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Sábado, 29 Octubre 2022 00:07

Informe País 2020: ¿cómo está la democracia en México?

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Cuando hablamos de democracia en México, es indispensable no perder de vista los problemas que persisten en nuestro país como la pobreza, la violencia, la corrupción o la discriminación: problemas que, además de sus implicaciones sociales y económicas, también limitan y trastocan el acceso pleno a los derechos, entre ellos, los político-electorales. A pesar de estos problemas, en las últimas décadas nuestro país ha avanzado significativamente en la consolidación de las instituciones democráticas, lo cual se refleja, entre otros elementos, en la calidad de la organización y la legitmidad de los procesos electorales.

 

Piedra angular para los regímenes democráticos, la democracia representativa atraviesa momentos complicados en México y en todo el mundo. La relación vertical entre el representante y la ciudadanía, en muchas ocasiones sin esquemas efectivos de rendición de cuentas, lesiona la legitimidad de la democracia e inhibe el interés de la ciudadanía en el ámbito público.

 

El pasado 14 de octubre, el Instituto Nacional Electoral (INE), en colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), presentaron el “Informe País 2020: el curso de la democracia en México”. El informe hace énfasis en tres variables para evaluar el estado que guarda la democracia en nuestro país: la participación electoral, la calidad de la representación; y los déficits de la democracia. Cabe mencionar que todas estas variables están insertas en un marco de profunda desconfianza hacia las instituciones de representación política. Basta mencionar que el informe consigna que la confianza ciudadana en los partidos políticos (22%), diputados locales (23%) o legisladores federales (23%) dista mucho de la alcanzada por las universidades públicas (70%), las Fuerzas Armadas (64%) o el Instituto Nacional Electoral (60%).

 

En cuanto a la participación electoral se observa que, contrario a lo que pudiera pensarse, el proceso de consolidación democrática en México no ha elevado significativamente los umbrales de participación en las urnas. En todo caso, los porcentajes se han mantenido similares. En procesos electorales en los que se elige al Presidente de la República la participación electoral ha sido de 76% (1994), 64% (2000), 59% (2006), 63% (2012) y 63% (2018). Por su parte, en los procesos electorales intermedios, la participación ha sido más baja: 57% (1997), 42% (2003), 45% (2009), 48% (2015) y 53% (2021).

 

En cuanto a la calidad de la representación, el informe destaca los avances registrados gracias a la incorporación de cuotas de género y, posteriormente, de disposiciones en materia de paridad, ya que estos mecanismos han permitido mejorar la representatividad de las mujeres en los Congresos. Pero además de lo que tiene ver con el género, se reconocen otros mecanismos que han visibilizado e incrementado la representación de grupos históricamente marginados como las comunidades indígenas, personas afromexicanas, migrantes, personas discapacitadas o pertenecientes a la diversidad sexogenérica. Un dato alentador es que la ciudadanía mexicana está de acuerdo con las medidas afirmativas tomadas por los órganos electorales para incentivar la integración paritaria y la inclusión de estas personas. Lo anterior nos permiten apreciar que estamos mayoritariamente a favor de una democracia plural y diversa.

 

En otro ámbito de la calidad de la representación, la mayor parte de la ciudadanía opina que los Congresos locales y el federal legislan tomando en cuenta principalmente intereses particulares y no el interés general. Pese a todo, la ciudadanía reconoce la importancia de los partidos políticos en la gobernabilidad, así como que son medios para participar en la vida política.

 

Por último, la legitimidad en las instituciones políticas está marcada por la desconfianza en la autoridad, el desencanto con las formas de representación y la desvinculación social. Estos factores, como sabemos, se han incrementado en los últimos años debido a la inestabilidad económica, la pandemia y una situación adversa en el plano internacional.

 

El informe presentado por el INE y el PNUD es un llamado a las instituciones del Estado mexicano y a las autoridades electorales sobre las áreas de oportunidad que debemos priorizar con el fin de impulsar una cultura política que nos permita transitar, con responsabilidad, de una mejor democracia representativa.

 

Es también una herramienta que debemos tomar en cuenta en el marco de la discusión sobre nuestro régimen político-electoral, para que la Constitución y las leyes reglamentarias fortalezcan la eficiencia de nuestro sistema electoral, la inclusión política de los grupos históricamente vulnerados, el sufragio y los mecanismos de participación ciudadana, así como la legitimidad de la representación. No podemos esperar nada menor a esto.

 

 

VÉASE Alberto Aziz Nassif, Rodrigo Castro Cornejo, et. al., Informe País 2020: El curso de la democracia en México, México, Instituto Nacional Electoral, junio de 2022, disponible en <https://www.ine.mx/wp-content/uploads/2022/09/deceyec-informe-pais-2020.pdf>.

 

 

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