En un Estado de derecho, la cita con las urnas siempre es un buen indicio. En una democracia no existe mejor instrumento para tomar decisiones colectivas que mediante el ejercicio de un voto libre, responsable, razonado y auténtico. Solamente la ciudadanía debe tener el poder de elegir a sus representantes populares, así como de ratificar o retirar su confianza en ellos durante el ejercicio de su encargo público.
En ese sentido, en este año que comienza, la ciudadanía mexicana está convocada a las urnas en seis entidades federativas. Los estados de Aguascalientes, Hidalgo, Oaxaca y Tamaulipas llevarán a cabo sendos procesos electorales para renovar sus gubernaturas, mientras que Durango y Quintana Roo, además de sus titulares del Poder Ejecutivo, elegirán autoridades municipales y diputados locales, respectivamente. No menos importante es la elección extraordinaria que en el Estado de México llevaremos a cabo en el municipio de Atlautla, en virtud de la resolución de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Para las autoridades electorales de todo el país organizar los procesos electorales implicará enfrentar diversos retos. Nuevamente tendremos que implementar estrictos protocolos sanitarios en todas y cada una de las etapas del proceso electoral, privilegiando el trabajo remoto, en los casos donde sea posible, y el aprovechamiento de las tecnologías para agilizar y facilitar procesos. Asimismo, se exhortará a que personas candidatas, partidos y coaliciones observen en todo momento las indicaciones de las autoridades de salud para ajustar las campañas electorales y evitar prácticas que pongan en riesgo la salud de la ciudadanía.
Por otra parte, en diversas regiones del territorio nacional la incidencia delictiva y la violencia son factores que deben atenderse para evitar, a toda costa, que su presencia influya en los procesos electorales. Toca a las autoridades electorales vigilar la aplicación de las leyes electorales en este rubro y servir como canal de comunicación permanente con candidatos y candidatas para evitar la comisión de actos de Violencia Política en Contra de las Mujeres por Razones de Género. A propósito de este último punto, autoridades electorales y actores políticos tendrán que velar y comprometerse con el cabal cumplimiento de las medidas de paridad de género mandatadas por la Constitución General.
Finalmente, debemos entender que la contienda electoral se caracteriza por ejercicios de contraste y debate de ideas, pero también que debe regirse por el diálogo, la competencia cívica y la observancia de la legalidad. Al margen de los resultados que arrojen los comicios de 2022, la ciudadanía mexicana ha manifestado en reiteradas ocasiones su confianza en el papel que desempeñan las autoridades electorales. Aunque siempre es perfectible, nuestro sistema electoral ha permitido la alternancia, ha fortalecido la legitimidad democrática y ha demostrado regirse por los principios de certeza, legalidad, independencia, imparcialidad, máxima publicidad, objetividad y paridad.
La agenda electoral de 2022 es una nueva oportunidad para demostrar la madurez de la ciudadanía y el papel decisivo que desempeñan las autoridades electorales locales en la construcción de la democracia en nuestro país.
Conéctate