Elecciones en Brasil
El próximo domingo hay elecciones presidenciales en Brasil. Estos comicios son fundamentales en términos de la disputa entre dos propuestas políticas diametralmente opuestas: las del presidente Bolsonaro y el expresidente Lula da Silva.
Pero para las personas interesadas en la materia electoral, el proceso brasileño ofrece una perspectiva adicional: arroja luz sobre algunos de los temas que se han ventilado de cara a una eventual reforma constitucional en México.
Primero, es una elección a dos rondas en la que participan once candidaturas. El ambiente político altamente polarizado de los comicios brasileños permitirá evaluar una de las ventajas que la teoría suele atribuir a los sistemas de dos vueltas: la de dotar de mayor legitimidad política a la candidatura triunfadora. ¿Será? Las encuestas sugieren una alta probabilidad de que los dos candidatos punteros vayan a segunda vuelta.
En segundo término, los comicios del país sudamericano ofrecen ocasión para revisar el modelo centralizado de administración electoral que algunos sugieren para México. En Brasil las entidades federativas no cuentan con órganos electorales propios: es el Tribunal Superior Electoral el responsable de organizar y juzgar elecciones federales y locales. Ello, sin embargo, no produce las economías que a primera vista pudieran pensarse, toda vez que la estructura debe desconcentrarse en 27 tribunales regionales y 2 mil 625 jueces electorales.
Varias iniciativas de reforma electoral mexicanas coinciden en la idea de avanzar hacia el uso de tecnologías para la emisión del sufragio. Brasil es ícono mundial en urnas electrónicas. Las usa desde 1996, con altos grados de confianza por parte de la ciudadanía.
Dos claves explican su aceptación. Por un lado, su sencillez. Intencionalmente se diseñan de manera que no se conecten a internet, no impriman comprobantes de votación y no sirvan para realizar cualquier función distinta que el voto. Por el otro lado, en cada elección las autoridades ofrecen a partidos y ciudadanía un conjunto amplio de demostraciones de que las urnas computan adecuadamente los votos.
El cuarto elemento a observar de las elecciones brasileñas es su estrategia de combate a las noticias falsas. A partir de una alianza entre autoridades, medios de comunicación y organizaciones se brinda información oficial accesible, se capacita sobre el uso responsable de redes y se responde con oportunidad a la información engañosa.
Un quinto elemento de las elecciones brasileñas no está considerado en las iniciativas mexicanas, pero se está valorando en otras naciones. En Brasil, el voto de los jóvenes de 16 y 17 años está permitido. No hay gran afluencia, pero es un símbolo de pertenencia a la comunidad política.
La experiencia internacional arroja información sobre las propuestas vertidas para el caso mexicano. Conviene dar seguimiento a las elecciones en Brasil.
POR AMALIA PULIDO
PRESIDENTA DEL INSTITUTO ELECTORAL DEL ESTADO DE MÉXICO
@PULIDO_AMALIA
Mexiquenses, sin fronteras
La Constitución del Edomex reconoce el derecho de sus oriundos a votar desde el extranjero. Ahí uno de los retos más importantes en el año 2023
Jamás una entidad federativa ha tenido una elección tan grande. El próximo año más de 12 millones de mexiquenses estarán convocados a elegir gubernatura.
Pero en lo que pocos han reparado es que esa comunidad política habita dentro y fuera del país. Particularmente desde el año 2015, el Estado de México se ha convertido en una de las entidades más expulsoras de personas. La Constitución local reconoce el derecho de sus oriundos a votar desde el extranjero.
Ahí uno de los retos más importantes en el año 2023. Las reglas electorales mexicanas han inhibido la participación de quienes viven fuera del país. Tenemos una nueva oportunidad para revertir esa situación.
Ante ese desafío, celebro que en los comicios de Coahuila y Estado de México se vaya a poner en marcha una nueva modalidad de votación. El viejo anhelo de que la ciudadanía migrante pueda votar en sedes consulares se pilotará en Los Ángeles, Dallas, Chicago y Montreal.
Ser el primero requiere cuidar todos los detalles. Por ello, la semana pasada participé en un diálogo entre las autoridades electorales nacionales y locales (Coahuila y Estado de México), académicos, organizaciones de migrantes y activistas. Juntos pensamos cómo evitar las posibles vulnerabilidades del modelo de voto presencial que se instrumentará en el extranjero.
Esta nueva modalidad se suma a dos que nuestro país ha implementado con éxito. En 2023, quienes residan en el extranjero y tengan Credencial para Votar de Coahuila o el Estado de México podrán votar por correo, por internet, o bien por la novedosa opción presencial.
