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Lunes, 13 Marzo 2023 15:00

Denunciar la Violencia Política

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Cuando una mujer entra en política, la mujer cambia,

cuando muchas mujeres entran en política, cambia la política.

 Michelle Bachellet

 

El pasado 8 de marzo la sociedad mexicana fue testigo de la fuerza que las mujeres tenemos para poder salir a la calle, exigir respeto, justicia, igualdad y fin a la violencia de cualquier tipo.

 

En política hace muy poco tiempo se estableció la tipificación del concepto de violencia política en razón de género, eso ocurrió en 2020. Quizás por ello es tan difícil que las personas que violentan con palabras, expresiones y lenguaje corporal no entiendan que su conducta además de violenta, lacera y vulnera los derechos humanos tales como el derecho político de participar, expresarse y hasta disentir en un sistema democrático.

 

La violencia que se vive, ya sea: hostigamiento laboral, sexual u obstaculización del ejercicio del cargo a través de los estereotipos que son las ideas, cualidades y expectativas que, quien violenta a las mujeres quiere atribuirnos desde su óptica, es muy grave.

 

Descalificar, decir qué es lo que una mujer en un cargo público en ejercicio de sus funciones debe hacer, cómo lo debe hacer, qué sí debe decir, de qué sí se debe ocupar o preocupar: es violencia; son creencias que se tienen desde la masculinidad machista de algunos hombres, para justificar la discriminación de género reforzándola incluso en prácticas institucionales que se normalizan.

 

Hay una gran negativa a considerar que los estereotipos de género son violencia. Actualmente se tiene el PES[1] que un mecanismo jurídico para denunciar violencia política en el que existe 1 elemento que es, quizá, el más difícil de acreditar para todas las mujeres que decidimos denunciar y es el relativo a que es por razón de género, es decir, que se dirige a una mujer por ser mujer.

 

A pesar de ello, estoy convencida de que hacerlo es lo correcto, todas las mujeres que somos violentadas debemos denunciarla, es el primer paso para cambiar la cultura patriarcal que vivimos.

 

Las mujeres que ocupamos un cargo público tenemos facultades definidas en los diversos cuerpos normativos que nos rigen; en mi caso, siempre he expresado la forma en la que construyo y expreso mis decisiones apegadas en todo momento a la legalidad, imparcialidad, objetividad, certeza y paridad.

 

Hay aún un gran camino que avanzar para erradicar la violencia. Como defensora de esta causa, estoy obligada a sentar un precedente en el IEEM de la violencia de la que fui objeto, a mostrar sororidad con quienes aún tienen miedo de denunciar y de externar a la sociedad y a quienes forman parte del poder legislativo, que fue un gran acierto legislar sobre la violencia, pero también ahora, a revisar su eficacia en la totalidad del procedimiento: todas las mujeres de la entidad lo necesitamos.

 

[1] Proceso Especial Sancionador.

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