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Martes, 08 Octubre 2024 06:00

La profesionalización de las personas servidoras públicas electorales

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Si se parte de que la profesionalización de las personas servidoras públicas electorales es la preparación antes y durante el desempeño en un proceso electoral, para que cuente con las herramientas necesarias que le permitan actuar con un mayor nivel de eficiencia, eficacia y efectividad en las elecciones, entonces, la profesionalización de las y los servidores públicos electorales es un tema determinante para garantizar la legitimidad, la transparencia y la eficacia en los procesos electorales.

 

A lo largo de los años, los sistemas político-democráticos han evolucionado para asegurar que las elecciones sean justas, imparciales y confiables, y un pilar fundamental para lograrlo es contar con personal electoral altamente capacitado y profesional, que tenga las habilidades y competencias para cumplir con los fines y atribuciones de la institución electoral. A continuación, se destacan algunas de las razones por las que la profesionalización de las y los servidores públicos electorales es vital para el adecuado desarrollo de las elecciones, dentro de los sistemas político-democráticos.

 

  1. Garantizar la imparcialidad y la transparencia

 

Uno de los mayores retos en los procesos electorales es garantizar que se lleven a cabo de manera imparcial, sin interferencias o favoritismos hacia ninguna persona candidata o partido político. La profesionalización de las y los servidores públicos electorales contribuye a que los funcionarios involucrados en las elecciones actúen con independencia e imparcialidad, sin estar sujetos a presiones políticas o influencias externas. Un personal capacitado conoce las normativas legales y los principios éticos que deben guiar su actuación en el marco de los procesos electorales y asegurar que todas las fases del proceso electoral se realicen bajo estrictas normas de transparencia y con apego al mandato constitucional y legal. Esta profesionalización genera confianza en la ciudadanía, quien percibe el resultado del proceso electoral como transparente y legítimo, lo cual es indispensable para la estabilidad política de nuestro país.

 

  1. Eficiencia y calidad en la administración electoral

 

La organización, el desarrollo y la vigilancia de las elecciones es un proceso complejo que involucra múltiples tareas, desde la actualización del padrón electoral hasta la logística en la distribución de la documentación y material electorales, y la capacitación de quienes estarán en las mesas directivas de casillas. La profesionalización del personal encargado de estas tareas asegura que las elecciones se realicen de manera eficiente y sin errores que puedan comprometer su integridad y legitimidad.

 

La profesionalización en materia electoral implica una formación continua y especializada, que permite a las y los servidores públicos electorales adquirir conocimientos normativos, técnicos y habilidades necesarias para enfrentar los desafíos que puedan surgir en el contexto de cada elección. Esto es fundamental, especialmente en escenarios donde los sistemas electorales son altamente competitivos y las elecciones están bajo un intenso escrutinio público. Servidores con alto nivel de profesionalización pueden prever y manejar situaciones de crisis o contingencias, minimizando el impacto de errores humanos o fallas técnicas en los resultados.

 

  1. Promoción de la confianza ciudadana y la legitimidad del sistema político democrático

 

En un contexto nacional donde las instituciones administrativas y jurisdiccionales electorales están bajo el escrutinio público, la profesionalización de las y los servidores públicos electorales es un factor que puede revertir esa tendencia al reforzar la legitimidad de los resultados electorales. Cuando la ciudadanía percibe que los responsables de organizar y supervisar las elecciones están altamente capacitados y actúan con profesionalismo, aumenta su confianza en que los resultados reflejan verdaderamente la voluntad popular.

 

La profesionalización también ayuda a mitigar las percepciones de fraude electoral y reduce las probabilidades de que se presenten irregularidades que puedan ser usadas para impugnar el resultado. De esta forma, la ciudadanía se siente más comprometida con el sistema democrático, sabiendo que su voto es contado y respetado, lo que fomenta la participación electoral y la estabilidad política.

 

  1. Adaptación a cambios tecnológicos y normativos

 

El avance de la tecnología ha transformado los procesos electorales en todo el mundo, desde la votación electrónica hasta el uso de bases de datos avanzadas para gestionar el padrón electoral. Una persona servidora pública electoral profesional está preparada para enfrentar estos cambios tecnológicos, lo que reduce el riesgo de errores y garantiza la integridad de los datos. Además, los constantes cambios en las normativas electorales requieren un personal que esté al día con las leyes y regulaciones vigentes, y que tenga la capacidad de implementar nuevos procedimientos sin comprometer la eficiencia del proceso.

 

En resumen, la profesionalización de las y los servidores públicos electorales es una pieza clave para garantizar la imparcialidad, la transparencia, la eficiencia y la legitimidad de los procesos electorales. Un cuerpo electoral profesional no sólo mejora la calidad de las elecciones, sino que también refuerza la confianza pública en las instituciones democráticas, lo que es esencial para la estabilidad política y social de cualquier nación.

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