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La Sesión Solemne del 30 de enero de 2025, celebrada por el Consejo General del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM), marcó un hito histórico para esta entidad, debido a que, con este acto, se materializó el arranque del Proceso Electoral Judicial Extraordinario 2025 del Estado de México, en el cual, la ciudadanía por primera vez elegirá a las personas impartidoras de justicia a través del sufragio popular.

 

Desde la aprobación de las reformas relacionadas a la elección del poder judicial, el IEEM canalizó toda la experiencia electoral adquirida por el personal que integra esta Institución, en planes de acción concretos que atienden los requerimientos técnicos y normativos necesarios para afrontar y asumir la responsabilidad de implementar un nuevo paradigma electoral. Asimismo, con esta elección se abre una ventana de oportunidades derivadas de la tarea continua de mejorar un proceso de elección, el reto será transformar los nuevos contextos políticos que vivimos como entidad y como país, en experiencias positivas, que se transformen en un referente en el ámbito electoral.

 

Este Proceso Electoral Extraordinario es histórico, no sólo porque se modifica la forma de marcar las boletas electorales, sino porque es evidencia de que nuestros mecanismos democráticos y electorales tal como los conocemos desde la transición y alternancia a la democracia no volverán a ser los mismos. Por tal motivo, el año 2025 y su contexto de procesos electorales a nivel local y nacional, trae consigo nuevas oportunidades para seguir aprendiendo y haciendo frente a los desafíos que significarán las elecciones judiciales, la solicitud de nuevas organizaciones que buscan ser nuevos partidos políticos, y las reformas político-electorales ya anunciadas por el Poder Ejecutivo Federal.

 

Estos cambios que se aluden no sólo involucran a las instituciones electorales como el IEEM, sino a toda la ciudadanía y los diversos sectores de la sociedad. Es fundamental, el involucramiento de personas expertas en temas electorales, de la academia, de investigadoras e investigadores, observadores electorales, pero sobre todo de la ciudadanía que se integrará a los trabajos de los órganos desconcentrados, o que se desempeñará como funcionarios de casilla, supervisores y capacitadores electorales. Desde cualquier ámbito que permita sumar al desarrollo de la elección judicial, este Proceso Electoral Extraordinario es una oportunidad para la discusión y debate de nuevos temas político-electorales, para la generación de nuevas herramientas operativas y la consolidación de procesos y procedimientos.

 

Esto resulta relevante, pues también de esto se trata la democracia y los procesos electorales, de que la ciudadanía se siga fortaleciendo a través del ejercicio de sus derechos, que su participación sea, en cada proceso electoral, cada vez mayor y que tengamos que mejorar como institución día a día en el quehacer electoral. El Proceso Electoral Extraordinario 2025 es una ruta de aprendizaje, y un puente hacia un desafío aún mayor como lo será la elección concurrente de 2027. Para lograr estos objetivos, se requieren del trabajo conjunto de mujeres y hombres porque sin éstos, ninguna institución es posible. Este proceso electoral es un desafío que tendremos que asumir las instituciones electorales, pero también la ciudadanía, quien tendrá que asumir la responsabilidad de ejercer a plenitud sus derechos político-electorales.

La elección judicial por sufragio popular es un proceso inédito en México, por lo cual expertos, académicos y analistas, han señalado no sólo lo complejo del proceso, sino también que la elección del 1 de junio podría tener una baja participación ciudadana. En ese sentido, uno de los grandes desafíos será el informar a la ciudadanía sobre el tipo y la importancia del Proceso Electoral Judicial Extraordinario 2025, sobre todo, el procedimiento pedagógico para que la ciudadanía participante pueda marcar correctamente sus boletas y emitir un sufragio válido.

 

El Instituto Electoral del Estado de México (IEEM), consciente de lo que implica la difusión del proceso electivo, ha acompañado y participado en las reformas al andamiaje normativo relacionado con el proceso electoral, para que una vez iniciado el Proceso Electoral Judicial Extraordinario 2025, se pueda hacer uso de todos los medios disponibles para informar a la ciudadanía sobre los cargos que se votan y por qué es importante su participación. En ese sentido, el Sistema Conóceles implementado en 2023 y 2024 cobra relevancia para que la ciudadanía conozca la trayectoria y perfiles de las personas candidatas a un cargo de elección popular.

 

También es importante hacer mención a las tecnologías de la información como el internet, en un mundo cada vez más conectado esto es un recurso estratégico para hacer difusión y acercar la información a la ciudadanía. De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre disponibilidad y uso de las tecnologías de la información en los hogares (ENDUTIH) 2023, el 81.9% de la población en el Estado de México es usuaria de internet, cifra que está por encima de la media nacional (81.2%). Aunado a lo anterior, los treinta y cinco días que duren las campañas de las personas candidatas a juzgadoras, también servirán para que los votantes puedan conocerlos y emitir un voto informado.

