Los topes de gastos, las obligaciones en materia de fiscalización o la regulación de los tiempos de radio y televisión son algunas medidas ejemplificativas
La transición democrática mexicana tuvo paralelismos en la sofisticación de nuestro sistema electoral. Al tiempo que nuestros comicios se volvían más competitivos, fueron incorporados controles para garantizar un relevo pacífico del poder apegado a los principios de la materia electoral.
Los topes de gastos, las obligaciones en materia de fiscalización o la regulación de los tiempos de radio y televisión son algunas medidas ejemplificativas. Cada una de estas innovaciones estuvo justificada por desequilibrios que ocurrieron previo a la transición y buscaron resolverlas.
Este es el caso de la difusión que los medios de comunicación hacen sobre las candidaturas y partidos durante los procesos comiciales. En los años del sistema de partido hegemónico era común que la mayoría del tiempo en noticiarios se dedicara a la candidatura oficial. Ello, en detrimento de la información respecto a las otras ofertas políticas.
Los monitoreos, precisamente, surgieron para contrapesar estos sesgos. Esta herramienta es esencial para que los medios ejerzan su libertad de expresión y contribuyan al derecho a la información de las personas de manera imparcial. En efecto, estos recursos no inciden en las políticas editoriales de cada medio, pero sí brindan señales de sus tendencias a la ciudadanía.
El propósito de estos trabajos es verificar el cumplimiento de los tiempos de transmisión, evaluar el enfoque periodístico, la imparcialidad y la participación de los actores. Se realiza en medios electrónicos, impresos, internet y alternos. No sólo se recolectan los testigos de la información, también se realiza un análisis su contenido.
Además, se monitorea la propaganda en exteriores y eventos públicos, ponderando un tratamiento equitativo y transparente durante la elección. Una vigilancia efectiva de la propaganda en la vía pública contribuye a una competencia más justa.
A nivel nacional, el INE cuenta con una larga trayectoria revisando noticiarios, programas de espectáculo, así como programas de debate, opinión y análisis. Para este 2024, por ejemplo, no sólo analizará la información para conocer el trato otorgado a cada partido. También se utilizará para conocer la presencia de violencia política contra las mujeres o mensajes discriminatorios contra poblaciones vulnerables.
El principal propósito es promover la reflexión y dotar a la ciudadanía de información oportuna sobre posibles sesgos en la cobertura y las tendencias mediáticas.
También hay ejemplos que surgen del ámbito local. El Estado de México, por ejemplo, tiene una amplia experiencia realizando estos trabajos. En 2021 se obtuvieron 55 mil 264 registros de propaganda y para la Elección de la Gubernatura de 2023, esta cifra aumentó a 334 mil 284. El IEEM cuenta con alta capacidad para documentar la actividad propagandística en periodos electorales. Este 2024 se verificará, además de radio y televisión, internet, propaganda urbana y hasta cines.
Todos los partidos tienen acceso a los testigos de las coberturas y suelen ser utilizados como medios de prueba para la presentación de denuncias. Esto refuerza la confianza en el proceso y promueve una cultura de respeto a los cauces institucionales.
Los medios de comunicación son un actor clave en todas las democracias de la actualidad. En todo el mundo, influyen significativamente en cómo la ciudadanía forma su opinión, sus actitudes democráticas y sus preferencias. Para las candidaturas, funcionan como canales para difundir sus propuestas y sus programas de gobierno.
El debate democrático requiere de medios libres y de un despliegue equitativo. El monitoreo durante procesos electorales desempeña un papel crucial en el mantenimiento de la equidad y la transparencia electoral.
POR AMALIA PULIDO
Presidenta del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM)
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