El derecho a la privacidad mental
Escrito por Lilibeth Álvarez RodríguezEl próximo 28 de enero se conmemora el Día internacional de la protección de datos personales, en este sentido resulta conveniente referirnos a una nueva manera de entender a la privacidad, como derecho fundamental que encuentra su máxima expresión con el avance de la tecnología y los llamados neuroderechos.
La inteligencia artificial y los algoritmos que hay detrás de aplicaciones como Instagram, Facebook, Tik Tok son cada vez más sofisticados, actualmente son capaces de identificar nuestro estado emocional a partir del contenido que buscamos o como reaccionamos en las redes sociales.
En efecto, a partir de nuestras propias emociones y sentimientos, por ejemplo, si estamos tristes, aburridos, enamorados, este tipo de aplicaciones nos presentan un tipo de contenido sesgado y direccionado tomando en consideración nuestro propio estado emocional.
Lo anterior nos permite llegar a una vertiente del derecho a la privacidad que hay que proteger, nuestra mente; de ahí surge el derecho a la privacidad mental, ¿acaso existe algo más íntimo que nuestros pensamientos? ¿Hay algo más íntimo que nuestras emociones y sentimientos?
En la actualidad con los avances en la ciencia y la inteligencia artificial se corre un gran riesgo pues podemos ser objeto de manipulación cerebral sin que siquiera nos demos cuenta. Hoy mas que nunca debemos estar protegidos del lado oscuro de la tecnología para evitar cruzar esa línea delgada en donde nuestros derechos fundamentales se vean afectados.
La privacidad mental define el derecho indiscutible que tenemos a salvaguardar lo que pensamos y sentimos, nada es tan íntimo y tan nuestro como aquello que hay en nuestro cerebro y en nuestra mente.
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