 

La ciudadanía ha demostrado que tiene interés en participar en los procesos electorales y la vida democrática del país, de acuerdo con la organización Latinobarómetro, en México se tiene mayor confianza en la democracia (aumentó 14% de 2023 a 2024). En el caso del Estado de México, la elección para diputados y presidentes municipales de 2024, fue prueba de ello debido a que la participación ciudadana sobrepasó el 64% de la votación. Estamos pronto a iniciar un gran ejercicio ciudadano, en el que todos, desde nuestras responsabilidades, estamos participando y teniendo claro que una elección nunca es tarea sencilla, implica un esfuerzo logístico y operativo, pero que tiene como objetivo final que la ciudadanía pueda ejercer su sufragio informado, libre y secreto.

La migración de personas es parte de la historia del desarrollo de la humanidad, ya sea que detrás de esta haya motivaciones políticas, económicas, ambientales o sociales; la migración ha sido determinante para forjar sociedades. Esto de ninguna manera ha significado el rompimiento de lazos con los lugares de origen, una persona desplazada, generalmente, mantiene vivos los recuerdos, la nostalgia, su cultura y la añoranza con sus lugares de procedencia. Este contexto es lo que también ha dado paso a que los migrantes busquen organizarse, para reconocerse o fortalecer sus comunidades de acogida. Por ejemplo, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) tiene registrada más de 100 organizaciones de migrantes que trabajan a favor del ejercicio de los Derechos Humanos de la población migrante, familias y comunidades.

 

El avance y el desarrollo de la democracia moderna exige garantizar los derechos de los migrantes como ciudadanía activa en otras latitudes. En México, desde la última década del Siglo XX se registraron demandas de los migrantes para poder participar en la vida política del país, fue una lucha que empezó a ver sus frutos en la reforma al artículo 36 constitucional en 1996, y en 2005, se dio su armonización con el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (COFIPE). Lo anterior, dio paso a que, por primera vez la ciudadanía residente en el exterior participara en las elecciones presidenciales de 2006.

 

En el caso del Estado de México, el Instituto Electoral local ha sido promotor y garante desde hace tres elecciones —2017, 2023, y 2024—, de que los mexiquenses residentes en el exterior puedan ejercer el derecho humano al voto. En el reciente proceso electoral que culminó este año, votaron 14 mil 192 mexiquenses para la conformación de la legislatura estatal 2024-2027 y lo hicieron mediante el Voto Electrónico por Internet, vía Postal, y en modalidad presencial. En lo que se refiere a la elección para la Presidencia de la Republica el porcentaje de votantes mexiquenses fue de alrededor de 14% de un universo de 184 mil 326 votos provenientes del extranjero. Lo anterior, demostró que el voto de los mexiquenses en el exterior es un ejercicio fundamental para fortalecer la democracia, no sólo por la representatividad de la ciudadanía sino también porque simboliza el respeto a la dignidad y el reconocimiento a que su voz y voto tengan el mismo peso que la de aquellos que viven dentro de la entidad.

 

Nunca nadie ha dicho que ser migrante sea sencillo y más cuando —por la razón que sea— tienes que dejar tu país, por eso, en el marco de las festividades que pronto convocarán familias, quisiera cerrar subrayando que, la democracia es también ejercer nuestra ciudadanía para acercarnos a nuestros lugares, a comprometernos con la equidad, la pluralidad, la inclusión y permitiendo que los lazos culturales no se pierdan. A todas y todos, les deseo felices fiestas decembrinas.

Las instituciones electorales, como pilares fundamentales de la democracia, tienen un papel fundamental en garantizar la participación equitativa de la ciudadanía a la hora de ejercer su voto. En los últimos años, hemos sido testigos de un creciente interés en promover la inclusión, especialmente en lo que respecta a género, etnia, discapacidad y otros grupos históricamente marginados. De ahí que, cuando se habla de inclusión se debe tener claro que no es una declaración de buenas intenciones, sino un imperativo democrático que requiere de acciones concretas que tracen y consoliden su propia trayectoria en el tiempo.

 

En el reciente proceso electoral de 2024 —específicamente en la elección de Diputaciones a la Legislatura y Ayuntamientos— el Instituto Nacional Electoral (INE) y el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) promovieron acciones afirmativas para asegurar la participación efectiva de personas de grupos vulnerables y minoritarios. Esto abonó a la consolidación de la democracia, no sólo para visibilizar a las personas, sino para hacer valer lo establecido por la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, la cual señaló que es una obligación del Estado mexicano implementar acciones afirmativas como medidas temporales, razonables, proporcionales y objetivas, dirigidas a la igualdad material.

 

Por tal motivo, en la elección de 2024 en el Estado de México, se efectuaron acciones para la inclusión en dos etapas: La primera, que corresponde a la preparación del proceso electoral; y la segunda, el día de la votación. En lo que corresponde a la primera etapa se incluyeron: la credencialización domiciliaria; credencialización de mexiquenses residentes en el extranjero; convocatoria para la integración de órganos desconcentrados; medidas para la accesibilidad de las personas con discapacidad en las casillas; inclusión de personas con discapacidad en el funcionariado de las Mesas Directivas de casilla; y la convocatoria inclusiva para la observación electoral.

