El ejercicio del poder desde el liderazgo femenino de la Presidenta Claudia Sheinbaum
Escrito por Karina Ivonne Vaquera MontoyaEl camino que se ha tenido que recorrer para que las mujeres arribemos a cargos de poder ha estado minado, hay que decirlo con claridad, por muchos hombres que han abonado a la construcción de una hegemonía machista-patriarcal impuesta por el género masculino cuyo contenido radica en decir cómo debe percibirse y ejercerse el poder.
Esto es parte del patriarcado, que es mucho más que una cultura androcéntrica de encierros aislados y diferenciados que excluye a las mujeres y disciplina sus cuerpos.
Es una visión antropológica del mundo, una manera de ser y entender las relaciones en sociedad, que se materializa en el propio diseño societario: desde las propias instituciones del sistema político.
El patriarcado, prefigura las relaciones sociales desde la subordinación y desvalorización de lo femenino, porque opera como un sistema de ingeniería social y control sobre la reproducción social de las mujeres1
A pesar de ello, las distintas olas del feminismo han resistido y con esa búsqueda y exigencia de la igualdad sustantiva muchas mujeres hoy nos encontramos ejerciendo cargos de toma de decisiones con relevancia, luchando aún contra ese patriarcado.
Un ejemplo de este avance es la presidenta Claudia Sheinbaum, ella misma tuvo que pasar adversidades y vicisitudes antes de ser designada como la candidata de Morena y partidos aliados, recordemos que fue la única mujer contendiendo internamente con 4 hombres.
Es histórico que nuestro país cuente con ella como la primera presidenta de México. Una mujer con una amplia trayectoria que la respalda desde su participación en temas políticos siendo muy joven en nuestra máxima casa de estudios la UNAM y que en 7 meses de ejercicio no solo ha librado batallas internas y externas que dan claro ejemplo de que las mujeres no solo podemos llegar sino gobernar y tomar decisiones.
En estos últimos días, la presidenta ha dado un claro ejemplo de un liderazgo femenino que no solo impulsa sino materializa una agenda democrática.
Su iniciativa de ley sobre la prohibición del nepotismo nos habla de ello y a pesar de que en el Senado se modificó para aplicarse al 2030, la carta que envió al Congreso efectuado en su partido Morena el pasado domingo 4 de mayo, permite ver que su actuar será decisivo para que muchas mujeres logren desligarse totalmente de los yugos patriarcales y de esa sumisión que ha generado la masculinización de las mujeres en el ejercicio del poder.
Será interesante ver, llegado el momento, si el patriarcado a través de liderazgos masculinos decide no cumplir o impugnar la normativa interna usando sus derechos político electorales como norma y no como principios.
1Rodríguez Prieto, Rafael, Seco Martínez ,José María. “Patriarcado y Política”, Revista Internacional de Sociologia (RIS) Vol. LXIV, No.45, septiembre-diciembre2006, ISSN 0034-9272, pp. 171-196
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