El Instituto Nacional Electoral y los Organismo Públicos Electorales en las entidades federativas han mostrado en la inmensa mayoría de casos, ser órganos confiables y piezas fundamentales en la vida democrática de México. Han sido el pilar en las transiciones democráticas que se han presentado a nivel federal, local y municipal.
En el año 2000, el entonces Instituto Federal Electoral tuvo un trascendente papel para que se llevara a cabo un cambio de régimen, la ciudadanía en ejercicio del voto, determinó poner fin a una etapa de alrededor de setenta años del Partido Revolucionario Institucional en el poder, dando paso al Partido Acción Nacional.
Para el 2006, la mayoría de los mexicanos que ejercieron el voto, decidieron que, de nueva cuenta, el candidato postulado por el Partido Acción Nacional, fuera el que ocupara la máxima magistratura del país.
Las elecciones celebradas en ese año, fueron las más competidas en la historia del país, con menos del uno por ciento de diferencia se decidió la elección. A pesar de las inconformidades del candidato que quedó en un cercanísimo segundo lugar, el entonces Instituto Federal Electoral tuvo los elementos necesarios para que legítimamente se determinara el resultado final y saliera avante a cualquier descalificación.
En el año 2012, el candidato postulado por el Partido Revolucionario Institucional fue elegido por la mayoría de votantes para ocupar el cargo de Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, a pesar de inconformidades, nuevamente el Instituto Federal Electoral realizó su labor de manera adecuada y generó certeza en los resultados finales.
Para 2018, el mismo candidato que descalificó los resultados de 2006 y 2012, que cuestionó al ahora Instituto Nacional Electoral, en esta ocasión postulado por MORENA, obtuvo la mayoría de sufragios emitidos, evidentemente en esta ocasión no hubo inconformidades y los candidatos del PRI-VERDE-NA y del PAN-PRD-MC, se abstuvieron de hacer reclamos o descalificar al árbitro electoral.
Se puede concluir que, en estos cuatro procesos de renovación del Titular del Poder Ejecutivo Federal, la autoridad electoral federal ha correspondido a la confianza de los mexicanos, incluso se ha ganado el reconocimiento internacional al grado que se ha apoyado en elecciones celebradas en otros países.
El Instituto Nacional Electoral, es un órgano de prestigio, que ha logrado afrontar serias dificultades, normativamente se le ha fortalecido y se encuentra en constante evolución, a la fecha se puede considerar que ha logrado una estabilidad institucional que sin duda abona al fortalecimiento democrático de México.
Es destacarse que, para la construcción de ese instituto, se presentó la voluntad política de diversos actores, que tuvieron que dar eco a los reclamos ciudadanos de contar con elecciones confiables. La labor electoral al día de hoy se realiza buscando el cumplimiento de los principios de Certeza, Legalidad, Independencia, Imparcialidad, Objetividad y Máxima Publicidad.
Desafortunadamente ahora, como nunca antes, el partido político en el poder, aprovechando ilegítimamente su fuerza política, desde el Ejecutivo y el Legislativo, realizan acciones que minarían a ese instituto. No es descartarse que la elección de consejeros del INE, se impongan personas incondicionales o incluso militantes de MORENA, ya vimos lo que pasó en la elección del titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, sin pudor alguno, con un evidente fraude e incumpliendo requisitos de elegibilidad, impusieron a una persona totalmente afín al régimen.
También se busca debilitar a la figura del Consejero Presidente, proponiendo reducir el tiempo de ejercicio del cargo y una renovación acorde a tiempos e intereses políticos facciosos.
Ya se ha visto como el régimen ha coptado diversos órganos autónomos, los cuales eventualmente fungen como contrapesos para evitar la centralización del poder y de las decisiones de gobierno y administración.
Gran responsabilidad tenemos los mexicanos en las elecciones que se llevarán a cabo en el año 2021, es quizá una última oportunidad para poner freno al abuso y centralización del poder, de reforzar los equilibrios y vivir en plena democracia. Tenemos la obligación de reforzar el último dique que evitará que se desborde el autoritarismo y el gobierno de ocurrencias.
Ya se ha dicho y demostrado, el Partido Acción Nacional es y será una alternativa política que abanderará las justas causas ciudadanas.
Ya lo dijo Manuel Gómez Morín en la fundación del Partido Acción Nacional, el PAN tiene como objetivo ser: “una acción permanente que, basada en una actitud espiritual dinámica, hiciera valer en la vida pública la convivencia del hombre integral; una postulación de la Moral y del Derecho, como fuente y cauce de la acción política, y ésta, no mero cambio de personas, sino reforma de estructuras políticas y sociales, para gestionar el bien común”.
No es obtener el poder por el poder mismo, no es el quítate tú porque voy yo, es realizar acción política en la búsqueda del bien común, el poder como instrumento, hacer bien el bien.
Dr. en Derecho Gabriel García Martínez
Representante Suplente del Partido Acción Nacional ante el Consejo General del Instituto Electoral del Estado de México.