 

El día de la votación se adoptaron medidas para garantizar el derecho al voto y a la participación ciudadana de las personas con discapacidad física o motriz, auditiva, visual, intelectual y mental (psicosocial). De lo anterior, destaca el uso de la Plantilla Braille en las urnas electorales para orientar a las personas con discapacidad visual en el depósito de su boleta en la urna correspondiente. Esto se complementó con la “base porta urnas”, material que sirvió para exhibirlas y apoyar a las personas con discapacidad, específicamente a la ciudadanía con dificultad motriz y gente de talla pequeña. Otros ejemplos, fueron la Mampara especial y el Sello X. La primera, tuvo como propósito facilitar el acceso a la casilla para que las personas con dificultad motriz y gente de talla pequeña —sin asistencia de alguna persona— pudieran emitir su voto. La segunda, permitió que las personas con discapacidad, adulta mayor o que se encontraban impedidas físicamente para marcar la boleta electoral, la utilizaran para imprimir una marca “X” sobre la opción de su preferencia.

 

Estas acciones para la inclusión no son un objetivo que se alcanza una vez, sino un camino que requiere de un compromiso constante. La participación ciudadana es esencial, la sociedad debe exigir a las instituciones electorales que cumplan con su tarea de garantizar la inclusión. Hemos avanzado, pero nos falta camino por recorrer, solo así podremos hablar de una democracia efectiva.

 

Hoy en día, la exigencia de miles de mujeres para eliminar la violencia de género no tendría el mismo impacto sin la labor de las incansables activistas del Instituto para el Liderazgo Global de las Mujeres —hoy Centro para el Liderazgo Global de las Mujeres—, que en 1991 lanzaron la campaña “16 días de activismo contra la violencia hacia las mujeres y las niñas” con el objetivo de visibilizar las violencias. Asimismo, el gran impulso a nivel global de esta campaña se dio en 2008 a través de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la campaña ÚNETE con la cual se buscó incrementar la conciencia colectiva para la prevención contra la violencia hacia las mujeres. Es así que, cada año a partir del 25 de noviembre hasta el 10 de diciembre todos como sociedad nos sumamos con el distintivo del color naranja, el cual representa un futuro brillante y optimista libre de violencia contra las mujeres y niñas.

 

Hay que reconocer que, algunos de los objetivos de la campaña se han logrado, por ejemplo, visibilizar la problemática a nivel global. Sin embargo, todavía la violencia contra las mujeres y las niñas persiste. Este año, en la conmemoración del día Internacional de la Mujer, la ONU informó que, en 2023, alrededor de 51, 100 mujeres y niñas de todo el mundo murieron a manos de sus parejas u otros miembros de su familia. En el caso de América Latina y el Caribe, el Observatorio de Igualdad de Género de la CEPAL en América Latina y el Caribe, se encuentran 14 de los 25 países con mayor número de feminicidios en el mundo. Las tasas más altas de feminicidios por cada 100,000 mujeres se registran en Honduras (4.6 casos), República Dominicana (2.7 casos), El Salvador (2.4 casos), Bolivia (1.8 casos), y Brasil (1.7 casos). A lo anterior, se suma la violencia política, psicológica, económica, digital y todo tipo de violencia que tiene un impacto en el presente y futuro de las mujeres y niñas, porque afectan las oportunidades de lograr el desarrollo de una vida plena.

 

Por eso, todo lo que se relacione con la campaña de #16Días de activismo abona a la visibilización, pero no basta con inundar las redes sociales de mensajes de solidaridad. Como ciudadanía y como personas debemos cuestionarnos ¿Hasta qué punto queremos llegar con nuestro compromiso? Requerimos, más allá del color naranja, persistir con las acciones concretas y sostenidas en todos los ámbitos de la sociedad. Porque si algo ha quedado claro, es que la violencia que viven las mujeres es un problema social que requiere de soluciones colectivas. Si la violencia contra las mujeres y las niñas es una terrible señal del fracaso que tenemos como sociedad; contrarrestarla, combatirla y prevenirla no solo es responsabilidad del Estado, es tarea, también, de las empresas, universidades, escuelas, familias y de cada uno de nosotros. La educación en igualdad desde la infancia, sin estereotipos, para poder construir ambientes seguros y libres de violencia.

 

Estas acciones son las que deben acompañar los #16Días de activismo, porque siempre es una oportunidad para reflexionar, generar pensamiento crítico sobre nuestros comportamientos —mujeres y hombres sin distinción— así como cuestionar al sistema y las estructuras que han facilitado la trayectoria de la violencia machista. Lo expuesto, también nos invita a señalar que estos #16Días de activismo contra la violencia de género no puede limitarse a unos pocos días al año, se tiene que mantener viva esa lucha continua para que la conciencia colectiva y el compromiso dure no sólo unas semanas, sino meses y todo el año. Cada día es una oportunidad para defender los derechos de las mujeres y niñas, para alzar la voz contra la violencia y para construir una sociedad, un estado, una nación y un país más seguro para todas y todos.

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