ELECCIONES EN MÉXICO: UN BALANCE DE 2019 Y LOS RETOS DE 2020
Escrito por Miguel Ángel García HernándezLos cambios a nivel político electoral que se suscitaron durante el 2019, son un buen pretexto para reflexionar en torno a las consecuencias que generaron en la vida democrática del país. Y es que más allá de los resultados de la jornada electoral del 2 de junio que derivaron en un nuevo mapa político en Aguascalientes, Baja California, Durango, Puebla, Quintana Roo y Tamaulipas, conviene apreciar factores extra institucionales con peso relevante en la misma.
Uno de los que podemos mencionar es, sin duda, que tales comicios se enmarcaron en una nueva transición política en el país al ser los primeros que se desarrollan bajo el gobierno del presidente López Obrador. En un contexto en el que el ahora nuevo partido mayoritario goza de un considerable respaldo ciudadano, era de esperar que los candidatos de tal instituto político tuvieran más oportunidades de ser competitivos en lugares donde, históricamente, no había tenido presencia.
Ello pudiera explicar, por ejemplo, el triunfo de los morenistas en las gubernaturas de Baja California y Puebla. Con todo, los partidos de oposición lograron conservar algunas posiciones relevantes (Aguascalientes capital para el Partido Acción Nacional, o la mayoría en el congreso tamaulipeco también para este partido). Eso nos indicaría que, aún y con la influencia de actores nacionales en los estados, los electores de cada entidad ponderan elementos más cercanos a ellos (seguridad, empleo, confianza en las autoridades) lo cual implica escenarios de mayor competencia electoral en municipios y estados.
Otro elemento que vale la pena considerar es el relacionado con la integración de las legislaturas estatales, especialmente en aquellos casos en donde el gobernador en turno no cuenta con la mayoría de su partido. Si bien esto no es algo nuevo en el país, destaca ahora por el hecho de que hay un mosaico multipartidista en todo el territorio, o sea, que no hay una clara hegemonía de un solo partido en todos los ámbitos de gobierno. Esta peculiaridad, abona a la idea de que hay ciertos visos de un proceso de consolidación democrática
Estos saldos electorales, apenas brevemente enumerados, revelan que fenómenos como la alternancia, los gobiernos sin mayoría, un incipiente multipartidismo y la interacción entre autoridades de diversos orígenes partidistas han llegado para quedarse en el sistema político mexicano. Desde luego que se trata de dinámicas propias de un régimen democrático en vías de ser reforzado, pero también implican retos a considerar para que esta inercia no se vea obstaculizada por retrocesos o diseños institucionales mal implementados.
Desde esa óptica, y considerando que este año habrá comicios en Coahuila (diputados) e Hidalgo (ayuntamientos), será interesante observar de qué manera influyen en el ánimo ciudadano factores como los resultados a un año del nuevo gobierno federal, el bono de apoyo MORENA y la presencia de los partidos de oposición, la imagen de los gobernadores de tales estados e, inclusive, el desempeño de los órganos electorales locales en la preparación de la jornada.
En ese sentido, y de cara a las elecciones que se llevarán a cabo en dentro de un año (2021) en nuestra entidad para la renovación de ayuntamientos y la legislatura local, el Instituto Electoral del Estado de México comienza en este año 2020 la preparación de los comicios con una serie de actos que están pensados para llevarlos a buen puerto. En principio, se integrarán los órganos desconcentrados para los cuales se elegirán a vocales municipales y distritales, quienes serán los responsables, de manera coordinada con el Instituto, de desplegar los recursos humanos y materiales necesarios para la instalación de casillas, mesas directivas y demás componentes de la jornada electoral que se efectuará el 7 de junio de 2021.
Finalmente, aunque el sistema electoral mexicano se ha ido fortaleciendo a lo largo de los últimos años, es fundamental que se siga alentando la participación del electorado a través del sufragio –mínimo indispensable para la pacífica renovación del poder público- para así estar en posibilidades de tener una sana y efectiva democratización en México.
¡Hasta pronto!
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