72 AÑOS DEL VOTO DE LAS MUJERES EN MÉXICO
El derecho de las mujeres de votar y ser electas para algún cargo de elección popular a nivel federal en nuestro país, en el año de 1953, fue producto de muchas luchas para conquistar derechos políticos y sociales, en las cuales participaron mujeres de distintas generaciones, que también demandaban derecho a la educación, a un trabajo en mejores condiciones y bien remunerado, a una buena atención médica, a una buena alimentación. Aún siguen pendientes estos temas.
La Historia apunta que para el caso del Estado de México, el 24 de julio de 1951, se reconoce el derecho del voto a la mujer, pero para participar exclusivamente en elecciones municipales en igualdad de condiciones que los hombres, es decir, podían votar y tenían derecho a ser votadas. Dos años más tarde se reconocería este derecho, a nivel federal, para todos los cargos de elección popular. A partir de entonces las mujeres han ido ganando terreno paulatinamente en el espacio público para dejar oír su voz y sus demandas.
En fechas recientes el Instituto Nacional Electoral dio a conocer el Estudio Muestral de la Participación Ciudadana 2024; dicho Estudio se realizó con el propósito de conocer las características de la población que votó en las elecciones de 2024. De este análisis y de manera general se destaca que las mujeres son más participativas en los procesos electorales con su voto y esto es una conducta consistente desde el año 2003. Un dato que llama la atención es el de los grupos de 19 a 34 años de edad, que registran una baja participación en los procesos electorales.
La participación de las mujeres en las elecciones solo cumple una parte de la conquista primigenea, es decir, sí acude a las urnas a depositar su voto, pero sigue siendo relegada en el acceso a los cargos de elección y para poder llegar a ellos, se han tomado medidas que garanticen su inclusión. Pero la lucha no termina ahí, junto con los avances en materia de paridad electoral ahora se enfrenta la violencia política contra las mujeres en razón de género que se vuelve intimidante en todas las esferas que se practica, pero más, la que se expresa a través de redes sociales. Por cierto, asignatura pendiente de normar. Esto significa que debemos redoblar esfuerzos para que nuestros derechos sean respetados, reconocidos plenamente y que podamos hacer política en un ambiente pacífico.
Otro tema lastimoso para las mujeres son los feminicidios, los cuales deben ser erradicados completamente de nuestra sociedad; que decir de los diferentes tipos de violencia que enfrentamos las mujeres en distintas etapas de nuestra vida; esto no debe ser parte de nuestra cotidianidad; ningún tipo de violencia debe ser normalizado porque de lo contrario estaremos constatando que vivimos y tenemos una sociedad carente de valores.
Ante los adelantos tecnológicos que nuestra sociedad y el mundo globalizado están viviendo, las mujeres tenemos que estar preparadas para los desafíos que implica la nueva revolución de la inteligencia artificial y la robótica, para que no terminemos siendo relegadas y marginadas por los algoritmos.
Las mujeres conquistamos un derecho político electoral, pero aún tenemos muchos retos que asumir y enfrentar en varias esferas de la vida diaria; desde todos los espacios donde estemos, debemos seguir alzando la voz en demanda de respeto, tolerancia, inclusión, visibilización.
Como mujeres nuestro derecho a soñar y a ser felices debe ser una realidad en México y no una utopía.
REFORMA ELECTORAL DESDE LO LOCAL
La reforma electoral que viene plantea la discusión de varios temas que pretenden ajustar el sistema electoral; desde el punto de vista histórico, estamos en la etapa de lo que he denominado “imperfecta paz electoral” que significa encontrar el espacio donde se pueden intercambiar opiniones diversas, no obstante tener posiciones diametralmente opuestas para alcanzar soluciones colectivas y plurales con un solo objetivo: fortalecer los mecanismos para la disputa del poder político por medios pacíficos y democráticos, sin violencias de ningún tipo.
Se trata entonces de poner en práctica el diálogo, el acuerdo, el consenso y el reconocimiento de la pluralidad. No tiene cabida la descalificación anticipada. Los temas han sido puestos sobre la mesa y todos ellos sin duda arrojarán distintas enseñanzas. Desde lo local, preocupa la visión centralista y negativa que se tiene de los trabajos que desarrollan los institutos electorales en los estados, a los que desde la reforma del año 2014 se les denomina genéricamente organismos públicos locales, a los cuales, ahora en esta reforma se pretende que desaparezcan.
