Vivimos en un Estado con régimen Republicano, Federal, Representativo y Democrático, representado por un Gobierno que regula, administra y organiza el desarrollo integral de nuestra nación y una de sus principales funciones, es el derecho de la ciudadanía de elegir a sus representantes bajo el principio político de la Soberanía popular.
Dentro de nuestro marco normativo, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos por medio de su artículo 35, señala que la ciudadanía tiene la libertad de votar y ser votados en elecciones populares.
El día de las elecciones, de forma responsable acudimos a votar; en teoría, analizamos las opciones que tenemos antes de hacerlo, pero en la práctica, experimentamos ciertas emociones, que podría decirse, son determinantes a la hora de emitir nuestro voto.
A través de las campañas políticas, se promocionan y dan a conocer las candidatas y candidatos, así como sus ideas de cambio y mejora social con el objetivo de influir y persuadir al elector para un voto favorable, apelando a sensibilizar y tocar fibras que nos generen emociones de confianza, esperanza, empatía e incluso alegría por mencionar algunas.
De forma contraria, podemos reaccionar de manera no objetiva y las causas pueden ser desde la polarización de las ideas, hasta la personalidad de las candidatas o candidatos. Ante esto, las emociones desagradables podrían ser la incertidumbre, el enojo, el desagrado y la decepción, por citar las más representativas.
¿Cómo saber si nuestro voto es informado o sólo nos dejamos llevar por un impulso de emociones?
Se piensa que pueden confundirse una forma de la otra, podemos estar de acuerdo con las propuestas o acciones frente a las demandas ciudadanas y aun así elegir la opción que no propone los que esperamos o deseamos, sólo por que la persona nos genera desagrado o porque nos cae bien, y ahí es cuando se estaría haciendo un voto no razonado.
En la actualidad, en los Institutos Electorales Nacionales y Estatales, se cuenta con una herramienta llamada “Conóceles”, la cual permite consultar la trayectoria política y profesional de las candidatas y candidatos, así como sus propuestas de campaña, con la finalidad de que la población tenga a la mano información y le pueda servir para hacer la mejor elección.
Ante esto, se tendría el cuestionamiento si es mejor dejarse llevar por la emoción o hacerle caso a la razón, a lo que, “según estudios de literatura científica de los últimos años, aseguran que debemos dejarnos gobernar por la razón. Ni antes la política estaba dominada por la razón, ni ahora es todo emotividad”, puntualiza Cossarini. [1]
Y es así como el Instituto Electoral del Estado de México, dentro de su misión, propone contribuir al desarrollo de la vida democrática, cumpliendo con el propósito de dar difusión como la mencionada anteriormente y la Estrategia Nacional de Educación Cívica, con la finalidad de dar certeza para asegurar un voto libre e informado, apelando a la ciudadanía que, aunque nuestras emociones juegan un papel determinante en nuestras decisiones, siempre reflexionemos las propuestas para beneficio de las y los mexiquenses.
[1] Cossarini Paolo, National Geographic España, (23 julio 2023): https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/tus-emociones-afectan-hora-votar-esto-es-que-dice-ciencia_19906.
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