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Martes, 12 Noviembre 2019 12:43

La demagogia como vicio de la democracia

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Como base formal, la Constitución Federal establece que nuestro país se constituye como una República representativa, democrática, laica y federal; pero, a pesar de esa voluntad y aspiración del Pueblo Mexicano y a los avances que se ha tenido para fortalecer y constituir una República con los elementos constitucionales referidos, actualmente, se presentan situaciones que implican diversos retrocesos.

 

Respecto a las variantes de formas de gobierno, clasificándolos en positivos y en negativos; como positivo, tenemos la república y eventualmente la democracia, el negativo, es la demagogia.

 

Ahora, la pregunta que origina el planteamiento a desarrollar es: ¿El autodenominado Gobierno de México se desempeña como una democracia?

 

Para empezar, existe un error voluntario o no, al denominarse “Gobierno de México”, lo correcto es Gobierno de la República o Federal, pues sólo fue elegido para encabezar uno de los niveles en los que se divide el poder público en sentido vertical, debe coordinarse y coexistir con diversos gobiernos estatales y municipales, todos conforman el poder público del Estado Mexicano.

 

En conclusión, no existe gobierno único de México, a no ser que por error o no, se busque dar imagen de gobierno único y siendo así, estaríamos ante un pretendido régimen absolutista.

 

Por supuesto, el actual titular del Poder Ejecutivo Federal, fue elegido en un proceso democrático, en el que la mayoría de los mexicanos que ejercieron el voto el 1º de julio de 2018, votaron por el candidato postulado por la coalición encabezada por MORENA.

 

El actual Presidente de la República, a un casi un año de ejercicio del cargo, ha dado muestras en su estilo de gobierno, a que grado es su compromiso con la consolidación de la democracia, con la rendición de cuentas y el combate a la corrupción.

 

Ahora bien, sin pretender que esta colaboración sea un estricto estudio de teoría política, para fijar parte de un marco conceptual, en cuanto a la demagogia, es una palabra conformada de los vocablos griegos demos=pueblo y ago=dirigir.

 

Desde la postura Aristotélica, Sergio Ortiz Leroux la define: “Como término genérico, la demagogia es entendida como un conjunto de prácticas políticas, técnicas de persuasión o como un “estilo” político y comunicativo consistente en ganarse el favor del pueblo. El demagogo pretende conquistar la simpatía popular mediante halagos, recursos retóricos, argumentaciones simples o falaces, mentiras, promesas inalcanzables, discursos incendiarios, lugares comunes y, en el extremo, chantajes sentimentales.”[1]

 

Por otro lado, Enrique Krauze, en Letras Libres señala: “En el extremo opuesto a Pericles están los demagogos. En su Política, Aristóteles elaboró una teoría de la demagogia. El término dmaggoi designa a los líderes políticos que ponen los deseos populares por encima de las leyes. En la democracia "los demagogos reciben homenajes debido a su adulación al pueblo" (Aristóteles, Política, 1313b). Esa adulación conduce a la corrupción moral.”[2]

 

Esto es, nos encontraremos ante una demagogia (independientemente que el poder se obtenga por la vía democrática) cuando el gobernante se presenta como un portavoz de la voluntad popular; cuando se ostenta como un ser infalible,  superhombre o mesías que acabará todos los males que aquejan a una nación, con fechas fijas para lograrlo; cuando realiza actos que tienden a violar una y otra vez el marco jurídico nacional; usa expresiones comunes aún sin ser aplicables; se refiere a los más desprotegidos como seres incapaces de allegarse de alimento; a exacerbar las diferencias históricas; a mentir y a caer en contradicciones y a encarnarse como un prócer de la historia nacional.

 

Asimismo, en la demagogia se busca remarcar las diferencias sociales; dividir a la sociedad y provocar polarización; escuda decisiones con el respaldo del pueblo, usando al pueblo como concepto amorfo; descalifica a los factores de poder formal e informal, partidos políticos, poderes públicos, sociedad civil, medios de comunicación, todos los que opinan de manera contraria a lo dicho en la homilía matinal, son enemigos del régimen; se victimiza, el caso más reciente inventando golpes de Estado, y un largo etcétera, pues ejemplos hay muchos y se siguen incrementando las acciones demagógicas.

 

¿Estaremos acaso ante un demagogo?, muy probablemente, ¿ante un gobernante en camino a dictador?, esperemos que no.

 

Por supuesto que debe precisarse, que el impacto que generan los demagogos devienen de una inconformidad social, del hartazgo a la clase política tradicional, pero, la aspiración de dar un vuelco en la vida política, puede empeorar la situación.

 

El ideólogo panista Efraín González Morfín, señalaba que: “una política no demagógica tiene que respetar y combinar los dos aspectos de la justicia y del derecho, el aspecto igualitario y, el aspecto diferenciante, el aspecto igualitario respeta la auténtica dignidad de los derechos humanos de las personas y la situación de aquellas, con respecto de otras de igual derecho, pero el aspecto diferenciante toma en cuenta la necesidad de dar apoyo prioritario y preferente a los sectores nacionales más agobiados por los problemas y que más padecen la injusticia social”.[3]

 

En la próxima elección constitucional del año 2021, los mexicanos tendremos la oportunidad de poner freno a estas situaciones demagógicas, fortaleciendo a los órganos que le dan contrapeso al Poder Ejecutivo, ya sea través de los espacios en la Cámara de Diputados, como en los gobiernos estatales y municipales.

 

Y el Partido Acción Nacional, es y será una alternativa para ello.

 

El PAN ya ha combatido e identificado a los demagogos y ha sido factor real para desmitificar la figura presidencial.

 

Al respecto me permito citar una frase dicha por Manuel de Jesús Clouthier del Rincón, Candidato del PAN a la Presidencia de la República en 1988, “El Presidente de la República será simplemente un servidor público más, será como el cartero y será como el policía, pero ya nunca más será DIOS.”

 

 

Dr. en Derecho Gabriel García Martínez

Representante Suplente del Partido Acción Nacional ante el Consejo General del Instituto Electoral del Estado de México.

 

[1] Consultado en file:///C:/Users/Usuario/Downloads/3649-4213-1-PB.pdf

[2] Consultado en https://www.letraslibres.com/mexico/politica/etica-o-demagogia

[3] Consultado en https://www.pan.org.mx/wp-content/uploads/downloads/2019/02/Bien-Comun-285-DIC.pdf

 

 

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