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Viernes, 18 Agosto 2023 09:00

Una elección a tres rondas: Milei y las primarias argentinas

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En los procesos electorales los partidos suelen enfrentar una importante disyuntiva

 
 

En los procesos electorales los partidos suelen enfrentar una importante disyuntiva: maximizar su número de votos o afianzar la unidad interna de sus organizaciones. Múltiples investigaciones han mostrado que los líderes partidistas constantemente se debaten entre ambas estrategias. 

Cuando estos procesos se abren a la sociedad, la discrecionalidad de las dirigencias disminuye y los institutos políticos se vinculan mejor con la ciudadanía.

 

Las elecciones primarias en Argentina son un buen ejemplo para analizar este fenómeno. El pasado domingo, cerca de 70 por ciento de la ciudadanía inscrita en el padrón participó en las Elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO).

 

Este mecanismo representa un hito en la vida democrática del país sudamericano. Instituidas en 2009, luego de una reforma electoral, las PASO han servido para promover la participación ciudadana y fomentar la transparencia en la selección de candidatos y candidatas.

 

Las primarias argentinas son obligatorias en un doble sentido: la ley obliga a que los partidos definan así sus candidaturas y a que la ciudadanía participe. En tanto que son abiertas, abren la posibilidad de que personas no-simpatizantes o no-militantes de un partido puedan involucrarse en aspectos de su vida interna. Esta participación masiva suele ocasionar que sus resultados se interpreten como termómetros de las preferencias electorales, de cara a los comicios definitivos.

 

En las PASO de este año, el precandidato más votado fue Javier Milei de La Libertad Avanza. Obtuvo 30 por ciento de los votos. El mercado de divisas reaccionó inmediatamente. El peso argentino se depreció cerca de 20 por ciento tras su victoria. Al buscar abolir el banco central y dolarizar la economía argentina, para algunos analistas su estrategia se orienta a capitalizar el hartazgo social, a contrapelo del marco institucional vigente de su país.

 

El éxito electoral de Milei coincide con el de otras opciones de extrema derecha en el mundo. Tras ganar las PASO, no tardó en vituperar contra la justicia social y el sistema político argentino. Sin embargo, negar el cambio climático, estar a favor de la libre portación de armas y en contra del aborto, no ha sido obstáculo para movilizar votos. Estas actitudes antisistema permean con facilidad en una población golpeada por una inflación interanual de tres dígitos y por niveles atípicos de endeudamiento público del gobierno.

 

Las elecciones generales deberán llevarse a cabo en octubre. Podrá realizarse una segunda vuelta en noviembre, en caso de que ninguna opción logre al menos 45 por ciento de los votos válidos o más de 40 por ciento, con una diferencia de 10 por ciento con el segundo lugar. La primera de las tres posibles rondas ha puesto al descubierto el grado de radicalización y polarización del sistema político argentino. Hay dos oportunidades más para definir el rumbo de esta tendencia global en Argentina. El balotaje pondrá a prueba la fuerza de la extrema derecha en América del Sur.

 

 

Por Amalia Pulido

Presidenta del Instituto Electoral del Estado de México

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