#16DÍAS DE ACTIVISMO, MÁS ALLÁ DEL COLOR NARANJA
Escrito por July Erika Armenta PaulinoHoy en día, la exigencia de miles de mujeres para eliminar la violencia de género no tendría el mismo impacto sin la labor de las incansables activistas del Instituto para el Liderazgo Global de las Mujeres —hoy Centro para el Liderazgo Global de las Mujeres—, que en 1991 lanzaron la campaña “16 días de activismo contra la violencia hacia las mujeres y las niñas” con el objetivo de visibilizar las violencias. Asimismo, el gran impulso a nivel global de esta campaña se dio en 2008 a través de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la campaña ÚNETE con la cual se buscó incrementar la conciencia colectiva para la prevención contra la violencia hacia las mujeres. Es así que, cada año a partir del 25 de noviembre hasta el 10 de diciembre todos como sociedad nos sumamos con el distintivo del color naranja, el cual representa un futuro brillante y optimista libre de violencia contra las mujeres y niñas.
Hay que reconocer que, algunos de los objetivos de la campaña se han logrado, por ejemplo, visibilizar la problemática a nivel global. Sin embargo, todavía la violencia contra las mujeres y las niñas persiste. Este año, en la conmemoración del día Internacional de la Mujer, la ONU informó que, en 2023, alrededor de 51, 100 mujeres y niñas de todo el mundo murieron a manos de sus parejas u otros miembros de su familia. En el caso de América Latina y el Caribe, el Observatorio de Igualdad de Género de la CEPAL en América Latina y el Caribe, se encuentran 14 de los 25 países con mayor número de feminicidios en el mundo. Las tasas más altas de feminicidios por cada 100,000 mujeres se registran en Honduras (4.6 casos), República Dominicana (2.7 casos), El Salvador (2.4 casos), Bolivia (1.8 casos), y Brasil (1.7 casos). A lo anterior, se suma la violencia política, psicológica, económica, digital y todo tipo de violencia que tiene un impacto en el presente y futuro de las mujeres y niñas, porque afectan las oportunidades de lograr el desarrollo de una vida plena.
Por eso, todo lo que se relacione con la campaña de #16Días de activismo abona a la visibilización, pero no basta con inundar las redes sociales de mensajes de solidaridad. Como ciudadanía y como personas debemos cuestionarnos ¿Hasta qué punto queremos llegar con nuestro compromiso? Requerimos, más allá del color naranja, persistir con las acciones concretas y sostenidas en todos los ámbitos de la sociedad. Porque si algo ha quedado claro, es que la violencia que viven las mujeres es un problema social que requiere de soluciones colectivas. Si la violencia contra las mujeres y las niñas es una terrible señal del fracaso que tenemos como sociedad; contrarrestarla, combatirla y prevenirla no solo es responsabilidad del Estado, es tarea, también, de las empresas, universidades, escuelas, familias y de cada uno de nosotros. La educación en igualdad desde la infancia, sin estereotipos, para poder construir ambientes seguros y libres de violencia.
Estas acciones son las que deben acompañar los #16Días de activismo, porque siempre es una oportunidad para reflexionar, generar pensamiento crítico sobre nuestros comportamientos —mujeres y hombres sin distinción— así como cuestionar al sistema y las estructuras que han facilitado la trayectoria de la violencia machista. Lo expuesto, también nos invita a señalar que estos #16Días de activismo contra la violencia de género no puede limitarse a unos pocos días al año, se tiene que mantener viva esa lucha continua para que la conciencia colectiva y el compromiso dure no sólo unas semanas, sino meses y todo el año. Cada día es una oportunidad para defender los derechos de las mujeres y niñas, para alzar la voz contra la violencia y para construir una sociedad, un estado, una nación y un país más seguro para todas y todos.
Conéctate