Los Derechos humanos como elemento clave en la democracia
Sin respeto a los derechos humanos, simplemente no puede existir la democracia; entendidos como el conjunto de prerrogativas sustentadas en la dignidad humana, cuya realización efectiva resulta indispensable para el desarrollo integral de la persona, de acuerdo con la Comisión Nacional de Derechos Humanos. La democracia al ser un modelo de gobierno formado mediante la elección de la mayoría de la ciudadanía a través del voto, y cuyo ámbito decisorio comprende las esferas económica, política y social.
Un análisis de la clasificación de los derechos humanos en civiles, económicos, sociales, culturales y ambientales, nos hará entender que están presentes y son necesarios en nuestra vida diaria y es obligación constitucional del Estado mexicano. Es entonces comprensible que haya y, debería haber, una fuerte motivación de algunos sectores de la población por votar en las próximas elecciones del 06 de junio, para buscar afianzar de una vez, y para siempre, la cultura del respeto a los derechos humanos.
FXM impulsa a los sectores más vulnerables, como la comunidad LGTB y las mujeres, a que desarrollen sus capacidades en la defensa de sus derechos humanos que muchas veces son violentados. La democracia es el espacio para que, aquellos grupos que se enfrentan a situaciones que limitan el ejercicio de sus derechos humanos, garanticen mediante el acto contundente del sufragio que sus intereses sean respetados y protegidos.
El vínculo más claro entre democracia y derechos humanos quedó por escrito en el artículo 21(3) de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que establece que “la voluntad de la población debe constituir la base de la autoridad de gobierno; ello se expresará en elecciones periódicas y genuinas que serán mediante sufragio universal e igual y se celebrarán por voto secreto o por procedimientos de votación libres equivalentes.”
Nuestro país ha protegido los derechos humanos de su población, al celebrarse elecciones de manera periódica y pacífica; sin embargo, existe una deuda pendiente en cuanto a garantizar los derechos humanos que habiliten a toda la población para ejercer su derecho al voto. Esto es, en condiciones de igualdad social y económica, con libertad de expresión.
Entonces, en defensa de la democracia, se deben proteger los derechos humanos, y viceversa, como garantes de que lleven a cabo procesos electorales que den vida a la misma democracia.
Mtro. Jorge Alejandro Neyra González.
Representante Propietario del Partido Fuerza por México ante el Consejo General del IEEM.
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La cultura política democrática en el Estado de México y en el país.
Cultura y democracia son la perfecta combinación para elevar la ciudadanía de un pueblo, estado y nación. Esto es, porque cultura es lo que distingue a una época, grupo social, por los modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico e industrial y, democracia, la “forma de gobierno en que puede ejercerse el poder político del y para el pueblo,”[1] características propias e indiscutibles de nuestro país. En ese sentido, la política es el espacio para adoptar decisiones de enfoque social y organización del poder.
Asimismo, las expresiones en cuanto a lo que es la cultura política, de acuerdo al INE, no distan de lo anterior, pues es considerada como “expresión de nuestras prácticas y vivencias concretas con el ejercicio del poder público en sus distintas expresiones, pero, al mismo tiempo, es un factor que influye en nuestras formas de actuar y participar en la vida pública.”[2]
Por lo anterior, la cultura política democrática es un cóctel de valores que se debe proteger, promoviendo sus componentes la ciudadanía, participación, sociedad abierta, activa y deliberativa, secularización, competencia o eficacia cívica, legalidad, pluralidad, cooperación con los conciudadanos, autoridad políticamente responsable.[3]
También referida como cultura política participativa o cívica, ya que, además de una participación electoral, también se acercan a través de consejos asesores, testigos sociales, contraloría ciudadana, etcétera, que les permitan influir como población en los asuntos colectivos.
En el Estado de México, de acuerdo a un estudio del 2007, existía una “poca vinculación entre la ciudadanía con la política de parte de los mexiquenses”, así como que la democracia mexiquense y, en general en el país, tenía poco aprecio entre la ciudadanía.[4]
Si bien, en la actualidad, la entidad se enfrenta a problemas adicionales como la aparición de un virus que ha generado retos logísticos en cuanto a las capacitaciones en materia democrática, también puede significar una oportunidad para innovar y acercar virtualmente la cultura política democrática, que sea sinónimo de poder verla y aprenderla en los medios digitales que han expandido su utilidad en estos tiempos.
En todo el mundo, la cultura política democrática ha tenido que cambiar, debido a la nueva normalidad establecida por la crisis de salud, covid 19; hay quienes aseguran que “podría desestabilizar las prácticas democráticas, desde el voto y las protestas hasta los derechos civiles, y, en última instancia, afectar la confianza en las propias instituciones democráticas.”[5] Ejemplo de ello, son las últimas elecciones en Estados Unidos, que desataron críticas de manera local e internacional, cuestionamientos por el candidato que no resultó ganador, así como por la ciudadanía que le apoyaba; lo anterior, debido a que, para contrarrestar el nuevo covid, se hizo mayor promoción y uso de tecnologías de votación a distancia, como el voto por correo y el voto electrónico.
Esto quiere decir, que debe ser un uso de la tecnología con conciencia y cuidando el costo económico que ello represente. La ciudadanía debe percibir que ante la crisis económica actual desencadenada, y que aún se desconoce cuánto tiempo se prolongará, sus instituciones democráticas deben mostrar consideración por el buen y eficiente uso de los recursos económicos que, al final representarían disminuir los costos económicos que representen a los ciudadanos.
En este sentido, para contrarrestar los daños a la confianza, esta cultura política democrática debe acercarse más que nunca a la ciudadanía. Entre los insumos que mantengan el interés, está la tecnología, pieza clave en tener éxito en esta noble tarea.
Las elecciones del 2021 serán el barómetro para medir qué tan avante la democracia permanece o resurge en México y en el Estado de México, a la prueba de fuego del covid 19.
El partido Fuerza por México está comprometido en llevar a cabo medidas extraordinarias que cumplan con la instalación de una cultura política con la integración de todos los grupos sociales, étnicos, minorías y todos aquellos que hayan sido excluidos, apoyándose la tecnología para su atención.
Cumpliendo con el deber establecido por el Código Electoral del Estado de México, la situación actual también puede ser una oportunidad para las autoridades electorales, partidos políticos y ciudadanía, de recuperar la confianza de la ciudadanía en la democracia y sus instituciones, como corresponsables en el éxito de las elecciones próximas del 2021, a celebrarse en el Estado de México y en el país.
Mtro. Jorge Alejandro Neyra González.
Representante propietario ante el Consejo General del IEEM.
[1] Democracia, SISTEMA DE INFORMACIÓN LEGISLATIVA. http://sil.gobernacion.gob.mx/Glosario/definicionpop.php?ID=67
[2] Peschard, J. La cultura política democrática. https://www.ine.mx/wp-content/uploads/2020/02/cuaderno_02.pdf
[3] Peschard, J. La cultura política democrática. https://portalanterior.ine.mx/archivos2/portal/historico/contenido/recursos/IFE-v2/DECEYEC/DECEYEC-CuadernosdeDivulgacion/docs/02.pdf
[4] Vite, M. Los problemas de la cultura política en el Estado de México. http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1405-14352008000100012
[5] Vlaicu, R. Covid-19: Amenazas y oportunidades para la democracia. https://blogs.iadb.org/ideas-que-cuentan/es/covid-19-amenazas-y-oportunidades-para-la-democracia/