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Sábado, 03 Julio 2021 00:05

La participación de la comunidad LGBTTTIQ en el Proceso Electoral 2021

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Cuando hablamos de la comunidad LGBTTTIQ, se hace referencia a un grupo de personas que expresan diversidad social en la orientación sexual, identidad y expresión de género, diversidad que agrupa en sus siglas a las personas Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales, Transgénero, Travestis, Intersex y Queer.

 

Comunidad que destaca entre la diversidad, se reduce a un grupo más de los históricamente discriminados; que, en aras de una lucha y activismo histórico, remontándose con una efervescencia entre los años ochenta, buscan y enarbolan un lema, que a la letra se lee: “tenemos derecho a los mismos derechos”.

 

En ocasión a ello, es preciso mencionar que, en el mes previo, celebramos y conmemoramos, el mes del orgullo, que más allá de mercadotécnica colorida, marchas, edificios y banderas colocadas, consiste en dar visibilidad, reconocimiento y que sirve de recordatorio que este grupo está en la lucha por la igualdad y dignidad de las personas de la comunidad.

 

Asimismo, luchando desde las trincheras del activismo político, académico e institucional, todos se encaminan a un mismo fin, el libre ejercicio de sus derechos en lo político y social. Un claro ejemplo, fueron las candidatas y los candidatos que compitieron por un puesto de elección popular, el pasado 06 de junio, identificándose como personas de la comunidad LGBTTTIQ que, de acuerdo a datos del Instituto Nacional Electoral, representó el 1.84% de las candidaturas registradas.

 

Entre acciones afirmativas y años de activismos, en este Proceso Electoral, 21 entidades de la República Mexicana, aprobaron cuotas obligatorias para que los partidos políticos postularan candidaturas con personas de la comunidad LGBTTTIQ, haciendo efectivo uno de los derechos político electorales que las personas con ciudadanía activa tenemos, votar y ser votadas para todos los cargos de elección popular y en este sentido sin que su orientación sexual, identidad o expresión de género sea una condicionante para acceder a este derecho.

 

La travesía de estos grupos por el acceso a sus derechos no ha sido fácil. Todavía queda un camino para proponer y hacer efectivas las leyes o políticas en favor de esta comunidad.

 

Faltan varios espacios del servicio público por ser ocupados, sin que la orientación o identidad, pueda ser un impedimento para el libre acceso y ejercicio porque, aunque se quiera minimizar una realidad que está ante nuestros ojos, debemos dar visibilidad y seguir ese largo camino para mitigar la intolerancia que recae en los crímenes y discursos de odio hacia la comunidad LGBTTTIQ.

 

Terminaron las campañas, terminaron las elecciones, terminó el mes del orgullo, pero no debemos olvidar que queda mucho por hacer, legislar, proponer, analizar y comprender.

 

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