El primer planteamiento y la primera propuesta para entrar a debate, es que se debe reconocer la importancia de los trabajos de los institutos electorales locales en la planeación, desarrollo y vigilancia de los procesos electorales en los que se eligen gubernaturas, diputaciones locales, miembros de ayuntamientos y personas juzgadoras. Si bien la reforma de 2014 estableció cierta corresponsabilidad de algunas actividades entre la institución nacional electoral y los institutos electorales en las entidades, son estos últimos quienes tienen la responsabilidad de sus procesos electorales.
La experiencia y el profesionalismo que han acumulado en ya casi tres décadas avalan los trabajos de los organismos públicos locales; prueba de ello ha sido la reciente elección del Poder Judicial, de la cual, en las entidades donde hubo esta contienda electoral, los institutos electorales supieron afrontar con ese profesionalismo y compromiso institucional, esta elección inédita.
Lo local implica actividades particulares y conjuntas, pero diferenciadas y coordinadas con la autoridad federal, así ha funcionado el sistema desde el año 2014; en esta nueva reforma es pertinente que se analice la viabilidad de otorgar a los institutos de los estados todas las atribuciones que antes de aquella reforma tenían.
Las tareas de capacitación, de organización electoral, de fiscalización, los procesos informáticos y de cómputos, las tareas que corresponden a los partidos políticos y las candidaturas independientes, son solo algunas de las muchas actividades que pueden ser desarrolladas totalmente por los organismos públicos locales; lo anterior, implicaría aminorar el costo electoral y la enorme carga de atribuciones y funciones que se le han incrementado a la institución electoral nacional.
Muy sano sería también que en la próxima reforma, se estableciera que las instituciones electorales asuman la responsabilidad total de la selección de personas juzgadoras; los tres poderes del Estado, actualmente con la atribución que la ley les confiere para determinar quiénes son las personas candidatas del Poder Judicial, ponen en tela de juicio la imparcialidad y credibilidad de esta elección.
Qué tan capaces seremos de construir nuevas reglas electorales colectiva y pacíficamente, es lo que tenemos en puerta y habremos de dilucidar en poco tiempo. De los resultados obtenidos sabremos qué tipo de sociedad estamos construyendo.
UN AÑO
Hoy hace un año fui designada como Consejera Electoral, del órgano superior de dirección del Instituto Electoral del Estado de México, como parte de la renovación periódica y escalonada que se da en las instituciones electorales federal y locales. Dos compañeras también fueron designadas como Consejeras Electorales: July Erika Armenta Paulino y Flor Angeli Vieyra Vázquez. Un año de andar juntas.
La tarea no ha sido fácil pero sí gratificante; he asumido con plena responsabilidad las tareas que el cargo demanda; sesiones en comisiones, reuniones con mis compañeras consejeras, encuentros y eventos con distintos actores políticos, sesiones de Consejo General, hasta la participación en la organización e instrumentación de la elección de integrantes del Poder Judicial en el Estado de México, entre otras actividades.
Sin la intención de caer en una salamería institucional, puedo decir que he encontrado armonía, tolerancia, pluralidad, respeto, también disensos, pero siempre disposición para el fortalecimiento de nuestra institución en todas mis compañeras consejeras: Patricia Lozano Sanabria, Paula Melgarejo Salgado, Karina Ivonne Vaquera Montoya, y por supuesto nuestra Consejera Presidenta Amalia Pulido Gómez; todas, tendieron su mano franca para recibirnos y trabajar en equipo. Así, somos el único Instituto Electoral en todo el país, integrado en su Consejo General por mujeres.
También ha sido pedagógico compartir mesas de trabajo con las representaciones de los partidos políticos, quienes siempre se han conducido con respeto a quienes integramos el Instituto y con lealtad a las organizaciones que representan; cada quien desde su posición asumiendo y defendiendo sus propuestas y puntos de vista.
