Lograr el reconocimiento de los derechos fundamentales de las mujeres y otros grupos históricamente discriminados no ha sido tarea fácil; se requiere valor, sensibilidad, trabajo, convicción y compromiso genuino.
En materia político-electoral se ha luchado incansablemente para lograr avances significativos, si bien han pasado 70 años del voto de las mujeres, se sigue silenciando su voz. Es importante señalar que gracias a estos esfuerzos un número importante de ellas han accedido a cargos o puestos de toma de decisiones, lo que ayuda a influir en favor de estos grupos.
Hoy, la mitad de las candidaturas para los distintos cargos de elección popular son para mujeres. También actualmente contamos con mujeres al frente de diversos poderes u organismos como: Suprema Corte de Justicia de la Nación, Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Instituto Nacional Electoral, Congreso de la Unión, Gobernadora, Tribunal Electoral e Instituto Electoral –ambos del Estado de México-
A pesar de ello, visibilizar, empatizar y generar las condiciones para un país igualitario en el que las mujeres logremos estar en aquellos lugares parece una utopía.
Por esta razón, quiero volver a refrendar mi compromiso con la causa de todas -nuestra causa-; a invitar a todas las mujeres y hombres a ser ejemplo de solidaridad, a demostrar congruencia, a no dar ni un paso atrás.
Desafortunadamente en la designación actual de los órganos desconcentrados -en las Vocalías específicamente- no logramos la paridad que se había alcanzado en los 2 últimos procesos electorales debido a que fueron elegidas 3 mujeres menos que en 2021; en las sustituciones también dejamos pasar la gran oportunidad de nombrar como Vocal Ejecutiva a una mujer indígena que obtuvo mayor calificación de quien fuera designado por el Consejo General del IEEM. Para mí, esto #NO ES PARIDAD.
Para lograr verdaderos avances, considero que debemos velar por los principios de igualdad, no discriminación, progresividad; generar mecanismos que impulsen a que más mujeres logremos tener voz; a romper ese techo de cristal, a dignificar nuestro papel como autoridades. Invito a que pensemos en un país, en un estado donde tod@s seamos iguales, ¿que sería un día sin ellas, sin ellos?, por eso….
¡NI UNA SOLA MUJER MENOS!
¡Gracias por leernos!
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