De hecho, las mesas de votación instaladas en los consulados no ocuparán boletas en papel, sino que aprovecharán la tecnología del voto por internet.
Hay buena disposición de los mexiquenses en el extranjero; 117 mil ya solicitaron una credencial para votar foránea. Sin embargo, únicamente 26 mil credenciales han sido entregadas en el domicilio del votante y posteriormente activadas.
La ruta de trabajo es clara: hay que promover el trámite de credenciales, su activación y la inscripción al listado nominal de electores residentes en el extranjero. El tiempo apremia, pues la inscripción es el 1 de septiembre.
Además, hay que hacer una intensa campaña de comunicación focalizada sobre las y los ciudadanos mexiquenses, ya sea que residan en Estados Unidos o en algún otro lugar del mundo. Hay que promover al voto como una prerrogativa ciudadana y encontrar las opciones para que quienes quieran hacerlo puedan emitir un voto informado.
Esto último cobra vigencia a la luz de un dispositivo –anacrónico pero vigente– que prohíbe la realización de campañas fuera del país.
En el Instituto Electoral del Estado de México tenemos clara la deuda histórica que tenemos con los migrantes. Por ello, asumimos el voto extraterritorial con responsabilidad.
El sufragio mexiquense debe ser libre, seguro y confiable, lo mismo en Nezahualcóyotl, Ecatepec, Toluca o cualquier otro lugar del mundo.
POR AMALIA PULIDO
PRESIDENTA DEL INSTITUTO ELECTORAL DEL ESTADO DE MÉXICO
@PULIDO_AMALIA
Instituciones electorales locales
Sorprende que algunas de las propuestas de reforma que se discuten en el Congreso propongan desmantelarlas
El pacto federal asumido por el Estado mexicano requiere de instituciones locales fuertes. Esta idea no es nueva. Parte de reconocer que dentro de un mismo país puede haber enorme heterogeneidad. En el plano político, esas diferencias explican que, en federaciones como Argentina, Estados Unidos y México las elecciones subnacionales se resuelven conforme a reglas acordadas en el plano subnacional y ejecutadas por autoridades locales.
Por eso sorprende que algunas de las propuestas de reforma que se están discutiendo en el Congreso mexicano propongan desmantelar los institutos y tribunales electorales locales. De concretarse, esas ideas irían a contrapelo de los avances para fortalecer el federalismo mexicano y echarían por la borda un cuarto de siglo de aprendizaje institucional.
¿Qué se ganaría? Veamos algunos argumentos.
Redundancias. Hay quienes afirman que el INE hace las mismas funciones que los Institutos Electorales locales. Lo cierto es que, para las elecciones locales, la Constitución establece funciones como el registro de candidaturas, los resultados preliminares o los cómputos que son exclusivas de los órganos locales. Por poner un ejemplo, en el proceso concurrente 2021 el Instituto Electoral del Estado de México administró elecciones a casi 1,300 cargos electivos. Ello implicó revisar la documentación de 12,600 mil candidaturas, el doble que la autoridad nacional.
Homogeneidad. Algunas posturas consideran que organizar elecciones es igual en todo el país. Hay diferencias profundas. En Oaxaca, por ejemplo, hay 417 municipios que eligen a sus autoridades por sistemas normativos indígenas. Todos esos comicios son administrados por el órgano electoral local.
Frecuencia. Hay quienes asumen que todos los comicios en el país tienen la misma ciclicidad. Lo cierto es que, en entidades como el Estado de México, las elecciones de Gubernatura se realizan en el año previo a las de diputaciones y ayuntamientos. En la Ciudad de México el presupuesto participativo se elige cada año.
Más allá de que las iniciativas de reforma partan de premisas falsas, hay dos argumentos que sostienen la idoneidad de preservar los institutos electorales locales.
Por un lado, la conveniencia de mantener en el terreno local los conflictos subnacionales. Llevar a Viaducto Tlalpan todas las diputas locales podría llevar a la parálisis a una mesa de por si saturada de funciones.
Por el otro lado, una reforma como la propuesta podría inhibir esa fuente de buenas prácticas que han sido los institutos locales. No se puede soslayar la urna electrónica del Coahuila, Jalisco o Ciudad de México; las contribuciones a la transparencia en lenguas originarias del Estado de México, o la solidez de los centros de formación mexiquense y jalisciense.
Los institutos electorales locales del país han sido sostén de la transición democrática, de la periferia al centro. Conviene preservarlos.
POR AMALIA PULIDO
PRESIDENTA DEL INSTITUTO ELECTORAL DEL ESTADO DE MÉXICO
@PULIDO_AMALIA
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