Pero lo más importante ha sido ver el compromiso, la lealtad y el empuje de las centenas de trabajadores en todos sus niveles: Secretaría Ejecutiva, direcciones de área, jefaturas de unidad, para llevar a buen puerto las responsabilidades laborales que a cada uno le toca realizar sin importar horarios, climas ni geografías territoriales, todo se ha realizado con profesionalismo y vocación de servicio; es quizá por esto último que me siento más comprometida en cumplir una convicción que asumí desde el inicio de mi gestión como Consejera Electoral: contribuir a dar estabilidad laboral a todo el personal de nuestra institución y no avalar despidos injustificados, en lo personal así lo he hecho y lo seguiré haciendo porque antes de ser Consejera, soy trabajadora de esta institución. Considero que es de suma importancia, el respeto absoluto a los derechos laborales de todos los servidores electorales.
Más allá de los temas de coyuntura, está mi compromiso y disposición a seguir haciendo mi mejor esfuerzo para estar a la altura de nuestra historia institucional.
Tenemos en ciernes una reforma electoral impulsada desde la Presidencia de la República y sobre la cual expondré en los foros a los que se ha convocado, mis propuestas y puntos de vista que las resumo en la necesidad de fortalecer nuestras instituciones electorales empezando desde lo local, esto es, mantener y fortalecer a los institutos electorales de los estados, llamados organismos públicos locales, reasignándoles todas las funciones que la reforma electoral del 2014 les quitó para que las asumiera el Instituto Nacional Electoral; pero también a los organismos públicos locales darles toda la responsabilidad de la organización y elección de personas juzgadoras.
Este ha sido mi mapa de navegación como Consejera Electoral a un año de haber sido designada, y en ese rumbo me mantengo.
ACORDEONES
Vivimos en una sociedad en la cual hemos sido educados para condenar el uso de los acordeones porque sirven para hacer trampa, es decir, los vemos en su versión negativa olvidando e ignorando que también tienen una cara positiva.
Seguramente hemos visto alguna vez en un juego de futbol americano profesional, que en la propia cancha los mariscales de campo, generalmente en una de las muñecas de sus brazos, traen anotaciones sobre las jugadas a realizar; también ocurre algo similar en el caso del futbol “soccer”; recientemente se disputó la final de la “Champions” femenil entre España e Inglaterra, donde algunas televisoras pasaron imágenes en las cuales se veía a las porteras de ambas selecciones recibir unos papelitos que ellas vieron y guardaron, seguramente en ellos venían datos sobre las tiradoras adversarias.
En otros ejemplos; muchos hemos leído algún libro o visto una película y hacemos anotaciones o resúmenes de lo más destacado. Dicho lo anterior, podemos concluir que un acordeón es una anotación, un resumen o un recordatorio sobre algún tema de nuestro interés, donde lo más relevante es el uso que hagamos de él: si es para reforzar o recordar una idea, o para hacer alguna trampa.
Todo esto viene a colación porque a raíz de la reciente elección de personas juzgadoras hubo un uso indiscriminado de acordeones, en muchos casos como un recordatorio de las personas por las que el electorado deseaba votar, pero en muchos otros lamentablemente, fue para orientar el voto a favor de determinadas candidaturas de manera clientelar; la coacción del voto a través de esta práctica es totalmente reprobable.
La complejidad de esta elección por el número de candidatos y cargos a elegir, propició el uso de acordeones de todo tipo y con distintos fines.
La primera conclusión que podemos anotar por contradictoria que parezca es real: el problema no es el acordeón sino el uso que se la da y los fines que se persiguen con su utilización. Una segunda conclusión es que, si queremos eliminar esta práctica negativa de los acordeones en la elección de integrantes del Poder Judicial, debemos simplificarla para poder hacer menos compleja la emisión del voto de los ciudadanos. La tercera conclusión es que, para materializar las dos primeras se debe tener en la agenda legislativa, una nueva reforma de las leyes respectivas que tomen en cuenta las opiniones y experiencias que vivieron la ciudadanía, los órganos electorales, los propios partidos políticos, los sectores académicos, la sociedad civil.
