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Miércoles, 03 Noviembre 2021 09:00

El Instituto Electoral del Estado de México

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Sin lugar a duda, uno de los retos más grandes que México ha enfrentado para lograr la consolidación de su democracia es la creación de instituciones. Esta aspiración democrática ha tenido un largo camino cuyos cimientos (en la época moderna) podemos advertirlos desde 1977, cuando se sentaron las bases para construir un sistema de partidos políticos. No obstante, pasaron casi dos décadas para que, en 1996, y producto de la exigencia de la ciudadanía y otros actores políticos, se diera inicio a la construcción de instituciones, administrativas y jurisdiccionales, que gozaran de autonomía y aseguraran imparcialidad y certeza al momento de organizar y calificar las elecciones.

 

En este orden de ideas, si bien se reconoce que las instituciones (cualquiera que sea su naturaleza y función) son mucho más que quienes las presiden o integran sus órganos de dirección y, sobre todo, que no le pertenecen a nadie que no sea la sociedad en su conjunto, parece que esto se está olvidando. En efecto, en fechas recientes se ha producido una ola de críticas y descalificaciones al trabajo de décadas, solamente porque ciertos perfiles de quienes están al frente de nuestras instituciones no son del agrado de algunos sectores sociales y políticos. Desde luego, la crítica constructiva siempre debe ser bienvenida, pues estoy cierto que toda institución siempre será perfectible.

 

Por lo anterior, me parece indispensable valorar el hecho de que nuestro Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) es una institución fundamental en el camino a la consolidación democrática de nuestra entidad. Conformado por cientos de personas, el Instituto no somos ni nos pertenece a quienes en este momento integramos su Consejo General; el Instituto es y somos todas las personas que hemos trabajado en él, y le pertenece a la ciudadanía mexiquense.

 

A este tenor, si bien el Consejo General tiene una vacante desde hace ya bastantes meses, lo cierto es que, como institución, el IEEM no ha dejado de trabajar; al contrario, se han redoblado los esfuerzos, logrando así (en coordinación con el INE), la organización de la pasada elección ordinaria para la renovación de los ayuntamientos y la integración del Congreso local; además, en este momento se desarrolla la elección extraordinaria del ayuntamiento de Nextlalpan. En sus casi veintiséis años, el IEEM ha demostrado que es eficaz y, por supuesto, perfectible. Al seno de su Consejo General se han presentado diversos puntos de vista, generando así debates y discusiones, naturales de un órgano colegiado.

 

Las instituciones no se edifican de un día a otro, son producto de esfuerzos conjuntos, reformas, adecuaciones y el trabajo de muchos años. No hay en el mundo ninguna institución perfecta, pero todas pueden mejorarse y eso nos debe animar a seguir trabajando. Que no quepa duda que así lo haremos, buscando siempre responder adecuadamente a la ciudadanía y contribuir a la consolidación de nuestra democracia.

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