2024, nueva oportunidad democrática
Escrito por Patricia Lozano SanabriaEste año que inicia nuestro país llevará a cabo el proceso electoral más grande de su historia, pues la totalidad de las entidades federativas concurriremos a comicios locales, a la par de los procesos electorales federales que renovarán la Cámara de Diputados, el Senado y la Presidencia de la República. Dentro de este magno proceso electoral, el Estado de México tendrá una de las elecciones estatales más grandes, toda vez que la ciudadanía mexiquense elegirá 75 diputaciones locales, 125 presidencias municipales, 136 sindicaturas y 966 regidurías, para un total de mil 302 cargos de elección popular. Será un proceso electoral complejo por sus dimensiones, por la cantidad de actores políticos que competirán y por el número de procedimientos que la autoridad electoral debe instrumentar.
No obstante, el reto no puede medirse únicamente a partir del número de votantes, urnas o candidaturas. El éxito de un régimen democrático descansa, sobre todo, en la legitimidad de sus instituciones, la renovación cívica y pacífica del poder público y la participación de la ciudadanía en condiciones de libertad. Lo anterior nos obliga a la sociedad, autoridades, partidos políticos y candidaturas a conducirnos a la altura que las circunstancias nos demandan y a observar, en todo momento, la legalidad de nuestras decisiones.
Una serie de estudios especializados revelan que la democracia atraviesa por una severa crisis a nivel regional e internacional. Los discursos excluyentes, desinformados, xenófobos, polarizantes y violentos han atraído a diversos sectores sociales. El Informe Latinobarómetro 2023 habla, en ese sentido, de una “recesión democrática” en nuestro continente, caracterizada por la erosión de los cimientos democráticos y una marcada pérdida de apoyo a la democracia como forma de gobierno.
De manera preocupante, el informe señala que entre 2010 y 2023 el respaldo a la democracia en la región pasó del 63% al 48% y que, a pesar de periodos de expansión económica, factores como la corrupción, la marginación y la incapacidad de las élites para abordar las desigualdades han sido factores cruciales para la pérdida de confianza en las instituciones democráticas. Nuestro país, al igual que Guatemala, Costa Rica o Venezuela, se cuenta entre las naciones con la caída más pronunciada en el apoyo a la democracia.
Por ello, las autoridades electorales, no solo somos responsables de organizar un proceso electoral más, sino de velar porque la democracia siga siendo la vía predilecta de nuestra sociedad para elegir a sus representantes. Ello solo podrá conseguirse mediante árbitros electorales imparciales y autónomos, que deliberen de cara a la sociedad y que fundamenten sus decisiones en la legalidad y el compromiso social. Para ello, es necesario un comportamiento ejemplar de las personas candidatas y partidos, para que la contienda electoral se desarrolle dentro de los cauces institucionales y las ofertas políticas, cualesquiera que éstas sean, mantengan un compromiso con la tolerancia, el civismo y los derechos humanos.
El IEEM, de la mano de la ciudadanía mexiquense, se encuentra listo para organizar el proceso electoral 2024. Confiamos en que este proceso electoral pase a la historia no solo como el más grande, sino como el más incluyente, paritario y legítimo de nuestra democracia.
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