Cabría preguntarnos ¿por qué en elecciones concurrentes de integrantes de los Poderes Ejecutivo y Legislativo federal y locales no se usa un acordeón, no obstante, la existencia simultánea de varias boletas y muchas candidaturas?, ¿hacen falta los logotipos partidarios?, ¿los tres poderes deben seguir haciendo la primera parte de la elección de personas juzgadoras?, ¿no son los órganos electorales quienes deben hacer todo el proceso de selección apoyándose en los mismos comités de evaluación?, ¿se debería permitir a candidaturas de distintas especialidades agruparse por algún color o por listados en planillas?, ¿por qué las candidaturas de personas juzgadoras no tienen representantes en los órganos electorales y las de los partidos políticos sí; es esto equitativo en una contienda electoral?, ¿por qué no tienen financiamiento público y las candidaturas independientes que no están vinculadas con partidos sí?, ¿por qué no tienen acceso a tiempos en radio y televisión?
Estas y otras muchas preguntas sobre procedimientos específicamente técnicos que corresponden a los órganos electorales, tienen que atenderse en una deliberación franca y respetuosa sobre la elección del Poder Judicial.
En resumen, mientras se mantenga el sistema electivo actual, erradicar el uso de acordeones será una tarea difícil de erradicar y continuará existiendo un terreno fértil para el clientelismo electoral; una reforma consensada está pendiente.
OTRA VEZ SEPTIEMBRE
Desde que comencé a publicar artículos en algunos medios de comunicación, siempre había expresado mis opiniones sobre temas electorales relacionados con el Estado de México o con nuestro país, sin embargo, ahora permítanme retomar con profundo respeto, la tragedia humana vivida en los últimos días que ha enlutado decenas de hogares y que ha sacudido la conciencia y el alma de millones de mexicanos.
Martín Arellano Solorio se llamaba el periodista quién en sus últimas horas de vida, solicitó ayuda médica ante síntomas de pre-infarto que estaba presentando, cuando finamente logró ser atendido por una institución médica, fue para ser puesto en una camilla y colocado en el pasillo de una clínica del IMSS en Mazatlán, Sinaloa; fue hasta que le dio un paro respiratorio que recibió atención médica especializada, pero fue muy tarde, pocos minutos después lamentablemente murió.
La crónica de auxilio de este suceso la inició el propio periodista el viernes 4 de septiembre y en la segunda hora del día 5 del mismo mes dejó de existir.
El lunes 8 de septiembre en la mañana, por los rumbos de Atlacomulco un tren arrolló a un autobús de pasajeros dejando un saldo de varios heridos y diez personas fallecidas. Vecinos, testigos y videos dan cuenta de que el autobús quiso ganarle el paso al tren. El único señalamiento preventivo existente en el lugar, era una lámina en color rojo que decía ALTO. No hay ninguna pluma automatizada que suba y baje para obligar a los conductores a hacer alto total y no desafiar el paso del ferrocarril; pero este mecanismo automatizado no existe ni ahí ni en muchos otros lugares de nuestro país ante el cruce de tren.
Apenas dos días después, el 11 de septiembre, se registró el estallido de una pipa de gas en el llamado Puente de la Concordia localizado en uno de los paraderos más transitados de la Ciudad de México dejando también varios heridos y personas fallecidas. Hasta ahora dos parecen ser las causas de este fatal accidente: una el exceso de velocidad de la pipa, la otra, los baches existentes en la vialidad. Habrá que esperar los resultados al respecto de los especialistas en la materia.
Nuevamente un mes de septiembre enluta al país y a decenas de hogares mexicanos. Nos deben sacudir estos acontecimientos y debemos reflexionar sobre la adopción y práctica de una mejor política preventiva no solo por parte de las autoridades, sino de la ciudadanía y la población en general.
Las autoridades de los distintos órdenes de gobierno a nivel federal y estatal, deben estar permanentemente informados de la situación que guarda su administración; la estructura gubernamental ha sido diseñada para definir responsabilidades y para poder instrumentar las acciones y estrategias pertinentes que atiendan cualquier tipo de eventualidad.
Varios son los temas que en este mes de septiembre habrán de discutirse a nivel federal y local, pero sin duda uno de los prioritarios que debe atenderse con urgencia es la Prevención.
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