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Sábado, 09 Diciembre 2023 08:36

Violencia basada en la discapacidad: interseccionalidad para mujeres y niñas

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En el mundo existen más de 1,000 millones de personas con algún tipo de discapacidad que representan el 15% de la población global, señala la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2021). En México, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2021), una persona con discapacidad es aquella que tiene dificultad para llevar a cabo actividades consideradas como básicas: ver, escuchar, caminar, recordar o concentrarse, realizar su cuidado personal y comunicarse. Así pues, conforme el Censo de Población y Vivienda 2020, hay 7,168,178 personas con discapacidad, que se traduce en el 5.7% de la población total mexicana. Además, de esta cantidad 48% son hombres y 52% mujeres.

 

Es de resaltar que, en específico, las mujeres y las niñas con discapacidad se encuentran más propensas a experimentar violencia. En términos de la Organización de los Estados Americanos (OEA, 2022) tienen cuatro veces más de probabilidad de convertirse en víctimas de violencia sexual.

 

En esta línea, cabe precisar que las mujeres y las niñas con discapacidad experimentan violencia interseccional por ser mujeres o niñas y personas con discapacidad. Por consiguiente, atraviesan múltiples desventajas al ser excluidas, discriminadas y estereotipadas por la comunidad, y violentadas por agresores o agresoras que, en la mayoría de los casos son personas en las que confían plenamente como familiares, o bien, por personal dedicado a sus cuidados, generando en ellas secuelas multidimensionales.

 

La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH, 2021) puntualiza que la prevalencia de violencia en mujeres de 15 años y más a lo largo de su vida es del 70.1%, sin embargo, este porcentaje aumenta a 72.6% cuando se trata de mujeres con discapacidad, considerando que la violencia que padecen es psicológica, física, sexual, económica y patrimonial.

 

En la esfera internacional, datos gubernamentales de Australia de 2022, arrojan que en este país una de cada dos personas con discapacidad, un 47% o 2.7 millones, ha experimentado violencia desde los 15 años, mientras que una de cada cinco personas con discapacidad, es decir, un 20% o 1.1 millones, ha sufrido violencia sexual desde antes de los 15 años. Por cuanto hace a mujeres con discapacidad, una de cada cuatro, esto es, 25% o 748 mil, han padecido violencia sexual, y dos de cada cinco, 40% o 1.2 millones, han experimentado violencia física desde los 15 años.

 

En Estados Unidos de América, las organizaciones de defensoría relacionadas con violencia de género como Sanctuary for Families (2023), señalan que el 80% de mujeres con discapacidad norteamericanas han sufrido violencia sexual y, las niñas con discapacidad tienen el doble de probabilidad de padecer violencia física y sexual que las niñas sin discapacidad. Inclusive tanto mujeres como niñas con discapacidad sufren formas particulares en el ejercicio de la violencia, por ejemplo, las personas perpetradoras las sobremedican y avergüenzan, les niegan la ayuda para brindar las necesidades básicas y dañan a sus animales de servicio.

 

De lo anterior se aprecia que las cifras nacionales y mundiales citadas presentan variaciones, sin embargo, tienen un común denominador, el riesgo de experimentar violencia sigue siendo mayor para las mujeres y las niñas con discapacidad.

 

En este contexto, el 3 de diciembre se conmemoró el día internacional de las personas con discapacidad y precisamente converge con los 16 días de activismo contra la violencia de género que se llevan a cabo del 25 de noviembre al 10 de diciembre de cada año, espacio que debe aprovecharse para fomentar la inclusión, así como entornos libres de violencia, e impulsar la accesibilidad, en otras palabras, acciones efectivas que aporten para crear una realidad distinta a la que hoy se enfrentan las mujeres y las niñas con discapacidad.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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