políticos, quienes siempre se han conducido con respeto a quienes integramos el Instituto y con lealtad a las organizaciones que representan; cada quien desde su posición asumiendo y defendiendo sus propuestas y puntos de vista.

 

Pero lo más importante ha sido ver el compromiso, la lealtad y el empuje de las centenas de trabajadores en todos sus niveles: Secretaría Ejecutiva, direcciones de área, jefaturas de unidad, para llevar a buen puerto las responsabilidades laborales que a cada uno le toca realizar sin importar horarios, climas ni geografías territoriales, todo se ha realizado con profesionalismo y vocación de servicio; es quizá por esto último que me siento más comprometida en cumplir una convicción que asumí desde el inicio de mi gestión como Consejera Electoral: contribuir a dar estabilidad laboral a todo el personal de nuestra institución y no avalar despidos injustificados, en lo personal así lo he hecho y lo seguiré haciendo porque antes de ser Consejera, soy trabajadora de esta institución. Considero que es de suma importancia, el respeto absoluto a los derechos laborales de todos los servidores electorales.

 

Más allá de los temas de coyuntura, está mi compromiso y disposición a seguir haciendo mi mejor esfuerzo para estar a la altura de nuestra historia institucional.

 

Tenemos en ciernes una reforma electoral impulsada desde la Presidencia de la República y sobre la cual expondré en los foros a los que se ha convocado, mis propuestas y puntos de vista que las resumo en la necesidad de fortalecer nuestras instituciones electorales empezando desde lo local, esto es, mantener y fortalecer a los institutos electorales de los estados, llamados organismos públicos locales,  reasignándoles todas las funciones que la reforma electoral del 2014 les quitó para que las asumiera el Instituto Nacional Electoral; pero también a los organismos públicos locales darles toda la responsabilidad de la organización y elección de personas juzgadoras. 

 

Este ha sido mi mapa de navegación como Consejera Electoral a un año de haber sido designada, y en ese rumbo me mantengo.

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