Acerca de las elecciones concurrentes (Primera parte: jornadas electorales)
Escrito por Francisco Bello CoronaPara este dos mil veintidós en México no se realizarán elecciones federales, sin embargo, seis estados (Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas) llevarán a cabo elecciones locales ordinarias para la renovación de distintos cargos. Además, en algunas entidades se tienen previstas elecciones extraordinarias (por ejemplo: Puebla y el estado de México). En cuanto a los demás países de América Latina, se prevé que Colombia, Costa Rica y Brasil celebren comicios federales para renovar, respectivamente y en ese orden: la Presidencia y la Asamblea Legislativa; la Cámara de Representantes y la Presidencia; el senado, la Presidencia y la Cámara de Diputados.
Llama la atención que, a diferencia de lo que ocurre en el caso mexicano, en los tres países mencionados se celebrarán jornadas electorales en fecha diferente para renovar los diversos cargos. En México se ha buscado que los poderes, tanto federales como estatales, se renueven en una sola jornada electoral. Así, en algunos casos se puede llegar a votar el mismo día por la presidencia federal, la gubernatura, la presidencia municipal (e integrantes de los ayuntamientos), así como los congresos federal y local.
En ese sentido, considero que es importante reflexionar acerca de la pertinencia de llevar a cabo las elecciones a los distintos cargos de elección popular de manera simultánea o si sería más adecuado hacerlo en jornadas electorales específicas.
Por un lado, valdría la pena responder cuál es el impacto que se genera en la ciudadanía cuando precisamente se llevan a cabo procesos electorales concurrentes para elegir distintos cargos. Esta cuestión resulta muy relevante en virtud del llamado “efecto arrastre”, el cual se presenta cuando la candidatura presidencial influye en gran medida y en muchos casos determina el sentido del voto de la ciudadanía respecto de los demás cargos que se eligen, sin que se analicen detenidamente todas las candidaturas que se presentan.
Por otro lado, también debemos revisar lo que se ha nombrado como “ingeniería electoral”. En el caso concreto, se debe estudiar y determinar cuál es el impacto que tiene para los institutos electorales y los tribunales, el que se voten en una sola jornada electoral varias candidaturas. A manera de ejemplo, debido a la enorme concentración de asuntos de diversas elecciones, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, reiteradamente ha tenido que discutir y resolver en una sola sesión más de cien asuntos. Así, se debe valorar si tener procesos electorales no concurrentes permitiría que los órganos jurisdiccionales resuelvan con plazos más amplios y emitan criterios con mayor reflexión.
Al tenor anterior, con el objetivo de mejorar nuestro sistema democrático, considero que debemos considerar y estudiar otras fórmulas y experiencias, sobre todo las de democracias con sistemas de gobierno similares al nuestro.
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