De acuerdo con Benito Martínez Ramírez, académico de la Universidad de Guadalajara, existen expresiones por parte de actores políticos, militantes, simpatizantes e incluso hasta de voceros oficiales y representantes que no cesan de promover y difundir, por cualquier medio, campañas de desprestigio, desacreditación y de odio en contra de sus adversarios, utilizando para ello, el menor pretexto, fundado o infundado, del que puedan echar mano para lograr sus propósitos particulares[1] algo que se denomina también guerra sucia.
No es nuevo, el académico expresó como ejemplo de este tipo de guerra sucia la que se dio en 2006 en contra de Andrés Manuel López Obrador candidato por la coalición de los partidos políticos PRD, PT y Convergencia, en donde manifestó la difusión de mensajes negativos en medios masivos de comunicación, que lograron, de acuerdo a diversos estudios, su cometido en 2006.
Las campañas concluyen el 31 de mayo y seria correcto contar con un estudio y análisis cuantitativo y cualitativo de los mensajes que hay en las redes sociales sobre ambas candidatas, los tuits negativos y las palabras que se emplean. ¿Hay guerra sucia?¿has identificado este tipo de mensajes? ¿son personas o son bots?
La violencia y guerra sucia que se gesta en las redes no solo debe ser visibilizada sino sancionada. El informe Polarización y redes sociales… coordinado por Sergio Aguayo expresa que la polarización en sí no es mala pero sí lo es cuando es aguda y lo que hay son ataques sistemáticos de violencia; más aún cuando es contra una mujer y se utilice además el discurso de odio para aniquilar o desmovilizar a la figura rival.
Cualquier forma de comunicación de palabra, por escrito, o a través del comportamiento que sea un ataque o se utilice lenguaje peyorativo o discriminatorio en relación con una persona o grupo sobre la base de quienes son, en razón de su origen étnico, raza, color, género o cualquier otro factor de identidad, se llama discurso de odio y debe ser erradicado por que es violatorio de los derechos humanos y empantana el desarrollo democrático de cualquier entidad.
[1] Ramírez Martínez, Benito. La “guerra sucia” en la competencia político-electoral.